"He venido por TODOS mis HIJOS con el deseo de
acercarlos a Nuestros Corazones"




El Señor expuesto las 24  horas del día en vivo y en directo

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LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión

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Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión

Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad. 
(En proceso de Beatificación)



HORA DE SAN JOSÉ
Para hacer los:
Domingos a la 21 horas
 Domingos 09:00 PM




Mensajes de Dios y la Virgen María (MDM)
http://kyrieokumbaya.blogspot.com.es/

Presentamos la Asociación por las Almas del Purgatorio. 
¡Inscribe a las tuyas! ¡Reza por todas!
Por RORATE CÆLI -23/11/2014


viernes, 27 de julio de 2012

Mensaje de nuestro Señor Jesucristo para el Mundo a Través de la Vidente y Profeta del Final de los Tiempos Maria de la Cruz
24 DE JULIO DE 2012
09:15 HRS.

María de la Cruz:

Vengo a ti, vuestro Señor Jesucristo, para hablarle al mundo de la SOBERBIA:

Se los digo con amor y respeto, porque la finalidad de hablarles a través de Mis hijos elegidos de estos tiempos, es para evitar que caigan en pecado, Me valgo Yo también de cualquier medio; y he de prevenirlos, si deseáis ganarte un lugar especial en el Reino de Mi Padre o decides ganarte el reino del infierno y eso es lo que no quiero para ustedes. Pues en verdad Os digo, los quiero a todos salvos, Conmigo; he de deciros que si es necesario recordarles siempre, que no sean soberbios, el llamado es para que vivan siempre en gracia de Dios, alegres, contentos, amándose unos a otros, sobre todo alabando, dando gracias a Nuestro Dueño y Creador, Nuestro Padre Yavé.

-  La soberbia y sus modos de pecar: Ponderando cuán contrarios son a toda buena razón, cuán injuriosos a Dios, cuán perjudiciales al prójimo y cuánto daño hacen a la virtud, porque todo eso se descubre en cada uno como se va poniendo. La soberbia es un apetito desordenado de excelencia del maligno y podéis observarla de dos maneras:

- La primera es carnal y mundana, que pone su excelencia en bienes corporales, como es hacienda, linaje, hermosura, oficio honroso, etc.

- La segunda es espiritual, que se ceba en los bienes espirituales de ciencia y virtudes.

- La soberbia, tiene cuatro maneras de actuar:

1. Atribuirse así mismo lo que es de Dios, como si fuera suyo, debido a su naturaleza o adquiriendo por propia industria, sin rencor a Dios por autor de ello.

2. Todo aquel que piense ser de Dios lo que tiene, atribuir a sus propios merecimientos lo que es pura gracia.

3. Pensar de sí que tiene muchos más bienes de los que de verdad tiene, así en virtud como en letras o en otros dones naturales o adquiridos, complaciéndose de ellos consigo mismo.

4. Es pensar que es singular y excelente sobre todos en los bienes que tiene, o desear vanamente serlo, para que todos se le rindan y sujeten.

Cuidado, porque de la soberbia nacen otros terribles vicios, con varios actos de pecados, los cuales pueden reducir a siete, como siete cabezas tiene el dragón infernal.

- Primer vicio es el Vanagloriarse, siendo este un apetito desordenado de ser conocido, estimado y alabado de los hombres; cuyos actos son gloriarse de lo que tiene como si no lo hubiera recibido de Dios; gloriarse de lo que de verdad no tiene o de cosa indigna de gloria por ser mala o vilísima; desear vanamente agradar a los hombres diciendo o haciendo sus cosas porque le alaben en oír sus alabanzas, aunque sean falsas lisonjas. Esta vanagloria es mas abominable en materia de virtudes, porque es veneno dulce y ladrón secreto que las roba y destruye.

Segundo vicio es la Jactancia, cuyos actos son alabarse a sí mismo, diciendo los bienes que no tienen o exagerando los que tiene con demasía y blasonando de ellos o descubriendo sin necesidad los que debiera encubrir.

Tercer vicio es la Ambición, deseando desordenadamente honras y dignidades, cuyo desorden consiste en desear las que no merece o en procurarlas por malos medios o con demasiada afición, teniendo por fin no más que la honra mundana.

Cuarto vicio es la Presunción, el que presume de sí mismo grandes cosas, mayores de los que puede y arrojándose a ellas temerariamente por vanidad.

Quinto vicio es la Hipocresía, fingiendo la virtud y la buena intención que no tiene para ser tenido por santo, y haciendo las buenas obras con fingida bondad para este fin.

Sexto vicio es Protervia en su propio juicio, anteponiéndole al de los otros, aunque sean superiores, en las cosas que fuera bien rendirse al parecer ajeno por no ser engañado.

- Séptimo vicio es el Desprecio a los demás, haciendo poco caso de ellos, primero de los menores, luego de los iguales, después de los mayores, hasta llegar a despreciar al mismo Dios. Porque la soberbia, como escribió David (Ps. 75, 23), siempre va creciendo y así brota otros innumerables pecados, discordias, desobediencias, maldiciones y blasfemias.

Como fueren pensando estos vicios he de mirar los pecados que en cada uno han cometido, haciendo de ellos una humilde confesión en la presencia Mía, diciéndome: “Acúsome, Dios Mío, que estoy lleno de soberbia; cuanto hago es por vanagloria, mis palabras huelen a jactancia, mis obras y deseos están emponzoñados con ambición.

“SOLO, PIDANME PERDON Y LOS LIBRARE DE LOS VICIOS, PUES YO SU JESUS ESTOY SIEMPRE PERDONANDO, ASI SEAN SETENTA VECES SIETE, CUANDO EN VERDAD DE CORAZON VENGAN A MI ARREPENTIDOS”.

También repréndanse a sí mismos con las represiones que pone la Sagrada Escritura (1 Cor., 4,7), que os dice: “Oh vil hombre ¿Qué tienes que no hayas recibido?, y si lo habéis recibido ¿De qué te glorías como si fuera tuyo? ¿Ya estáis harto? ¿Ya te tenéis por rico? ¿Ya queréis reinar a solas, como si no tuvieses necesidad de otros? Si esto piensas, mira que te dirá Dios lo que dijo al otro soberbio, que eres ciego, pobre, desnudo y miserable (Apoc., 3, 17).

· Ciego porque no te conoces.

· Pobre de virtudes.

· Desnudo de buenas obras.

· Miserable con graves culpas.

¿De qué te ensorbeces, polvo y cenizas? (Ecceli., 10,9)

¿De qué te engríes vil gusanillo?

Huye, huye de la soberbia, porque siendo pobre y soberbio, serás de Dios aborrecido. (Eccli., 25, 3-4)

Yo su Jesús, vuelvo a invitarlos a todos sin excepción de alguno a la conversión, vuélvanse a Mí, porque no hay otro por el cual puedan llegar a Mi Padre.

Deseo con todo Mi corazón, que todos Mis Hijos hagan un esfuerzo grande, hagan méritos, oren, pidan por la salvación de su propia alma, criaturas muy amadas de todos los que estamos en las moradas Santas de Mi Padre del Cielo.

Ahora os bendigo,

+ EN EL NOMBRE DE DIOS PADRE,

+ EN MI NOMBRE,

+ EN EL NOMBRE DE DIOS ESPIRITU SANTO PARACLITO,

+ EN EL NOMBRE DE LA SIEMPRE VIRGEN MARÍA.

AMEN, AMEN, AMEN.

En el Amor de Dios, Os dejo Amadísimos Míos.

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