"He venido por TODOS mis HIJOS con el deseo de
acercarlos a Nuestros Corazones"




El Señor expuesto las 24  horas del día en vivo y en directo

https://www.youtube.com/watch?v=aHCHbn4abhk&t=145s






LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión

 click en imagen

Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión

Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad. 
(En proceso de Beatificación)



HORA DE SAN JOSÉ
Para hacer los:
Domingos a la 21 horas
 Domingos 09:00 PM




Mensajes de Dios y la Virgen María (MDM)
http://kyrieokumbaya.blogspot.com.es/

Presentamos la Asociación por las Almas del Purgatorio. 
¡Inscribe a las tuyas! ¡Reza por todas!
Por RORATE CÆLI -23/11/2014


jueves, 29 de mayo de 2014

miércoles, 28 de mayo de 2014

ESTA HUMANIDAD PECADORA HA LLEGADO A REBOSAR LA COPA Y MI PACIENCIA HA LLEGADO A UN LÍMITE

 26 DE MAYO DE 2014
Hijos Míos, esta Humanidad pecadora ha llegado a rebosar la copa y Mi paciencia ha llegado a un límite, porque si no es así la corrupción y el pecado llegarían a unas dimensiones que sería este planeta un Infierno. Yo, Padre Eterno, os hablo.

Hijos Míos, Soy vuestro Padre Celestial y así os lo enseñó Mi divino Hijo, a quien apenas adoráis, a quien apenas meditáis, y a quien apenas imitáis. Yo os digo, que todo aquel que ignora a Mi Hijo, que pasa de Él y de Su doctrina, pagará muy cara su indolencia, porque perderá eternamente la felicidad. Yo, Padre Eterno, os hablo.

Hijos de Mis entrañas, debéis haceros propósitos firmes de enmendaros, de ser más buenos, de mejorar vuestras conductas, y sobre todo, de amaros menos a vosotros mismos, porque vuestro amor propio os puede hacer llegar a perder el alma, puesto que no os doblegáis a razonamientos y en vosotros prevalecen vuestros  criterios contaminados, criterios influenciados por Satanás, criterios mundanos, materializados y criterios totalmente opuestos a la doctrina y vida de Mi Hijo. Yo, Padre Eterno, os hablo.

Os hablo movido por el amor inmenso que Me producís veros tan extraviados, tan ciegos por el vicio y el materialismo. No os preocupan vuestras almas y las ignoráis. Solo vivís por y para el cuerpo, pensando en disfrutar deleites y cosas que aunque muchas sean lícitas, os eclipsan las verdades eternas y la doctrina sabia e imperecedera de Mi divino y santo Hijo. Por eso os pido que os enmendéis, os aviso antes de enviaros un terrible castigo, castigo que no alcanzareis a saber que será ni cómo será, pero si no os enmendáis os digo que el castigo que os sobrevenga no tendrá precedente en la historia de la Humanidad, porque tampoco tiene precedente en la historia de la Humanidad las dimensiones y el protagonismo que ha tomado el pecado y la corrupción. Yo, Padre Eterno, os hablo.

Por tanto, vosotros que también sois padres, enmendaos aunque solo sea por salvar a vuestros hijos de tanto mal, porque los niños son inocentes y vosotros debéis protegerlos de todo mal, y ninguna mejor protección que uniros a mi divino Hijo, darle el culto que se le debe por ser Él quien es y  cumplir los mandamientos. Yo, Padre Eterno, os hablo y os advierto. Alabado y bendecido sea por siempre Mi divino Hijo y Su Santa Madre María.

martes, 27 de mayo de 2014

La Santa Cueva de la Natividad en Belen fue quemada,

La Santa Cueva de la Natividad en Belen fue quemada, aun se desconoce el origen y las causas, por lo que la policía local investiga el grave acontecimiento

Se produjo esta madrugada un incendio en la Gruta de la Natividad, según informó el sitio árabe Noursat. La policía está todavía en la basílica de Belén investigación para averiguar los motivos. Por su parte, el Arzobispo Theofaketos de la ciudad de Belén, informó a todos los cristianos de que no se han producido daños graves.

Este incendio se ha producido a las pocas horas de otro en la abadía de la Dormición, adyacente al Cenáculo, poco después de la Misa celebrada ayer por el Papa Francisco. En este segundo caso, fue provocado por un individuo contrario a la visita del Papa. Según la agencia Efe, esto sucedió poco después de que un grupo de jóvenes ultraortodoxos en compañía de un rabino se enfrentara verbalmente a los frailes franciscanos.



________________________________

Nota de TLHDC: Al publicar articulos, o noticias de otras webs, no quiere decir necesariamente que TLHDC, este de acuerdo al 100 %, ni que se responsabilice de todo lo que se publique en estas webs, aparte del articulo aquí editado.

El abrazo a los judíos es el vómito de Francisco


«Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituídas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión, y se someta a ellas, como necesarias a la salvación, como si la fe de Cristo no pudiera salvarnos sin ellas.
No niega, sin embargo, que desde la pasión de Cristo hasta la promulgación del Evangelio, no pudiesen guardarse, a condición, sin embargo, de que no se creyesen en modo alguno necesarias para la salvación; pero después de promulgado el Evangelio, afirma que, sin pérdida de la salvación eterna, no pueden guardarse.
Denuncia consiguientemente como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo, observan la circuncisión y el sábado y guardan las demás prescripciones legales y que en modo alguno pueden ser partícipes de la salvación eterna, a no ser que un día se arrepientan de esos errores (…)» (Concilio de Florencia – Profesión de fe -De la Bula Cantate Domino, de 4 de febrero de 1441).

« (…) desde que era Arzobispo de Buenos Aires, he podido contar con la amistad de muchos hermanos judíos. Hoy están aquí dos Rabinos amigos. Juntos organizamos provechosas iniciativas de encuentro y diálogo, y con ellos viví también momentos significativos de intercambio en el plano espiritual» (Discurso de Francisco en el Centro Heichal Shlomo). Desde que era Arzobispo de Buenos Aires, Francisco desobedecía las enseñanzas de la Iglesia en los Papas sobre los judíos.

«viví también momentos significativos de intercambio en el plano espiritual»(Ibidem). Es decir, que Francisco comulga con los judíos, con sus ritos, con sus prescripciones, con todo aquello que se prescribía en la ley de Moisés y que la promulgación del Evangelio ha anulado: «cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento».

Y quien sigue esos ritos, sigue una anulación, un camino que ya no sirve para salvarse, para dar vida eterna. Porque lo que salva es el Evangelio de Cristo, no el tener un mismo origen en Abraham. No es la fe en Abraham lo que salva. Es la fe en Cristo.

Lo que salva no es el haber Creado Dios al hombre a su imagen y semejanza. No hay que buscar al judío bueno porque Dios lo creó bueno. Hay que buscar al judío que se convierta a la fe en Cristo Jesús. Al que deja su fe obtusa, sin sentido a un lado y se reviste del hombre nuevo en Jesucristo. Al judío que contempla su pecado como ofensa a Dios.

Y, entonces, Francisco dice que se llenó de lo que los judíos le dieron: de la fe de los judíos, que no es la fe del católico. Francisco piensa la fe como lo hace un judío, pero no piensa la fe como lo hace un católico. No posee el Pensamiento del Padre, ni la Palabra del Hijo ni la Verdad del Espíritu en su corazón. Posee lo que el demonio, a través de los judíos, le ha enseñado.

Por eso, Francisco enseña su principal herejía: «Una mirada muy especial se dirige al pueblo judío, cuya Alianza con Dios jamás ha sido revocada, porque «los dones y el llamado de Dios son irrevocables» (Ev. Gaudium – n 247). Francisco ama tanto a los judíos que ha quedado cegado por la fe de ellos y ya no puede ver la Verdad del Evangelio. No puede caminar con Cristo, pisando las huellas de Cristo, sino que va pisando las huellas de los hombres. Se fija sólo en el sufrimiento de los judíos, en su holocausto y lo llama: «forma de antisemitismo y de discriminación». Pero no es capaz de llamarlo pecado, porque no se fija en el sufrimiento de Cristo por los pecados de los hombres y de los judíos. Sólo está pendiente de lo que sufren los hombres.

Francisco: el Concilio de Florencia, enseña ex cathedra, de forma infalible, una verdad de fe, que hay que creer para salvarse; enseña una profesión de fe: «Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo. (…) Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión (…)».

Entonces, ¿por qué no obedeces a lo que enseña la Iglesia y vives lo que te da la gana desde que eres Arzobispo de Buenos Aires? Respuesta: porque no tienes el Espíritu de la verdad, ya que tu pecado te lo impide. Estás metido en tu pensamiento humano de que los judíos son buenos, porque han sido creados buenos por Dios. Dios les ha dado un don irrevocable y, por eso, también se salvan. Todos los judíos se salvan porque lo dice Francisco. Porque Francisco sabe interpretar el Evangelio, sabe medir la Palabra de Dios y escoge la cita que más le conviene: los dones de Dios son irrevocables; y, por eso, los judíos también creen en Jesús, aunque no crean –en la práctica- en Jesús. A este absurdo llega este hombre, por su mente dislocada de la verdad. Su mente rota, que bebe el pecado como si fuera un vaso de agua.

Francisco: Tú estás en la Iglesia para «construir lazos de auténtica fraternidad»(Discurso de Francisco en el Centro Heichal Shlomo) con gente que no quiere salvarse. No estás en la Iglesia para poner a los judíos un camino auténtico de salvación, para darle el auténtico amor de Cristo, que produce lazos espirituales y místicos entre los hombres, no carnales, no sentimentales, no de ideologías baratas. Francisco: tú quieres condenarte con ellos, arrastrando a otras almas al infierno por tu pecado. Y esto es lo que enseñan tus propias palabras.

Los judíos «fueron los que dieron muerte al Señor Jesús y a los profetas, y a nosotros nos persiguen, y que no agradan a Dios y están contra todos los hombres: que impiden que se hable a los gentiles y se procure su salvación. Con esto colman la medida de sus pecados. Mas la ira viene sobre ellos y hasta para descargar hasta el colmo» (1 Ts 2, 15-16). A estos judíos, que no quieren convertirse a la verdadera fe, porque no aceptan la Verdad del Evangelio, sino que sólo se paran ante la fe de Abraham y de Moisés, a los cuales Dios los tiene en la mira de Su Justicia; tú, sin embargo, enseñas lo contrario: «En realidad, estoy convencido de que cuanto ha sucedido en los últimos decenios en las relaciones entre judíos y católicos ha sido un auténtico don de Dios»(Ibidem). Y, entonces, ¿a quién hay que creer en la Iglesia Católica? ¿Lo que dice Dios por medio de sus Papas, de Su Evangelio, de sus santos? ¿O la novedad de la palabra de un hombre, que no obedece lo que dice los Papas en la Iglesia, que nunca ha sabido someter su juicio al juicio de la Iglesia y de Dios; y, por tanto, no quiere obedecer a Dios en la Iglesia?

Es claro que no se puede obedecer la mente de Francisco porque no da la Mente de Dios en la Iglesia Católica. O estamos con Dios y, por tanto, no con los judíos; o no estamos con Dios y, en consecuencia, se sigue la fe que tienen los judíos.

«No se trata solamente de establecer, en un plano humano, relaciones de respeto recíproco: estamos llamados, como cristianos y como judíos, a profundizar en el significado espiritual del vínculo que nos une» (Ibidem). Pero, ¿cuál es el vínculo que nos une? Si no tenemos la misma fe en Cristo Jesús. Si los católicos creen en los dogmas. Y los judíos sólo creen en sus ritos anticuados, en sus leyes que son incapaces de quitar el pecado:

«En primer lugar declara el santo Concilio que, para entender recta y sinceramente la doctrina de la justificación es menester que cada uno reconozca y confiese que, habiendo perdido todos los hombres la inocencia en la prevaricación de Adán [Rom. 5, 12; 1 Cor. 15, 22; v. 130], hechos inmundos [Is. 64, 4] y (como dice el Apóstol) hijos de ira por naturaleza [Eph. 2, 3], según expuso en el decreto sobre el pecado original, hasta tal punto eran esclavos del pecado [Rom. 6, 20] y estaban bajo el poder del diablo y de la muerte, que no sólo las naciones por la fuerza de la naturaleza [Can. 1], mas ni siquiera los judíos por la letra misma de la Ley de Moisés podían librarse o levantarse de ella, aun cuando en ellos de ningún modo estuviera extinguido el libre albedrío [Can. 5], aunque sí atenuado en sus fuerzas e inclinado»(Concilio de Trento- Sesión VI (13 de enero de 1547) Decreto sobre la justificación).

No nos podemos unir a una gente que sigue unas leyes que son incapaces de quitar el pecado original y de justificar al hombre. Incapaces de quitar el pecado personal. Incapaces de dar la vida eterna al alma. Incapaces de abrir las puertas del cielo. ¿Qué clase de vínculo hay, entonces? Para Francisco: el humano, el sentimental, el de carne, el de sangre, el de la historia.

Pero ese vínculo hay que buscarlo en la Creación: «Se trata de un vínculo que viene de lo alto, que sobrepasa nuestra voluntad y que mantiene su integridad, a pesar de las dificultades en las relaciones experimentadas en la historia» (Ibidem). A pesar del hecho histórico de que los judíos mataron al Mesías, como Dios ha dado al judío un don irrevocable, entonces hay que ir a la creación de Dios. Hay que comprender el designio de Dios y estudiar la fe en Abraham.

Para Francisco, «el Dios que llama a Abrahán es el Dios creador» (Lumen fidei – n 11). La fe de Abraham no proviene de un Dios Redentor, sino Creador. Francisco anula la Obra de la Redención con su fe. «Para Abrahán, la fe en Dios ilumina las raíces más profundas de su ser, le permite reconocer la fuente de bondad que hay en el origen de todas las cosas, y confirmar que su vida no procede de la nada o la casualidad, sino de una llamada y un amor personal» (Ibidem). La fe, para la mente de Francisco, es ir a la Creación, al Dios bueno, que ha hecho todo bueno y que tiene, para todo hombre, una vida buena, un proyecto personal. Lo demás, el pecado, son las circunstancias de la vida, hay que entenderlo según la historia de cada hombre.

«La gran prueba de la fe de Abrahán, el sacrificio de su hijo Isaac, nos permite ver hasta qué punto este amor originario es capaz de garantizar la vida incluso después de la muerte» (Ibidem). Ese sacrificio del hijo no simboliza al Mesías prometido, sino el amor originario de Dios con todo hombre. El amor de la creación, el amor como Dios creó al hombre. Y, por tanto, Dios garantiza «la promesa de un futuro más allá de toda amenaza o peligro» (Ibidem). De esta manera, «la confesión de fe de Israel se formula como narración de los beneficios de Dios, de su intervención para liberar y guiar al pueblo, narración que el pueblo transmite de generación en generación. Para Israel, la luz de Dios brilla a través de la memoria de las obras realizadas por el Señor, conmemoradas y confesadas en el culto, transmitidas de padres a hijos» (Ibidem).

En este planteamiento de la fe, que tiene Francisco, se puede comprender por qué los judíos se pueden salvar sin necesidad de estar en la Iglesia Católica. La fe es sólo la memoria de lo que ha hecho Dios con su pueblo (= es una «narración que el pueblo transmite de generación en generación»), que lo ha librado de muchos males, que le da un futuro que ninguna amenazada, ningún holocausto puede quitar. Y, aunque fueron los mismos judíos los que mataron al Mesías, porque Dios es fiel a sus dones, por eso, los judíos se salvan.

Francisco es incapaz de ver al Verbo Encarnado cuando Dios crea a Adán; no puede contemplar al Redentor en la promesa de Dios al hombre en su caída; ni puede entender al Mesías en la fe de Abraham; ni puede creer en el Mesías, que es Jesús, cuando muere en la Cruz. Ni sabe penetrar al Resucitado como el cumplimiento de la Obra de Redención del género humano, porque todo –para su mente humana- se trata de un hecho en la historia, de una memoria del pasado, para ir a la novedad de un futuro que el hombre crea con su mente humana, con sus pensamientos, que son agradables a Dios, porque Dios ha hecho bueno al hombre. Francisco anula la Redención por querer medir la Creación de Dios sin el pecado como ofensa a Dios, sino sólo como producto de una visión histórica de la vida de los hombres.

Para el que cree en la Palabra de Dios, para el que sigue las enseñanzas de la Iglesia, sin cambiar un ápice de ellas, es claro que hay que negar a Francisco y lo que él opina sobre los judíos. Es una opinión de un hereje y de un cismático, desde que era Arzobispo de Buenos Aires. Es que esto que predica ahora, no es de ahora. Es el cisma que él siempre ha vivido dentro de la Iglesia Católica, vestido de Obispo, celebrando su misa y predicando sus herejías, sin que nadie le dijera nada. Francisco es un lobo vestido de piel de oveja desde hace mucho tiempo en la Iglesia. Se hizo sacerdote para destruir a Cristo y a Su Iglesia. Y es lo que estamos observando. ¡Y ay del que se pone una venda en los ojos y no quiera ver esta realidad, esta cruda realidad!

«Juntos podremos dar un gran impulso a la causa de la paz; juntos podremos dar testimonio, en un mundo en rápida transformación, del significado perenne del plan divino de la creación; juntos podremos afrontar con firmeza toda forma de antisemitismo y cualquier otra forma de discriminación» (Ibidem). Aquí está resumido el pensamiento herético de Francisco. El plan divino de la creación, para Francisco, es su amor ecológico. todo tiene que volver a Dios. Hay que amar a Dios pero amando la Creación: amando al hombre, porque es bueno, porque Dios lo creó bueno; amando a las criaturas por la sola bondad que hay en ellas. Y, para eso, es necesario que el hombre se llene de buenos pensamientos, porque en la idea buena está el amor auténtico. Francisco busca el ideal de la creación sin fijarse que está viviendo un absurdo en su vida. Pero no puede contemplar este absurdo porque ha anulado, en su vida, todo pecado. Y no ve el pecado de los judíos porque no ve su propio pecado personal contra Dios. Y llama a todo bueno. Y, por eso, es incapaz de juzgar nada, de discernir nada en la vida espiritual, porque todos participan, de alguna manera, de la bondad de Dios. Dios da sus perfecciones a todos los hombres y ellos tienen que elegir sus caminos para encontrarse en esas perfecciones de sus mentes humanas.

Francisco se olvida que en el plan divino de la creación está la Redención del genero humano por su pecado. Y, en esta Redención, no todos los hombres se pueden salvar por más que Dios sea amor y misericordia. Pero, en esto, ya no creen los sacerdotes ni los Obispos de la Iglesia. Ya no creen en un Dios Redentor. Sólo creen en su Dios Creador y mutable, que va cambiando según la perfección de la inteligencia humana vaya alcanzado su cima. Francisco es el producto de un tiempo en la Iglesia en que la herejía estaba contenida, pero viviendo a pleno pulmón en lo escondido, en lo oculto. Y, ahora, cuando se ha sentado en la Silla de Pedro, vemos realmente cómo es el alma de Francisco: negra, como el más puro demonio. Francisco está poseído por los demonios en su mente. Y, por eso, es un falso profeta, que inunda la Iglesia de sus mentiras y herejías de cada día. Y, muchos en la Iglesia, están como él: poseídos en la mente. Han crecido tanto en el pecado de soberbia, no han sido capaces de poner una barrera a tantas ideas locas que el demonio les ha puesto en sus vidas, que ahora brillan por ser demonios encarnados; se revisten de luz, de ángeles de ternura, de paz, de fraternidad, para engañar a los hombres e indicarles el camino de la perdición de sus almas.

No hay camino con Francisco. Sólo Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Lo demás, las fabulas de ese hombre, sentado donde no tiene que estar, enseñando a mirarse el ombligo y hacer de la vida un lío para el demonio.

La ciudad de Babel en el Santo Sepulcro


«Cuando cristianos de diversas confesiones sufren juntos, unos al lado de los otros, y se prestan los unos a los otros ayuda con caridad fraterna, se realiza el ecumenismo del sufrimiento, se realiza el ecumenismo de sangre, que posee una particular eficacia no sólo en los lugares donde esto se produce, sino, en virtud de la comunión de los santos, también para toda la Iglesia» (Discurso de Francisco en el encuentro ecuménico en la Basílica del Santo Sepulcro).

Cuando un ortodoxo, un evangélico, un protestante, un católico, uno de cualquier secta cristiana o religión, sufren juntos, y se ayudan unos a otros, entonces se realiza el ecumenismo del sufrimiento.
Esta novedad es el cisma en la Iglesia Católica. Esto no se puede decir y quedarse tan tranquilo, como si esta predicación fuera sentida, verdadera, llena de unidad entre los hombres(..)

La idolatría del hombre en Belén


redeorig

«De todo esto nos avergonzamos hoy delante de Dios, el Dios que se ha hecho Niño»(Homilía de la Misa en la Plaza del Pesebre, en Belén (Palestina)).

Esta es la idolatría de la humanidad en Francisco. Este es el pensamiento clave para comprender la idea herética de este hombre, sus pasos en el gobierno de la Iglesia.

«Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño…». ¿Dónde encontramos al Niño Dios, a Jesús? No en Jesús como Dios; no en la Obra que Jesús ha hecho para salvar al hombre del pecado; no en la doctrina de Jesús, que es el Camino para encontrar la Verdad de todo hombre; no en la Gracia que Jesús ha merecido para todo hombre en la Cruz, y que es la Vida Divina que todo hombre tiene que vivir si quiere entender la Voluntad de Dios; no en la Iglesia que Jesús ha fundado en Pedro, y que es la única que salva al hombre y le da la paz para su corazón. No; esto ya no sirve. Esto ya no hay que predicarlo. Francisco no predica el Evangelio que salva, el Evangelio que despierta las conciencias dormidas por el pecado, el Evangelio que es la Palabra de Dios, viva y eficaz, que tiene la solución a todos los problemas de los hombres. Ya esto no es necesario recordarlo a los hombres, sino que hay que hacer una homilía política, económica, cultural, que se centre en los problemas reales del hombre y que obligue al hombre a buscar caminos humanos a su vida humana.

«En nuestro mundo, que ha desarrollado las tecnologías más sofisticadas, hay todavía por desgracia tantos niños en condiciones deshumanas, que viven al margen de la sociedad, en las periferias de las grandes ciudades o en las zonas rurales. Todavía hoy muchos niños son explotados, maltratados, esclavizados, objeto de violencia y de tráfico ilícito. Demasiados niños son hoy prófugos, refugiados, a veces ahogados en los mares, especialmente en las aguas del Mediterráneo».

Y, después de esta parrafada, es cuando se dice: «De todo esto nos avergonzamos hoy delante de Dios, el Dios que se ha hecho Niño».

En la Iglesia Católica, nos avergonzamos de que un Obispo, sentado en la Silla de Pedro, que se hace pasar por Papa, pero que no habla como Papa (porque no es Papa), sino como un ignorante de las Escrituras, esté hablando, en nombre de Cristo y de la Iglesia, sus mentiras y sus idolatrías, sin que nadie haga nada para callarle la boca.

Quien se avergüenza del sufrimiento humano, se avergüenza de Cristo y de la Iglesia. No ha sabido comprender la importancia que tiene el dolor para salvarse en la vida. Y no sabe predicarlo, de manera conveniente, para que los demás tengan inteligencia sobre el significado del dolor, el por qué del dolor, la raíz del dolor.

¿Por qué hay niños que viven en condiciones deshumanas? Porque el hombre quiere pecar y, por tanto, el fruto: el dolor de esos niños, sus vidas destrozadas.

¿Por qué hay niños que viven al margen de la sociedad? Por el pecado de los hombres, que sólo viven para su negocio y para conquistar un poder entre los hombres.

¿Por qué hay niños que son maltratados, esclavizados, usados como mercancía de los hombres? Por el pecado de muchos hombres que hacen de la humanidad el negocio de sus mentes soberbias y el comercio de sus lujurias.

¿Por qué hay niños refugiados, que huyen de muchas partes, donde es imposible vivir? Por el pecado de los hombres, que se han hecho dueños del mundo por su orgullo, su ambición de poder, sus miras egoístas.

El problema del hombre: su pecado. El problema de los países: el pecado de los hombres, que son los que componen esos países. El problema de Israel: el pecado de los judíos, de los musulmanes, de todos los hombres que no viven cumpliendo los mandamientos de Dios.

Esto es lo que no se atreve a predicar Francisco delante del Presidente Mahmoud Abbas, del Patriarca Fouad Twal, y demás autoridades. No tiene agallas de decir las cosas por su nombre. Al pan, pan; y al vino, vino. Y, por eso, hace su homilía, totalmente herética.

No pone a Jesús como el centro y, por tanto, el único Camino para resolver el problema de los hombres: sus pecados(...)

Leer completo en:

http://josephmaryam.wordpress.com/2014/05/25/la-idolatria-del-hombre-en-belen/#comment-1571

----------------------------------------------------------------------
Nota de TLHDC:

 Al publicar articulos de otras webs, no quiere decir necesariamente que TLHDC, este de acuerdo al 100 %, en todo, tampoco se hace responsable de todo lo que estas web publiquen, si no, solamente del articulo aqui editado. 
 Los que tendrían que hablar miran para otro lado,
Como dijo San Pablo, examinadlo todo y quedaros con lo bueno.

lunes, 26 de mayo de 2014

Y la bestia abrió su boca en Amman


virtudes

Francisco ha abierto la boca en Amman para proferir blasfemias contra Dios:
1. «Las diversas intervenciones del Espíritu Santo forman parte de una acción armónica, de un único proyecto divino de amor. La misión del Espíritu Santo consiste en generar armonía –Él mismo es armonía– y obrar la paz en situaciones diversas y entre individuos diferentes. La diversidad de personas y de ideas no debe provocar rechazo o crear obstáculos, porque la variedad es siempre una riqueza. Por tanto, hoy invocamos con corazón ardiente al Espíritu Santo pidiéndole que prepare el camino de la paz y de la unidad».
a. La Obra de la Redención es el proyecto del Padre sobre la humanidad. Y esa obra se compone de Amor y de Justicia. Y, en la Justicia, un camino de Misericordia para los que creen en Jesús y en Su Iglesia. Esa Obra es la del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo; es decir, no es la del hombre. El hombre no sabe el camino para realizar las obras divinas. Y, por tanto, el hombre no sabe discernir las intervenciones de Dios en la vida de los hombres. Dios actúa en todos los hombres, pero no para todos los hombres. Unos se salvan, otros se condenan. La unidad de la obra de Dios no es la unidad de todo el género humano. Jesús viene a redimir al género humano, pero no viene a salvar a todos los hombres. Cada hombre tiene que salvarse dando su voluntad libre a Dios en Su Hijo Jesucristo.
b. La misión del Espíritu Santo es la de defender la causa de Jesús. Y Jesús ha juzgado al mundo y lo ha desenmascarado de su mentira y de su pecado. Por eso, el Paráclito es el que convence al mundo en lo que se refiere al pecado, a la justicia y al juicio (cf. Jn 16, 5-15). En otras palabras, el Paráclito saca todo a luz para que se comprenda la malicia del mundo.

El Espíritu Santo no viene a poner paz entre los hombres, sino espada, que es lo mismo que hizo Jesús: «No penséis que he venido a poner paz en la tierra; no vine a poner paz, sino espada» (Mt 10, 34). Por tanto, la afirmación de que el Espíritu Santo viene a «obrar la paz en situaciones diversas y entre individuos diferentes», no sólo es una opinión de un hereje, como Francisco, sino que va en contra de la Palabra de Dios, que muy claro dice: «Porque he venido a separar al hombre de su padre, y la hija de su madre, y a la nuera de su suegra, y los enemigos del hombre serán los de su casa» (Mt 10, 35).

Aquí, Francisco habla el lenguaje que gusta a los hombres: como somos personas con juicios diferentes, con vida distintas, con religiones encontradas, vamos a buscar una solución a todo este problema, poniendo como testigo la Palabra de Dios. Y, yo como un santo Obispo de Roma, digo que el Espíritu Santo nos da a todos la paz, porque somos tan buenas personas, Dios nos ama tanto, que nos da un camino para la unidad.

«Porque la variedad es siempre una riqueza»: el judío, el israelita, el budista, el cristiano, el pagano, el homosexual, el ateo, el terrorista, los mafiosos,…, son siempre una riqueza para la humanidad, son siempre un bien para todas las culturas del hombre. Y sólo hay que ver el camino para unir tanta riqueza.

Cada hombre, en su pensamiento, tiene una verdad que hay que cultivar, que hay que proteger, a la cual hay que unirse.

En este párrafo de este hombre sin vida espiritual, sin sentido común, sin dos dedos de frente, se resume toda su homilía. Lo demás que ha dicho palabrería para entretener a la masa, que lo oye con la boca abierta, sin saber discernir ningún espíritu en ese hombre.

Un hombre que no se enfrenta al pecado que hay en Jerusalén no es un Papa, no habla como Papa, no es ni siquiera un Obispo. Un hombre que habla para contentar a los hombres, para darles un consuelo en su vida humana, es el Vicario del Anticristo.
2. «En segundo lugar, el Espíritu Santo unge. Ha ungido interiormente a Jesús, y unge a los discípulos, para que tengan los mismos sentimientos de Jesús y puedan así asumir en su vida las actitudes que favorecen la paz y la comunión. Con la unción del Espíritu, la santidad de Jesucristo se imprime en nuestra humanidad y nos hace capaces de amar a los hermanos con el mismo amor con que Dios nos ama».
a. El Espíritu Santo no unge: es el aceite el que está ungido o las manos del sacerdote que son ungidas, o se imponen las manos para dar un carisma a una persona (profeta, etc.). El alma bautizada tiene la unción del Santo; y así el que ha recibido el Orden, posee la unción del Espíritu (cf. 1 Jn 2, 20). Se unge con la Gracia de Dios. Se unge a una persona que está en Gracia de Dios. Si se unge a una persona que no está en Gracia, esa persona no recibe la unción del santo, porque pone un óbice, que es su pecado, y hasta que no lo quite, no puede recibir esa unción.

b. El Espíritu Santo no ha ungido interiormente a Jesús, sino que el Verbo, al encarnarse, ha hecho de esa humanidad el Templo de la Santísima Trinidad. Jesús no es ungido como son las almas cuando se bautizan o se casan o reciben cualquier sacramento. Jesús, por ser Dios, no necesita la unción del Santo. Su misma alma, su misma carne, su misma humanidad es ungida en la Encarnación. Las obras del Espíritu en la vida de Jesús no son unciones. Jesús, al ser bautizado en el Jordán, no es ungido con el Bautismo de la Penitencia de San Juan Bautista, porque no tiene necesidad de esa unción. Ese Bautismo es para manifestar al Mesías prometido, es para abrir el camino de salvación a los hombres; no es para el alma de Jesús, no es una obra para la vida interior de Jesús. Francisco trata a Jesús como un hombre, pero no como Dios. Equipara a Jesús con sus discípulos. Y, por eso, da oscuridad en su enseñanza en la Iglesia.

c. Para tener los mismos sentimientos de Jesús no se necesita la unción del Santo, sino la humildad, la disponibilidad, la sencillez, la obediencia, del alma al Espíritu de Cristo. Un soberbio, que se cree algo en la Iglesia, nunca da a Cristo ni en sus palabras ni en sus obras. Imitar a Cristo es desprenderse de todo lo humano: sólo así los discípulos tienen los mismos sentimientos de Cristo. Porque Jesús, en su vida humana, sólo se dedicó a seguir la Voluntad de Dios, que le mandaba a la Cruz, obra que aborrecía su humanidad. Ningún hombre quiere el dolor para su vida. Y menos la humanidad de Cristo, que es Santa por su Concepción. Y, sin embargo, Jesús acepta el dolor que le envía Su Padre, porque no sigue ningún pensamiento humano ni ninguna meta humana en su vida humana. Francisco sigue hablando para contentar a los hombres necios, como él, que no saben decir una verdad sobre Jesús.

d. «Con la unción del Espíritu, la santidad de Jesucristo se imprime en nuestra humanidad»: mayor estupidez no se puede decir. Un hombre necio y estúpido. Las dos cosas. Necio, porque no sabe diferenciar la santidad de Jesús de la santidad de los demás. Jesús no es Santo como los hombres son santos. Jesús es el Santo de los Santos, porque es Dios. Y los hombres son santos porque participan de la gracia santificante. Quien no vive en gracia, no es un santo sino un demonio. La Gracia es la que comunica la santidad al hombre. Y la comunica infundiendo en su alma las virtudes. Y el hombre, al sol de los dones del Espíritu, tiene que hacer méritos para alcanzar la santidad que Dios le pide. Así que, el Espíritu Santo no imprime nada, ni hace falta que imprima nada. ¡Qué necio es este hombre! ¿Pero no se dan cuenta que así no habla un Papa? ¡Qué necios son los que lo siguen porque se sienta en la Silla de Pedro! Y ya no tienen otra razón para excusar a ese hombre que decir que se sienta en Silla para obedecerle. ¡Hay gente en la Iglesia con una venda en los ojos incapaz de ver la estupidez de Francisco!

Si Dios imprime en nuestra humanidad la santidad de Jesucristo, entonces todos somos santos, todos al cielo, no existe el pecado, ni el mal en el mundo. Nuestro cuerpo es glorioso. Todo es un Paraíso: esta es la estupidez de ese hombre. Ese hombre cae en esta estupidez por su necedad: no distingue santidades, no discierne la verdad.
3. «La paz no se puede comprar: es un don que hemos de buscar con paciencia y construir “artesanalmente” mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana. El camino de la paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano; si no olvidamos que tenemos un único Padre del cielo y que somos todos sus hijos, hechos a su imagen y semejanza».
a. «La paz os dejo, Mi Paz os doy; no como la da el mundo os la doy Yo» (Jn 14, 27): luego, no es un don que el hombre tenga que buscar y construir artesanalmente. El Evangelio es tan claro para el alma humilde que con sólo leer lo que dice este hombre se da cuenta de la gran soberbia que anima el espíritu de Francisco.

La paz es el fruto de la gracia en el alma: El apóstol Pablo enumera la múltiple fecundidad del Espíritu en la vida cristiana: «El fruto del Espíritu Santo es caridad: alegría, paz, paciencia, bondad, benignidad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí»(Gál 5,22-23). El Espíritu obra en el corazón del alma humilde y da la paz al corazón que permanece en gracia. El hombre sólo tiene que construir una vida en gracia: ser fiel a la Gracia, permanecer en la gracia, perseverar en la gracia. Y, de esa manera, el mundo va cambiando, porque la santidad del alma, que cree en la Palabra de Dios, se irradia sin hacer ningún esfuerzo humano, sin las obras humanas. Es Dios quien enseña a realizar las obras exteriores que Él quiere entre los hombres. Y, por eso, la paz es la enseñanza del Espíritu al alma para que obre una justicia, un orden, una rectitud, en la humanidad. La paz de Dios es poner una justicia: primero en el interior del alma: la gracia; segundo, al exterior: dar a cada uno lo que se merece. Y, sólo de esta manera, se consigue la paz ente los hombres. Si no se predica que los hombres quiten su pecado para encontrar la paz, entonces la predicación es sólo propaganda para el que predica: salir en la foto como hombre de paz. Si la paz no se puede comprar, entonces no la compres con tu artesanalidad. No quieras inventarte un mundo de pequeños y grandes gestos para vender tus palabras de paz. Hablas de que no hay que comprar y, sin embargo, te vendes al mejor postor para ganarte la amistad de los hombres sin paz en sus corazones.

b. Entonces, decir que: «El camino de la paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano»: es su comunismo. Habla del bien común que los hombres tienen que buscar para consolidar esa paz falsa. El amor de sangre, de carne y sangre, es lo que hace hijos de Dios. Ya no es la fe en Jesucristo. Es porque nos amamos tanto como hombres, nos besamos, nos abrazamos, nos cogemos la mano, dormimos juntos, que sólo hay que mirar que tenemos un Padre, que ha engendrado las carnes y las sangres. Tenemos un Padre carnal. Ya no es el Padre que da la Gracia ni el Espíritu. Es un Padre que une a todos los hombres porque somos de la misma sangre. Somos tan buenos hermanos unos con otros, que Dios da la paz por eso.

Seguir a Francisco es, sencillamente, una estupidez. No hay manera de comulgar con su pensamiento humano. Es que no se puede. Es que dice vulgaridades, sin fundamento, sin una verdad, sin un fin. Habla por hablar, para llenar cuartillas, para entretener a las masas, para no decir nada.

Habla para dividir a la Iglesia con su mentira, con su engaño, con su necedad. Su primera homilía ya indica la intención con qué va a Jerusalén: para iniciar el cisma en la Iglesia. Para poner a Jerusalén como el centro de todas las religiones del mundo.


------------------------
Nota de TLHDC: al publicar articulos de otras webs, no quiere decir necesariamente que TLHDC, este de acuerdo al 100 %, en todo, tampoco se hace responsable de todo lo que estas web publiquen, si no, solamente del articulo aqui editado. 
 Los que tendrían que hablar miran para otro lado,
Como dijo San Pablo, examinadlo todo y quedaros con lo bueno.

domingo, 25 de mayo de 2014

Abr 24_14 No importa lo que os quiten, recordad a Job, satanás lo puso a prueba, Yo lo permití.

Rosario vespertino.

Temas:
*Yo Soy el Amor, vosotros sois Mis hijos y sois herederos del Amor, quiero que estéis preparados para que Yo os pueda traer de regreso a vuestro Hogar, en el Reino de los Cielos.
Eso es lo que quiero que vean los demás en vosotros, la libre donación de vuestra voluntad a Mi Sabiduría Divina.
*¿Cómo es posible que vosotros podáis decir que hay tristeza en vuestra alma, que hay tristeza en vuestro corazón, que hay soledad en vuestra vida?
*Yo Soy vuestro Dios, Soy Omnipotente, Soy Sabio, tomad de Mí, Mi Sabiduría y caminemos juntos. Como os dije, los acontecimientos difíciles y problemáticos que permitiré se den, solamente los podremos resolver caminando juntos.
*Satanás está muy por encima de vosotros, de vuestra inteligencia, de vuestras capacidades y, si no caminamos juntos, como antes os dije, os vencerá, porque él sabe convencer al hombre.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Yo Soy el Amor, vosotros sois Mis hijos y sois herederos del Amor, quiero que estéis preparados para que Yo os pueda traer de regreso a vuestro Hogar, en el Reino de los Cielos.

Hijitos Míos, os pido perseveréis, aún a pesar de lo que veáis a vuestro alrededor. PedidMe ésa Gracia, de poder perseverar y manteneros en lo que se os ha enseñado y en lo que se os ha pedido para éstos últimos tiempos.

Ciertamente, sois almas escogidas, porque así lo he querido Yo, vuestro Dios. Todas las almas creadas han tenido su oportunidad. El libre albedrío, que Yo os he concedido, os ha dado la oportunidad, de escoger uno u otro camino. No habéis sido engañados, en ningún momento, por parte Mía, os he dado total libertad y, cada uno de vosotros, os habéis regido según vuestra voluntad.

Mis pequeños, almas Mías, vosotros, los que Me amáis, que estáis Conmigo, que Me habéis buscado, que Me habéis vivido y que estáis esperando los tiempos venideros, manteneos unidos a Mí, a vuestro Dios. Manteneos en vida de Gracia, en Virtud, pero sobre todo, dando ejemplo a vuestros hermanos de Mi Presencia en vosotros. Sabéis que el ejemplo es lo que más mueve al hombre, y eso es lo que os estoy pidiendo para ésos tiempos, ejemplo de que Mis Enseñanzas, la Vida de Mi Hijo y la Presencia de Mi Santo Espíritu en vuestro interior, ha dejado mella en vuestra vida.

¡Cuántos, cuántos hermanos vuestros han tenido la oportunidad, igual que vosotros o aún  mejor, y se han cansado de Mí!, Me han abandonado y, otros, hasta Me atacan.

A todos os he dado oportunidades para que vivierais una vida santa, preparándoos para la vida de santidad que viviréis eternamente en el Reino de los Cielos, pero luego salís con que os aburre vivir una vida de santidad, una vida de ejemplo, una vida Sacramental y preferís las cosas del mundo.

¡Cuánto error, Mis pequeños! ¡Cuánto error de parte vuestra, porque los tiempos ya son críticos! Os he dicho que el ladrón en cualquier momento se puede presentar y, ¿en qué condiciones estará vuestra alma?, ¿en qué condiciones estará vuestro corazón? No toméis a la ligera todo esto que os digo, Mis pequeños, porque tendréis solamente una oportunidad al momento en que Yo os mande llamar ante Mi Presencia.

Tendréis que dar cuenta de vuestros actos y de vuestra vida sobre la Tierra, ¿qué hicisteis para que a través de vosotros hubiera conversiones o se transmitiera Mi Amor a los vuestros y a todos aquellos con los que, de alguna forma tratasteis o convivisteis? ¡Cuánta responsabilidad tenéis y no os dais cuenta de ello!

Desde ahora, Mis pequeños, haced un recuento de vuestra vida, preparaos para el feliz encuentro, si os toca en éstos tiempos pero, de cualquier manera, tratad de vivir lo más cercano a Mí, vuestro Dios, para que seáis ejemplo de vida, ejemplo de amor.
Yo Soy el Amor, vosotros sois Mis hijos y sois herederos del Amor, quiero que estéis preparados para que Yo os pueda traer de regreso a vuestro Hogar, en el Reino de los Cielos.

Por los méritos que hayáis hecho, y aún haréis, son los que os darán uno u otro lugar en Mi Reino. Que el tiempo que os quede, Mis pequeños, sea lo suficientemente valioso ante Mis Ojos para que podáis tener un lugar muy especial junto a Mí en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Eso es lo que quiero que vean los demás en vosotros, la libre donación de vuestra voluntad a Mi Sabiduría Divina.

Hijitos Míos, vosotros, los que habéis estado Conmigo por un tiempo, ya más o menos largo, que habéis tenido una Evangelización, prácticamente personal, por haber aceptado y vivido los Mensajes que estoy dando alrededor del mundo, os habréis dado cuenta cómo ha cambiado vuestra perspectiva espiritual. Quizá, antiguamente, no teníais ésa sensibilidad espiritual que ahora tenéis, escuchabais de desastres, muertes, ataques, robos y los dejabais pasar, quizá, sin que vuestro corazón sintiera algo por ellos, ahora, Mis pequeños, cuando escucháis  de situaciones penosas en los hogares, en la sociedad, en la Iglesia, recibís ésas noticias con una muy diferente percepción.

A eso os he llevado, Mis pequeños, a que seáis más como Yo porque, las almas sensibles, no solamente sufren más, porque ven el pecado y la maldad de forma muy diferente a como la ven las almas no preparadas, a vosotros os duele, como a Mí Me duele, que hermanos vuestros estén cometiendo pecados graves.

Vosotros, por ésta sensibilidad, os podéis apiadar más de vuestros hermanos, por eso sois almas escogidas, para que podáis sentir en vuestro corazón, que vuestros hermanos necesitan crecer espiritualmente y, os duele que muchos de ellos no respondan a Mi Llamado Divino que, continuamente, pongo a todos los hombres, para que regresen a Mí.

¡Cuánto quisiera Yo que vuestro mundo cambiara!, que cada uno de vosotros cambiara, que Me dierais, podríamos decir, ésa sorpresa, como un regalo de cumpleaños, el que Me aceptarais plenamente en vuestro ser y que evitaríais, a más no poder, toda falta que pudiera dañar Mi Corazón Divino.

Ciertamente, Yo puedo hacer, de cada uno de vosotros, grandes ejemplos de Mi Amor. DejadMe pues, Mis pequeños, que Yo maneje vuestras vidas. Vuestros hermanos no se darán cuenta de Mi Presencia real en vosotros, pero, sí verán vuestros actos y sabrán que son buenos. Se darán cuenta de que vosotros habréis cambiado, porque aceptasteis que Yo viviera en vosotros. Eso lo sabréis plenamente vosotros y, vuestros hermanos sabrán que vais en camino de santificación, porque ya Me disteis vuestra voluntad.

Eso es lo que quiero que vean los demás en vosotros, la libre donación de vuestra voluntad a Mi Sabiduría Divina.

Mis pequeños, cuando vosotros lleváis a cabo esto en vuestra vida, Yo os simplifico vuestra existencia y la hago más bella. Yo Soy el que tomará las decisiones, Yo Soy el que moverá todo vuestro ser a que vayáis por caminos escogidos por Mí, que serán caminos de salvación para muchos y, para vosotros, de santificación. La santificación es para vosotros mismos y para aquellos a los que deis vosotros ejemplo de vida espiritual profunda, que vosotros gozaréis. Es un regalo inmenso Mío, el que vosotros podáis platicar Conmigo, con vuestro Dios, en cualquier momento que lo deseéis. Os puedo decir que ésa es una obligación de amor de vosotros hacia Mí, estar platicando continuamente con vuestro Dios y Creador.

DejadMe Ser en vuestra vida, Mis pequeños, para santificar vuestra vida.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Cómo es posible que vosotros podáis decir que hay tristeza en vuestra alma, que hay tristeza en vuestro corazón, que hay soledad en vuestra vida? 

Hijitos Míos, es un hecho bien conocido por vosotros, que satanás, desde que fue arrojado de los Cielos, ha querido destruir Mi Obra y Mi Obra principal hacia vosotros, es el Amor.

El Amor cubre todo, todo fue creado en Mi Amor y especialmente vosotros, Mis pequeños. Toda la vida humana, toda la vida que conocéis, todo lo bello que Creé, y sigo Creando, es para vuestro gozo pero, principalmente, para Mi Gozo. Lo quiere destruir satanás, ésta es una realidad que vosotros conocéis, estáis viendo, estáis constatando y que lo habéis constatado por mucho tiempo y quizá, especialmente, cuando os tomé, cuando habéis tenido ya una percepción diferente de la vida que llevabas anteriormente.

Todo está vivo a vuestro alrededor. Aún, aparentemente, lo que está inerte, todo tiene vida en Mí, vuestro Dios, y vosotros, debéis mantener ésa vitalidad, porque Yo os pedí a vosotros, Mis pequeños, que protegierais a todo lo Creado, que fuerais cuidadores de todo lo que Yo os di para vuestro recreo, para vuestra vida, para vuestra distracción, para que vivierais palpablemente Mi Amor.

Si vosotros realmente meditarais todo esto que os digo, os daríais cuenta el cómo fui creando todas las cosas para vuestro deleite. Ved todo, todo lo que os rodea, todo conlleva una Sabiduría Divina bellísima, altísima y todo para bien de vosotros.

¿Cómo es posible que vosotros podáis decir que hay tristeza en vuestra alma, que hay tristeza en vuestro corazón, que hay soledad en vuestra vida? Si vosotros os embebierais en Mi Creación, si vosotros Me pidierais poder entender todo lo Creado y que fue puesto a vuestra disposición. Si vosotros tratarais de entender el Amor que puse en cada cosa creada, para que os deleitarais, Me agradecierais el cómo os consiento día a día, y entonces veríais vuestra vida muy diferente a como ahora la veis.

Me duele mucho cuando os quejáis, Mis pequeños, de lo que está a vuestro alrededor, pero con eso que expresáis con vuestras quejas, Me doy cuenta que vuestro interior está vacío, que no apreciáis lo que Yo he Creado para vosotros, que no os sentís acompañados por Mi Presencia en cada cosa Creada, para que os diera compañía en todo momento.

No sabéis agradecer, sois muy ingratos, Mis pequeños, pero sobre todo no hay Sabiduría en vuestra alma. PedídMela, Mis pequeños, pedidMe que os deje saber apreciar todo lo Creado, para que os sintáis siempre acompañados y contentos de Mi Presencia a vuestro alrededor y en vuestro interior. En todo lo Creado, Yo Vivo, así que, Mis pequeños, aprended a sentirMe en todo lo que os rodea y así nunca estaréis solos, como ahora decís que estáis.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Yo Soy vuestro Dios, Soy Omnipotente, Soy Sabio, tomad de Mí, Mi Sabiduría y caminemos juntos. Como os dije, los acontecimientos difíciles y problemáticos que permitiré se den, solamente los podremos resolver caminando juntos. 

Hijitos Míos, satanás, ha ido preparando al mundo para que pierda la Fe. Ciertamente, voy a permitir acontecimientos que os pondrán a prueba, a prueba de Fe.

Mis pequeños, Yo os estaré cuidando en todo momento para que no caigáis y si caéis y Me pedís que os levante, lo haré, pero éstos acontecimientos que está preparando satanás, os moverán fuertemente vuestra mente y vuestro corazón.

Acudid inmediatamente a Mi Santo Espíritu para que os dé el Don de Discernimiento y no os dejéis llevar por vuestros impulsos humanos sin antes consultarMe, Mis pequeños, porque podréis perder demasiado si sois impulsivos y os apartáis de Mí.

Cuando Yo, a través de Mi Hijo, escogí a los apóstoles para daros Mi Enseñanza, la Enseñanza que Mi Hijo inició y los apóstoles siguieron, Yo no escogí a los mejores hombres que había en ésos momentos, escogí gente común y corriente, como sois cada uno de vosotros, gente sencilla, gente a la cual se le movía su corazón al escuchar lo que Mi Hijo les Enseñaba.

Han cambiado los tiempos, pero el humano, sigue siendo igual, un día está Conmigo, el otro día se olvida de Mí, otro día más Me traiciona y, así, seguís haciendo lo que los hombres de aquél tiempo también hacían.

¿Y esto por qué, Mis pequeños, por qué no mejoráis? y la respuesta es, que vosotros no queréis cambiar desde lo más profundo de vuestro ser. Vuestra vida se mueve por impulsos, por vuestros sentimientos y sensaciones, por como os sentís en ése día o de acuerdo a las preocupaciones o logros que tenéis. No sois estables.

Ciertamente que no quiero decir que vuestro comportamiento y vuestra forma de ser, tiene que ser la misma todo el tiempo, ciertamente, hay momentos de alegría, de tristeza, de abandono, muchos tipos de sentimientos tenéis, pero una cosa es que vosotros los vivías solos y otra cosa es que Yo los Viva con vosotros.

Cuando vosotros vivís vuestra vida sin que Yo os acompañe, vuestra problemática se vuelve más difícil de resolver, no tenéis consejos sabios, os movéis de acuerdo a vuestras capacidades, de vuestros estudios, de vuestro entendimiento, de vuestras capacidades intelectuales pero, cuando vosotros Me invitáis a Mí, a ser copartícipe de vuestra vida, cuando se os presenta alguna situación difícil o problemática o dolorosa o aparentemente insalvable, inmediatamente acudís a Mí y Yo os ayudo a resolverla.

Vosotros, ciertamente, os dais cuenta de ello, y, de ésta forma, Nuestra vida se vuelve más llevadera, más agradable, está en vosotros, Mis pequeños, el vivir apartados de Mí o unidos a Mí. Yo os vuelvo a repetir, que si os unís a Mi Sabiduría Divina, si Me lleváis en todo momento a Mí, vuestro Dios, no habrá dificultades o problemáticas situaciones que no podáis resolver. Yo Soy vuestro Dios, Soy Omnipotente, Soy Sabio, tomad de Mí, Mi Sabiduría y caminemos juntos. Como os dije, los acontecimientos difíciles y problemáticos que permitiré se den, solamente los podremos resolver caminando juntos. Si queréis caminar solos, sin acudir a Mí, sufriréis mucho y, quizá, hasta podáis poner en peligro vuestra Fe y el aprendizaje de lo que Yo os he dado y dejado para vuestro bien.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Satanás está muy por encima de vosotros, de vuestra inteligencia, de vuestras capacidades y, si no caminamos juntos, como antes os dije, os vencerá, porque él sabe convencer al hombre.

Hijitos Míos, recordad que, aunque aquellos que se han vendido a satanás, que están a vuestro alrededor y hasta gobiernan pueblos de la Tierra, os quitaran todo lo que tenéis y que muchos de vosotros apreciáis demasiado, recordad y estad seguros, que no os van a quitar nunca lo más preciado que tenéis, que es Mi Presencia en vosotros.

Si, realmente, vosotros Me amáis y Me tenéis como lo primero y último en vuestra existencia, Yo Soy vuestro gran tesoro. Se podrán llevar todo lo que tenéis en lo material, pero Yo Soy el Creador de todo y os puedo dar infinitamente más de lo que perderéis, de lo que os quiten, si os mantenéis Conmigo.

No os dejéis engañar por satanás, no importa lo que os quiten, recordad a Job, satanás lo puso a prueba, Yo lo permití, porque Yo confiaba plenamente en Job y quiero confiar plenamente en estos tiempos en cada uno de vosotros. Yo era el gran tesoro de Job, satanás le quitó todo lo que más apreciaba y lo que vosotros también apreciáis, principalmente a vuestros hijos y ¿qué no le restituí después, muchísimo más de lo que él perdió?

Mis pequeños, satanás quiere destruir lo más preciado que tenéis, que es vuestra alma y en vuestra alma estoy Yo. Os quiere quitar vuestra Fe y Yo Soy vuestra Fe. Os quiere quitar vuestro futuro eterno y Yo Soy vuestro futuro eterno. Satanás siempre ha tratado de distraer a la humanidad y hacerle creer que hay cosas que valen muchísimo y que debéis tener y buscar afanosamente y, vosotros caéis en sus engaños. Os ponéis a buscar cosas que, ciertamente, Yo Creé, pero cuando no sabéis guiar vuestra vida correctamente, ponéis todo vuestro empeño en las cosas y no en Mi Presencia en vosotros.

¿Acaso los diamantes, las monedas, las posesiones, os pueden dar buenos consejos para que vosotros podáis llevar una vida santa, una vida bella, una vida llena de amor? Al contrario, el poseerlas y hasta en demasía, os llevan a muchos conflictos, tribulaciones, pleitos y hasta guerras. Os peleáis contra vuestros hermanos, contra los pueblos, contra todo el mundo porque queréis llenaros de cosas que solamente serán lastre al ser juzgados. Que, ¿acaso Mi Hijo se presentó ante el mundo, lleno de vestiduras finísimas, lleno de posesiones humanas, con posición política envidiable o con riquezas que quisierais tener? No. Se presentó en forma sencilla, que ni Lo tomaron en cuenta pero, luego, cuando empezó su Vida Pública, le mostró a aquella gente y, en consecuencia al mundo entero, que lo que llevaba en Sí, era el gran Tesoro, les mostró Su Divinidad, les mostró Mi Presencia en Él. Ese es el gran Tesoro que vosotros debéis perseguir, alcanzar, vivir y cuidar aún perdiendo vuestra vida, como lo han hecho grandes mártires y santos. Ése es el gran tesoro que todavía satanás trata de quitaros en éstos tiempos.

Os llevará a buscar cosas o situaciones que no son buenas para vuestra vida espiritual, aparentemente serán buenas y él siempre presenta su maldad y el pecado en forma agradable, para que vosotros caigáis en la mentira y en el deseo de llenaros de ello, pero os prevengo, Mis pequeños, satanás está muy por encima de vosotros, de vuestra inteligencia, de vuestras capacidades y, si no caminamos juntos, como antes os dije, os vencerá, porque él sabe convencer al hombre, conoce vuestras debilidades.

Si realmente vosotros Me buscáis, Me anheláis, Me respetáis y deseáis vivir Conmigo eternamente, difícilmente os engañará, por eso, no os separéis de Mí, Mis pequeños, en ningún momento y Yo os defenderé, defenderé lo que es Mío, defenderé Mi Presencia en vuestra alma y, así, como vosotros Me escogisteis y luchasteis para que Yo Me mantuviera en vuestro ser, Yo también lucharé para rescataros de las garras de satanás, para que no os venza y para que podáis gozar eternamente Conmigo, en el Reino de los Cielos, cuando vuestra misión sobre la Tierra termine.

Gracias, Mis pequeños.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Dictado de Jesús a María Valtorta sobre el infierno: (Ver sobre María Valtorta)

15 de enero de 1944.


Dice Jesús:
"Una vez te hice ver al Monstruo de los abismos. Hoy te hablaré de su reino. No puedo tenerte siempre en el paraíso. Recuerda que tú tienes la misión de evocar en los hermanos las verdades que han olvidado demasiado. Pues en este olvido que, en realidad, es desprecio por las verdades eternas, se originan tantos males para los hombres.

Por lo tanto, escribe esta página dolorosa. Luego tendrás consuelo. Es viernes por la noche. Mientras escribes, mira a tu Jesús, que murió en la cruz, entre tormentos tales que pueden compararse a los del infierno, y que quiso esa muerte para salvar a los hombres de la Muerte.

Los hombres de nuestro tiempo ya no creen en la existencia del Infierno. Se han construido un más allá según el propio deseo, de tal modo que sea menos aterrador para su conciencia, merecedora de grandes castigos. Como son discípulos relativamente fieles del Espíritu del Mal, saben que su conciencia retrocedería ante ciertas fechorías, si de verdad creyera en el Infierno tal como lo enseña la Fe; saben que, si cometieran esa fechoría, su conciencia volvería en sí misma y, por el remordimiento, llegaría a arrepentirse, por el miedo llegaría a arrepentirse y, arrepintiéndose, encontraría el camino para volver a Mí.

Su maldad, que les enseña Satanás -del que son siervos o esclavos, según su adhesión a los deseos e instigaciones del Maligno-, no admite estos retrocesos y estos regresos. Por eso, anula la creencia en el Infierno tal como es y construye otro -si es que se decide a hacerlo- que no es más que una pausa para tomar impulso hacia nuevas elevaciones futuras.

E insiste en esta opinión hasta creer sacrílegamente que el mayor pecador de la humanidad puede redimirse y llegar a Mí a través de fases sucesivas. Hablo de Judas, el hijo predilecto de Satanás; el ladrón, tal como está escrito en el Evangelio; el que era concupiscente y ansioso de gloria humana, como Yo le defino; el Iscariote que, por la sed insaciable de la triple concupiscencia, se convirtió en mercante del Hijo de Dios y que me entregó a los verdugos por treinta monedas y la señal de un beso: un valor monetario irrisorio y un valor afectivo infinito.

No; si él fue el sacrílego por excelencia, Yo no lo soy. Si él fue el injusto por excelencia, Yo no lo soy. Si él fue quien con desprecio derramó mi Sangre, Yo no lo soy. Perdonar a Judas sería un sacrilegio hacia mi Divinidad, que traicionó; sería una injusticia hacia todos los demás hombres que, en todo caso, son menos culpables que él y que, aún así, son castigados por sus pecados; sería despreciar mi Sangre y sería, en fin, faltar a mis leyes.

Yo, Dios Uno y Trino, he dicho que lo que está destinado al Infierno, quedará en él eternamente, porque de esa muerte no se surge a una nueva resurrección. He dicho que ese fuego eseterno y que acogerá a todos los que cometieron escándalos e iniquidades. Y no creáis que esto dure hasta el momento del fin del mundo. No; al contrario, tras la tremenda reseña, esa morada de llanto y de tormento se hará más despiadada, porque el infernal solaz que aún se concede a sus huéspedes -poder dañar a los vivos y ver precipitar en el abismo a nuevos condenados- ya no será posible y la puerta del abominable reino de Satanás será remachada y clausurada por mis ángeles para siempre, para siempre; será ése un siempre cuyo número de años no tiene número; un siempre tan ilimitado que, si los granillos de arena de todos los océanos de la tierra se convirtieran en años, formarían menos de un día del mismo, de esta inconmensurable eternidad mía, hecha de luz y gloria en las alturas para los benditos; de tinieblas y horror en el abismo para los malditos.

Te he dicho que el Purgatorio es fuego de amor. Y que el Infierno es fuego de rigor.

El Purgatorio es un lugar en el cual expiáis la carencia de amor hacia el Señor Dios vuestro mientras pensáis en Dios, cuya Esencia brilló ante vosotros en el instante del juicio particular y despertó en vosotros un incolmable deseo de poseerla. A través del amor conquistáis el Amor y, por niveles de caridad cada vez más viva, laváis vuestras vestiduras hasta hacerlas cándidas y brillantes para entrar en el reino de la Luz, cuyos fulgores te hice ver días atrás.

El Infierno es un lugar en el cual el pensamiento de Dios, el recuerdo del Dios entrevisto en el juicio particular no es, como para los que están en el Purgatorio, deseo santo, nostalgia dolorida más plena de esperanza, esperanza colma de serena espera, de segura paz, que será perfecta cuando llegue a convertirse en conquista de Dios, pero que ya va dando al espíritu que purga sus faltas una jubilosa actividad purgativa porque cada pena, cada instante de pena, le acerca a Dios, su único amor. En cambio, en el Infierno, el recuerdo de Dios es remordimiento, es resquemor, es tormento, es odio; odio hacia Satanás, odio hacia los hombres, odio hacia sí mismos.

Tras haber adorado en la vida a Satanás en vez que a Mí, ahora que le poseen y ven su verdadero aspecto, que ya no se oculta bajo la hechicera sonrisa de la carne, bajo el brillante refulgir del oro, bajo el poderoso signo de la supremacía, ahora le odian porque es la causa de su tormento.

Tras haber adorado a los hombres -olvidando su dignidad de hijos de Dios- hasta llegar a ser asesinos, ladrones, estafadores, mercantes de inmundicias por ellos, ahora que se encuentran con esos patrones por los que mataron, robaron, estafaron, vendieron el propio honor y el honor de tantas criaturas infelices, débiles, indefensas -que convirtieron en instrumento de la lujuria, un vicio que las bestias no conocen, pues es atributo del hombre envenenado por Satanás-, ahora, les odian porque son la causa de su tormento.

Tras haber adorado a sí mismos otorgando todas las satisfacciones a la carne, a la sangre, a los siete apetitos de su carne y de su sangre y haber pisoteado la Ley de Dios y la ley de la moralidad, ahora se odian porque ven que son la causa de su tormento.

La palabra "Odio" tapiza ese reino inconmensurable; ruge en esas llamas; brama en las risotadas de los demonios; solloza y aúlla en los lamentos de los condenados; suena, suena y suena como una eterna campana que toca a rebato; retumba como un eterno cuerno pregonero de muerte; colma todos los recovecos de esa cárcel; es, por sí misma, tormento porque cada sonido suyo renueva el recuerdo del Amor perdido para siempre, el remordimiento de haber querido perderlo, la desazón de no poder volver a verlo jamás.

Entre esas llamas, el alma muerta, a igual que los cuerpos arrojados a la hoguera o en un horno crematorio, se retuerce y grita como si la animara de nuevo una energía vital y se despierta para comprender su error, y muere y renace a cada instante en medio de atroces sufrimientos, porque el remordimiento la mata con una maldición y la muerte la vuelve a la vida para padecer un nuevo tormento. El delito de haber traicionado a Dios en el tiempo terrenal está integralmente frente al alma en la eternidad; el error de haber rechazado a Dios en el tiempo terrenal está presente integralmente para atormentarla, en la eternidad.

En el fuego, las llamas simulan los espectros de lo que adoraron en la vida terrena, por medio de candentes pinceladas las pasiones se presentan con las más apetitosas apariencias y vociferan, vociferan su memento: "Quisiste el fuego de las pasiones. Experimenta ahora el fuego encendido por Dios, cuyo santo Fuego escarneciste".

A fuego corresponde fuego. En el Paraíso es fuego de amor perfecto. En el Purgatorio es fuego de amor purificador. En el Infierno es fuego de amor ultrajado. Dado que los electos amaron a la perfección, el Amor se da a ellos en su Perfección. dado que los que están en el Purgatorio amaron débilmente, el Amor se hace llama para llevarles a la Perfección. Dado que los malditos ardieron en todos los fuegos menos que en el Fuego de Dios, el Fuego de la ira de Dios les abrasa por la eternidad. Y en ese fuego hay hielo.

¡Oh, no podéis imaginar lo que es el Infierno! Tomad fuego, llamas, hielo, aguas desbordantes, hambre, sueño, sed, heridas, enfermedades, plagas, muerte, es decir, todo lo que atormenta al hombre en la tierra, haced una única suma y multiplicadla millones de veces. Tendréis sólo una sombra de esa tremenda verdad.

Al calor abrasador se mezcla el hielo sideral. Los condenados ardieron en todos los fuegos humanos y tuvieron únicamente hielo espiritual para con el Señor su Dios. Y el hielo les espera para congelarles una vez que el fuego les haya sazonado como a los pescados puestos a asar en la brasa. Este pasar del ardor que derrite al hielo que condensa es un tormento en el tormento.

¡Oh, no es un lenguaje metafórico, pues Dios puede hacer que las almas, ya bajo el peso de las culpas cometidas, tengan una sensibilidad igual a la de la carne, aún antes de que vuelvan a vestir dicha carne! Vosotros no sabéis y no creéis. Mas en verdad os digo que os convendría más soportar todos los tormentos de mis mártires que una hora de esas torturas infernales.

El tercer tormento será la oscuridad, la oscuridad material y la oscuridad espiritual. ¡Será permanecer para siempre en las tinieblas tras haber visto la luz del paraíso y ser abrazado por la Tiniebla tras haber visto la Luz que es Dios! ¡Será debatirse en ese horror tenebroso en el que solamente se ilumina, por el reflejo del espíritu abrasado, el nombre del pecado que les ha clavado en dicho horror! Será encontrar apoyo, en medio de ese revuelo de espíritus que se odian y se dañan recíprocamente, sólo en la desesperación que les enloquece y cada vez más les hace malditos. Será nutrirse de esa desesperación, apoyarse en ella, matarse con ella. Está dicho: La muerte nutrirá a la muerte. La desesperación es muerte y nutrirá a estos muertos eternamente.

Y os digo que, a pesar de que Yo creé ese lugar, cuando descendí a él para sacar del Limbo a los que esperaban mi venida, sentí horror de ese horror. Lo sentí Yo mismo, Dios; y si no hubiera sido porque lo que ha hecho Dios es inmutable por ser perfecto, habría intentado hacerlo menos atroz, porque Yo soy el Amor y ese lugar horroroso produjo dolor en Mí.

¡Y vosotros queréis ir allí!

¡Oh hijos, reflexionad sobre esto que os digo! A los enfermos se les da una amarga medicina; a los cancerosos se les cauteriza y cercena el mal. Ésta es para vosotros, enfermos y cancerosos, medicina y cauterio de cirujano. No la rechacéis. Usadla para sanaros. La vida no dura estos pocos días terrenos. La vida comienza cuando os parece que termina, y ya no acaba más.

Haced que para vosotros la vida se deslice donde la luz y el júbilo de Dios embellecen la eternidad y no donde Satanás es el eterno Torturador".

Saber más sobre la Obra de María Valtorta - CLIC AQUÍ
http://www.santisimavirgen.com.ar/obra_maria_valtorta.htm