"...HIJITOS, LES ANUNCIO PARA QUE SE PREPAREN, PARA QUE CAMBIEN SU FORMA DE VIVIR..."

domingo, 15 de marzo de 2015

ME ES DE MUCHO AGRADO QUIEN ME ALABA EN SUS QUEHACERES COTIDIANOS JUNTO A LOS COROS ANGÉLICOS


8 DE MARZO DE 2015

Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios de los Ejércitos. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, Me es de mucho agrado quien a menudo Me alaba en sus quehaceres cotidianosy junto con los coros angélicos Me llama tres veces Santo. Yo, Jesús, os hablo.

Cuando alguien se dirige a su Creador y Redentor para alabarlo de corazón, esa oración llega directamente al Cielo y se convierte en lluvia beneficiosa para las almas y para Mi Cuerpo Místico, porque todo el que alaba y reconoce a su Dios y sabe que El es grande, sabio y poderoso, y lo proclama, aunque sea en soledad, la oración llega al Cielo y todos los Ángeles y bienaventurados la oyen y la celebran, porque la misma, se une a sus alabanzas celestiales. Yo, Jesús, os hablo.

Así, Mi Santa Madre en su vida terrenal, alabó a Dios Altísimo desde su tierna infancia y continuamente. Todos los momentos de su existencia fueron para el Poderoso un sinfín de alabanzas y acciones de gracias, y la que aparentemente parecía su vida normal y sencilla sin acciones externas, su interior era un volcán de fuego amoroso hacia Dios  y sus contemporáneos, y su paso por la Tierra fue una abundancia de frutos y bendiciones para sus contemporáneos. Yo, Jesús, os hablo.

No todos están llamados a la vida de acción, aunque todos debéis ser apóstoles de una forma u otra. No todos podéis ser un San Francisco Javier, pero todos podéis imitar a Mi Santa Madre, e interiormente alabarme y glorificarme por todo los beneficios que os di y que os doy contantemente. Y si estáis en momentos de pruebas muy dolorosas, pensad que Mi Santo Espíritu trabaja en vuestras almas para quitar de las mismas los apegos y malos hábitos que tangáis, y transformarlos en gloria a Dios y frutos para las almas. Esto no lo veis, pero debéis de creerlo, porque los sufrimientos aceptados y ofrecidos de corazón, con fe y amor, son una fuente riquísima de gracias para las almas, no solo para las vuestras. Yo, Jesús, os hablo.

Paz a todo aquel que cree en este mensaje y lo pone en práctica.

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1 DE MARZO DE 2015



Hijos Míos. ¡Cuántas y cuántas almas! sufren incesantemente toda clase de   vejaciones, injusticias, tentaciones, suicidios y un sinfín de penas y dolores que desconocéis y que ante Mi vista están. Yo, Jesús, os hablo.

Yo os pido que cumpláis bien vuestros deberes de estado, de profesión, de hijos de Dios y de miembros de la Iglesia, porque si los cumplís bien y lo hacéis sabiendo que Yo os miro constantemente, ese buen cumplimiento y esas acciones bajo Mi mirada, ayudan a los miembros de la Iglesia que sufren y padecen toda clase de pruebas, incluidos los niños. Yo, Jesús, os hablo.

 El bien y el mal son extensibles al Cuerpo Místico. Un bien que se haga repercute en el Cuerpo Místico que es la Iglesia, y lo mismo un mal. De ahí, que ese mal que hacéis no solo es dañino para vuestras almas, sino que es un bien que omitís en el Cuerpo Místico y del que también se os pedirá cuentas. Aunque pequéis a solas sin que nadie os vea, ¡Yo os veo! Y con gran dolor tengo que contemplar el camino engañoso que habéis escogido buscando en ese camino una felicidad falsa y engañosa. Hijos, si os cuesta la pureza, si os cuesta la honradez en el trabajo, el cumplimiento de vuestro deber, acudid a Mi Santa Madre para que os ayude, y después id a confesar cuantas veces hagan falta, que la confesión vence la tentación si se hace en las debidas disposiciones de sinceridad, humildad y propósito de enmienda. Yo, Jesús, os hablo.

Yo fui hombre también y conozco muy bien vuestras flaquezas, por eso, porque sois débiles para alzar el vuelo, acudid a vuestra Madre y Ella os ayudará. Y porque sois flacos y necesitáis haceros fuertes como robles, tenéis que practicar más los sacramentos y la oración, que se os han dado para que no caigáis en tentación. Yo, Jesús, os hablo.

Perseverad en vuestros compromisos espirituales, buscad un guía espiritual y cumplid con vuestros deberes de estado y profesión a la perfección, que no tenga que decir de vosotros que Me honráis de palabra pero no de obra. Por tanto, hijos, sed honestos en privado y en público. Santos, a solas o ante multitudes. Humildes ante Mí y ante vosotros mismos, sin disculparos por vuestras caídas que son más asiduas de lo que quisierais. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.

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