"He venido por TODOS mis HIJOS con el deseo de
acercarlos a Nuestros Corazones"




El Señor expuesto las 24  horas del día en vivo y en directo

https://www.youtube.com/watch?v=aHCHbn4abhk&t=145s






LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión

 click en imagen

Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión

Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad. 
(En proceso de Beatificación)



HORA DE SAN JOSÉ
Para hacer los:
Domingos a la 21 horas
 Domingos 09:00 PM




Mensajes de Dios y la Virgen María (MDM)
http://kyrieokumbaya.blogspot.com.es/

Presentamos la Asociación por las Almas del Purgatorio. 
¡Inscribe a las tuyas! ¡Reza por todas!
Por RORATE CÆLI -23/11/2014


sábado, 28 de julio de 2018


 Jul 12_18 Yo fui muy claro a través de Mi Hijo, que en el Mundo no se viene a gozar.   


Rosario vespertino - Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os lo vuelvo a implorar, ya no a pedir, a implorar, Mis pequeños, breve es el tiempo, antes de éstos acontecimientos, en que muchas almas se pueden perder. No desperdiciéis vuestro tiempo, que es Mi Tiempo a través de vosotros.

Hijitos Míos, os lo he repetido varias veces, que estos son tiempos en que el trigo y la cizaña serán separados y cada quien tendrá su premio o su castigo.

Sé que los que estáis Conmigo, estáis ya cansados por todo lo que está sucediendo contra Mí. Estáis aterrorizados, hasta podría decirlo así, al ver todos los cambios que se están dando a vuestro alrededor y que Me atacan a Mí, como Dios, como el Amor Increado, como el Amor Divino. Y digo aterrorizados, porque Me amáis y porque veis cómo el hombre puede atacar a su Dios.

Tenéis que ver ante todo, Mis pequeños, que es satanás, a través de vuestros hermanos, el que Me está atacando. Lo visteis con Mi Hijo en Su Pasión, satanás tomando las almas de los verdugos, tomando las almas del pueblo, tomando las almas de todos aquellos que Le rodeaban y aun a aquellos que, en un momento dado, recibieron alguna curación o Milagro de parte de Él.

El hombre es muy ingrato, se deja llevar por las multitudes, se deja llevar fácilmente por lo que dicen los demás. Son pocos los que se mantienen en sus creencias y las defienden hasta la muerte y de ahí es de donde nacen, precisamente, los santos, que son aquellos que defienden en lo que creen, que defienden en lo que os he enseñado, que defienden el ideal de regresar Conmigo al Reino de los Cielos.

Los que estáis Conmigo sabéis valorar, perfectamente, lo que es vivir en el Amor, lo que es transmitirlo, lo que es cambiar a un alma pecadora a un alma justa, a un alma que se puede salvar. Ese es un gozo que solamente lo pueden gozar aquellos que están Conmigo, aquellos que buscan esparcir Mi Reino entre los hombres. Pero son tan pocos, tan pocos, los que, realmente, quieren estar Conmigo. Son tan pocos los que en estos tiempos saben entender los signos de los tiempos. Son tan pocos los que realmente quieren regresar al Reino de los Cielos.

Satanás os ha desviado tanto, os ha hecho creer que estáis en la Tierra para gozar, que es un tiempo que se os ha dado para que gocéis al máximo en vuestra sensualidad, en vuestro gozo indebido, vuestro gozo carnal.

Yo fui muy claro a través de Mi Hijo, que en el Mundo no se viene a gozar y Mi Hijo os dijo: el que quiera seguirMe, que tome su cruz y Me siga. La Cruz no os está hablando de gozo, al menos del gozo que el hombre entiende, como os dije antes, para los que están Conmigo, sí es un gozo luchar contra el mal y volver a la vida a aquellos que se han desviado. A veces se sufre tanto, que hasta la vida se da por salvar a un alma y eso produce un gozo Divino, un gozo santo, que solamente los que están Conmigo saben entenderlo y el dolor se convierte en alegría en ese gozo Divino que os digo y Divino, porque Yo estoy con esas almas que se saben dar por los demás, como Mi Hijo se dio por vosotros.

Hay tanto, tanto mal a vuestro alrededor, que ya el mismo hombre no sabe discernir entre lo bueno y lo malo y, especialmente, cuando de la misma Iglesia salen tantas malas explicaciones, que producen dudas porque ya, prácticamente, no hay verdaderos ministros que transmitan las Verdades que tenéis en las Sagradas Escrituras. Todo se ha vuelto un caos, un caos social, un caos religioso, un caos en vuestras creencias, ya no sabéis qué es bueno, qué es malo y, sobre todo, porque no sabéis discernir lo que Mi Santo Espíritu os avisa en vuestro interior. Sabéis acallar, fácilmente, a Mi Santo Espíritu, para que vosotros caminéis en el libertinaje de la vida y así, vosotros no os sintáis mal en ningún momento.

Pero ese engaño, que vosotros mismos os propiciáis, no dura mucho, porque Yo amo a las almas y os insisto, continuamente, a que vayáis a recibir el Sacramento de la Penitencia y así, vuestra alma, vuelve a estar Conmigo, pero son muy pocos los que creen todavía en Mis Sacramentos, en la oración, en Mi Presencia real en la Santa Eucaristía. Vivís una mentira continua a vuestro alrededor.

Los gobernantes de la Tierra se han vuelto instrumento de satanás, prometen y prometen, no cumplen y satanás los manipula a su antojo y los lleva a la desesperación.

Las familias se destruyen, no se respetan dentro del hogar y eso causa los problemas sociales que veis a vuestro alrededor. Si en el interior de vuestro hogar hay luchas, hay faltas de respetos, hay grosería, hay mentira, hay maldad, hay error, hay golpes, hay asesinatos, ¿qué podéis esperar fuera del hogar, que es a donde lleváis todos vuestros problemas? y ¿qué hacéis vosotros para remediar todo esto que estáis viviendo? No hacéis gran cosa, os quejáis, pero no ponéis de vuestra parte para ir remediando todos los males que día a día se multiplican. Ya no tenéis el apoyo espiritual que Yo os pudiera dar para que resolvierais vuestros problemas en el Amor, pero no Me invocáis, porque no confiáis en Mi Amor ni en Mi Perdón, buscáis solamente, una paz efímera, que os da la droga, el alcohol o relaciones extramaritales que os hacen olvidar, por un momento, vuestro error en el hogar, pero que luego se multiplica, se potencializa con más errores que vosotros mismos os estáis causando.

No vivís en la Verdad, no vivís en la Virtud, no vivís el Verdadero Amor que debéis vivir y que os daría una paz verdadera dentro de vuestro hogar pero, especialmente, dentro de vuestro corazón.

Lo que no tengáis en vuestro corazón, no lo podréis dar a los demás. Si vuestro corazón está lleno de conflictos, de maldad, de error, de mentira, eso es lo que transmitiréis a vuestros hermanos. Dad a los demás, lo que queráis recibir de ellos. El hombre sigue siendo niño, al hombre, aún a pesar de su extensa edad, se le puede enseñar y puede cambiar y esto se logra con el ejemplo, Mis pequeños.

Por eso os mandé a Mi Hijo, no para hablarles desde un púlpito y luego encerrarse en un cuarto, Le pedí que caminara entre los hombres, que mostrara lo que todo un Dios puede hacer, puede enseñar. Los hombres, vieron a Mi Hijo, Me vieron, a Mí en Él, actuando; en aquél tiempo Lo vieron Personalmente. En estos tiempos, Me tenéis, también, a Mí, en las Sagradas Escrituras y podéis seguir, paso a paso, Mi Presencia entre los hombres a través de Mi Hijo y podéis aprender y cambiar, primeramente, vosotros y así poder ayudar a vuestros hermanos, viviendo como Mi Hijo.

Queréis grandes cambios, pero exigís que sean los demás los que empiecen primero. Y ¿cómo van a aprender, si vosotros no les enseñáis? Hay tantos hermanos vuestros que no han tenido ningún tipo de enseñanza espiritual, no nacieron en un hogar en el cual se les hablara de Mí, ¿cómo podéis exigirles, cuando no Me conocen?, por eso os he hablado de que algunos de vosotros sois hermanos mayores y otros hermanos menores.

Los hermanos mayores son aquellos que Me conocen, que Me han escuchado, que Me han seguido, porque han tenido esa educación espiritual desde pequeños y sois necesarios para estos tiempos, sois vida para muchos que están muertos en lo espiritual. Os necesito, Mis pequeños, necesito de vuestras palabras, para dárselas a vuestros hermanos, necesito de vuestro ejemplo, para que mováis corazones, necesito de vuestra oración, para que intercedáis por aquellos que no quieren escuchar, pero que vuestra oración pueda mover su corazón para una conversión, al menos, necesaria, para su salvación.

Graves acontecimientos se avecinan y hay tantas almas que se pueden condenar. Necesito tanto de vosotros, esas almas necesitan de Mí, pero os he dicho que ya Mi Hijo no vendrá en estos tiempos a Evangelizar entre los hombres, ahora sois vosotros los que estáis Conmigo, los que moveréis almas hacia la conversión.

Vivid para Mí, como Mi Hijo lo hizo, vivid una vida más profunda en Mi Amor, muchas almas Me necesitan, os lo pidió, al final de Su Vida sobre la Tierra, Mi Hijo, en la Cruz: “DadMe almas”, os lo pidió y nuevamente os lo pido a vosotros, Mis pequeños.

Os repito continuamente esto, porque no os dais cuenta de la realidad que se os avecina, no meditáis lo suficiente ni Me lo pedís, para que Yo os dé una explicación profunda y os haga entender la realidad que estáis viviendo y que viviréis.

A vosotros os he concedido el estar Conmigo, el ser bendecidos en múltiples formas, pero poneos en el lugar de vuestros hermanos, que no Me conocen o que no les intereso. Aquellos que no Me buscan, aquellos que viven en pecado grave, ¿cómo van a reaccionar en los momentos drásticos y difíciles de la Purificación?, poneos en su lugar y tratad de entenderlos y, así, comprenderéis el por qué ellos necesitarán de vuestra compañía espiritual, de vuestra intercesión en esos momentos difíciles. No sabrán qué decir ni qué hacer, a quién invocar ni cómo ganar su salvación eterna.

Entended eso, Mis pequeños, no saben y vosotros sí sabéis, os he dado el Conocimiento y os he pedido que lo compartáis, es una necesidad imperante el que vosotros os deis para la salvación de infinidad de almas.

Os he dicho que ya son momentos graves, momentos muy difíciles que pasará la humanidad pero, sobre todo, momentos de vida o muerte eterna. Y vosotros, con vuestra donación, con vuestro ejemplo, con vuestra intercesión, podéis salvarMe tantas almas.

Os lo vuelvo a implorar, ya no a pedir, a implorar, Mis pequeños, breve es el tiempo, antes de éstos acontecimientos, en que muchas almas se pueden perder. No desperdiciéis vuestro tiempo, que es Mi Tiempo a través de vosotros. Vosotros, en estos momentos, estáis haciendo el trabajo de Mi Hijo, Se dio por vuestra conversión y por vuestra salvación, haced, pues, lo mismo por vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.



miércoles, 25 de julio de 2018




 Santiago Apóstol

Santiago Apóstol El 25 de Julio se celebra la fiesta de Santiago Apóstol, patrón de España.

El apóstol Santiago, primer apóstol martir, viajó desde Jerusalén hasta Cádiz (España). Sus predicaciones no fueron bien recibidas, por lo que se trasladó posteriormente a Zaragoza. Aquí se convirtieron muchos habitantes de la zona. Estuvo predicando también en Granada, ciudad en la que fue hecho prisionero junto con todos sus discípulos y convertidos. Santiago llamó en su ayuda a la Virgen María, que entonces vivía aún en Jerusalén, rogándole lo ayudase. La Virgen le concedió el favor de liberarlo y le pidió que se trasladara a Galicia a predicar la fe, y que luego volviese a Zaragoza.

Santiago cumplió su misión en Galicia y regresó a Zaragoza, donde corrió muchos peligros. Una noche, el apóstol estuvo rezando intensamente con algunos discípulos junto al río Ebro, cerca de los muros de la ciudad, pidiendo luz para saber si debía quedarse o huir. Él pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto, se vio venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz, cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado.

Sobre la columna, se le apareció la Virgen María. Santiago se levantó del lugar donde estaba rezando de rodillas, y recibió internamente el aviso de María de que debía erigir de inmediato una iglesia allí; que la intercesión de María debía crecer como una raíz y expandirse. María le prometió: "permaneceré en este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".

María le indicó que, una vez terminada la iglesia, debía volver a Jerusalén. Santiago se levantó, llamó a los discípulos que lo acompañaban, que habían oído la música y visto el resplandor; les narró lo demás, y presenciaron luego todos cómo se iba desvaneciendo el resplandor de la aparición. En el lugar de la aparición, se levantó la primera iglesia dedicada a la Virgen María, lo que hoy es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, un lugar de peregrinación famoso en el mundo entero que no fue destruido en la guerra civil española (1936-1939), puesto que las bombas que se lanzaron sobre el templo no explotaron, pudiéndose hoy en día verse expuestas en el interior de la Basílica.

Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, como María le había ordenado. En este viaje visitó a María en Éfeso. María le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y lo confortó en gran manera. Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue hecho prisionero.

Fue llevado al monte Calvario, fuera de la ciudad. Durante el recorrido, estuvo predicando y aún fue capaz de convertir a algunas personas. Cuando le ataron las manos, dijo: "Vosotros podéis atar mis manos, pero no mi bendición y mi lengua". Un tullido que se encontraba a la vera del camino, clamó al apóstol que le diera la mano y lo sanase. El apóstol le contestó: "Ven tú hacia mí y dame tu mano". El tullido fue hacia Santiago, tocó las manos atadas del apóstol e inmediatamente sanó.

Josías, la persona que había entregado a Santiago, fue corriendo hacia él para implorar su perdón. Este hombre se convirtió a Cristo. Santiago le preguntó si deseaba ser bautizado. Él dijo que sí, por lo que el apóstol lo abrazó y le dijo: "Tú serás bautizado en tu propia sangre". Y así se cumplió más adelante, siendo Josías asesinado posteriormente por su fe.

En otro tramo del recorrido, una mujer se acercó a Santiago con su hijo ciego para alcanzar de él la curación para su hijo, obteniéndola de inmediato.

Una vez llegado al Monte Calvario, el mismo lugar donde años antes fue crucificado nuestro Señor, Santiago fue atado a unas piedras. Le vendaron los ojos y le decapitaron.

El cuerpo de Santiago estuvo un tiempo en las cercanías de Jerusalén. Cuando se desencadenó una nueva persecución, lo llevaron a Galicia (España) algunos discípulos.

En siglos posteriores y hasta el momento actual, numerosos fieles, principalmente de Europa, recorren parcialmente el "Camino de Santiago" que les conduce a la tumba del Santo, con el fin de pedir perdón por sus pecados.


sábado, 21 de julio de 2018

¿Excomunión doble para el cura siciliano?
noviembre 11, 2017





"Los misericordiosos de la neoglesia quieren excomulgar a Don Minutella. Todo nuestro apoyo al hermano perseguido "por Fra Cristoforo

Todos los días vemos algo bonito. Hoy esto. Don Alessandro Minutella, de Palermo, un cura que se hizo famoso por su clara oposición a la apostasía en la neoiglesia arco iris, ha recibido de su obispo Lorefice una comunicación de la Congregación para el Clero, que manda al cura reiterar ante el público (a través redes sociales) su lealtad al "Romano Pontiífice Francisco", bajo pena de excomunión INMEDIATA. De hecho, no he entendido por qué, pero la excomunión es DOBLE:

Debe quedar claro que un acto de lealtad al Romano P., Don Alessandro ya lo había puesto por escrito y enviado a su obispo y a la Congregación para el Clero.

Lo que se le imputa al cura de Sicilia, por lo tanto, es la falta de sumisión a Fco., simplemente porque ha tenido el valor de denunciar abiertamente las contradicciones de la enseñanza actual y el estado resultante de la confusión doctrinal. Ahora, es cierto que tal vez la "forma" de Don Minutella puede ser discutida. Pero no la sustancia de su queja. Está a la vista de todos que la doctrina se ha convertido en un desastre desde que está Bergoglio. Y él descaradamente sigue sin aclarar nada.
 Haciendo de modo que su "magisterio" tenga una interpretación en Polonia, un diferente en Argentina, un otra echa el ancla a Malta y a San Marino, en Alemania, Dios no lo quiera ... 

Una pregunta, sin embargo me surge inmediatamente. Resulta extraño que hoy en día sea excomulgado Don Alessandro y otros que lo merecen seriamente no lo sean. Ejemplo:

P. Arturo Sosa que no cree en la existencia del diablo, del Infierno e incluso la Palabra de Dios (http://www.ilfoglio.it/chiesa/2017/06/02/news/chiesa-papa-francesco-gesuita- Sosa-infierno-no-hay-137838 /);

Mons. Paglia invocando el "espíritu de Pannella" (político ultraizquierdista)(http://www.iltimone.org/35739,News.html)

Mons. Galantino considera a Lutero como un don del Espíritu Santo (https://anonimidellacroceblog.wordpress.com/2017/10/20/i-vaneggiamenti-di-mons-galantino-la-riforma-protestante-dono-dello-spirito- saint-entre-la-cristoforo / comentario-página-1 /)

Mons. Ravasi que llama a los masones, "hermanos"  (http://www.grandeoriente.it/il-giornale-sullarticolo-cari-fratelli-massoni-del-cardinale-ravasi/);

Don Cosimo Scordato (siempre Siciliano) que bendijo en la Iglesia de una pareja de lesbianas (http://www.gay.it/attualita/news/union-civili-palermo-prete-benedice-coppia-gay);

El padre James Martin, un portavoz de la ideología LGBT en la neoiglesia (https://anonimidellacroceblog.wordpress.com/2017/11/10/se-il-cardinale-elogia-il-proselitismo-lgbt-di-fra-cristoforo/) ;

Estos son los nombres que vienen a la mente ahora. Pero la lista sigue y sigue

De estos, ni siquiera la sombra de un reproche. Una excomunión a Don Alessandro. ¡Vergonzoso, vergonzoso, vergonzoso!

El dictador de Santa Marta y sus seguidores expresan su "misericordia" con la excomunión. Idéntica a la "misericordia" de los dictadores comunistas, en los campos de reeducación.

Todo nuestro apoyo y nuestra oración a Don Minutella.

Fra Cristoforo

Visto en: 

domingo, 15 de julio de 2018

SOLEMNIDAD de NUESTRA SEÑORA
 LA VIRGEN DEL CARMEN
16 de Julio

"Nuestra Señora jamas se niega a quien recurre a Ella"


Solicitud de oraciones a la Virgen del Carmen (click aquí)

Vuestras intenciones seràn recordadas en la misa diaria en la Curia General de la Orden en Roma y en todos los santuarios, parroquias y monasterios carmelitanos del mundo.


ORACIÓN
Oh! Virgen del Carmen María Santísima, que has ofrecido tu especial asistencia en la hora de la muerte a los que devotamente vistieron tu Santo Escapulario, para que por medio de una verdadera penitencia logren salir de esta vida en gracia de Dios, y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Madre, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia y contrición de mis pecados, perfecto amor de Dios, y deseos vivos de agradarle, para que mi alma no se pierda eternamente, sino que salga segura de esta vida, para gozar la felicidad eterna de la gloria; y al presente consiga lo que en esta oración, por vuestra intercesión, pido a Nuestro Señor.

http://www.mariamediadora.com/Oracion/Newsletter597.htm



Historia
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.

http://www.corazones.org/maria/carmen_virgen/a_carmen.htm



Biografía de San Simón Stock
"...En la madrugada del 16 de Julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se apareció a San Simón Stock, superior general de la Orden, al que le entregó sus hábitos y el Escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. La Santísima Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, promesa que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario..."

Leer más en :
http://mivirgendelcarmen.wordpress.com/2010/10/09/san-simon-stock-el-mensajero-de-nuestra-senora-del-carmen/


La imposición del Escapulario del Carmen


 El escapulario del Carmen, debe ser impuesto por un sacerdote, en algún Santuario Carmelitano.
Es de suma importancia vestir el escapulario del Carmen en la hora de la muerte.
La Virgen María, le dijo a San Simón Stock llevando el escapulario del Carmen en sus manos, éste será el privilegio para ti y todos los carmelitas:
"Quien muriera con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriese, se salvará".




La Salve Marinera

Salve, Estrella de los mares, 
de los mares iris de eterna ventura 
Salve Fénix de hermosura
Madre del Divino Amor.

De tu pueblo a los pesares
tu clemencia dé consuelo
fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.

Salve, Salve, estrella de los mares
Salve Estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.

Salve, Estrella de los mares
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve.

***

Reeditado



EL ESCAPULARIO DEL CARMEN
(Escapulario carmelita)

Imagen relacionada


¿Qué es el Escapulario del Carmen?

El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la orden Carmelitana, en la esperanza de su protección maternal.

El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón, por todos conocido.

El escapulario del Carmen es un sacramental, es decir, según el Concilio Vaticano II, “un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia” (S.C. 60).


La “Gran Promesa”

En un momento de gran aflicción para la Orden del Carmen, San Simón Stock suplicó a la Madre de Dios que le diese una señal de Su protección. Y el día 16 de julio de 1251 la Santísima Virgen se le apareció con el Niño Jesús y le presentó un Escapulario, prometiéndole que todos los que con él muriesen no padecerían el fuego eterno. “Es, pues, una señal de salvación, salvaguardia en los peligros, alianza de paz y de protección sempiterna”, dijo la Madre de Dios.

El sentido de esta promesa es que la persona que muere con el Escapulario recibirá de la Virgen María, a la hora de la muerte la gracia de la perseverancia en el estado de justicia si está en él, o, en caso contrario, la gracia de la conversión y de la perseverancia final.

Esta “gran promesa” es válida no sólo para los religiosos que mueren con el Escapulario largo, sino también para los fieles que lleven el Escapulario pequeño o la medalla–escapulario.

El Privilegio Sabatino

La predilección de María Santísima por el Carmen fue confirmada de modo aún más maternal en el siglo siguiente, cuando se apareció al futuro Papa Juan XXII, entonces cardenal, en Avignon, Francia. Allí le prometió una especial asistencia para los que llevasen el Escapulario del Carmen, diciendo que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de su muerte.

Para gozar de los privilegios del escapulario es necesario:

1)    Haber recibido debidamente el Escapulario, es decir, impuesto por un sacerdote con poder para tal (actualmente cualquier sacerdote con uso legítimo de órdenes tiene ese poder).

2)    Que el Escapulario sea como prescribe la Iglesia, es decir, hecho con dos pedazos de lana (y no de otro material) unidos entre sí por cordones, de forma cuadrangular o rectangular y de color marrón.

3)    Que una parte caiga sobre el pecho y otra sobre la espalda.

4)    Guardar la castidad cada uno según su estado (perfecta para los solteros y matrimonial para los casados).

5)    Rezar las oraciones prescriptas por el sacerdote que lo impuso.
Protección maternal

Por su profundo simbolismo mariano, por los grandes privilegios y por el gran amor y privilegiada asistencia, que ha manifestado a través de los siglos la Santísima Virgen del Carmen a quienes vistan devotamente su escapulario, es por lo que tan prodigiosamente se ha extendido por doquier esta piadosa devoción de vestir el escapulario.

He aquí las razones del valor espiritual de la devoción del santo escapulario:

“Sobre todo por su rico simbolismo: ser hijo de María, ver en él todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la Madre Amable. Por morir en gracia de Dios, quien lo vista piadosamente. Porque saldrá del Purgatorio cuanto antes quien muera devotamente con él. Por llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la muerte y aún más allá. “En la vida protejo; en la muerte ayudo, después de la muerte salvo”, son sus credenciales por los innumerables prodigios que ha obrado. Por las relaciones con sus apariciones más recientes en Lourdes y Fátima. Por las muchas indulgencias que disfrutan quienes visten este escapulario”.

Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

"Además de la gran promesa de preservar del infierno, del singular privilegio Sabatino y del honroso título de Hermanos de la Virgen [los frailes del Carmen son llamados 'Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo'] y de la salvación en los peligros, así como de gran número de indulgencias, los que visten el Escapulario del carmen gozan de la participación en todas las obras buenas que se practican en toda la Orden del Carmen. Esto quiere decir que en la Orden del Carmen todo lo que cae bajo el común denominador de "buenas obras" -como virtudes, satisfacciones, Misas, oraciones, predicaciones, ayunos, disciplinas, inmolaciones, frutos de las Misiones, práctica de los votos, austeridad de la vida del claustro, efectos saludables del apostolado de la devoción a la Virgen del Carmen y a su santo Escapulario, etc.- forma un acervo común o un capital social que se reparte entre todos y cada uno de los miembros que, sea por profesión (religiosa) o en virtud del privilegio de la agregación, pertenecen a dicha Orden de la Virgen del Carmen".

El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes de María. Así lo recordaba a todos: religiosos, terciarios y cofrades, “que forman, por un especial vínculo de amor, una misma familia de la Santísima Madre”, el Papa Pío XII, el 11 de febrero de 1950:

“Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad. Vean, en la forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor. Vean, sobre todo, en esta librea, que visten día y noche, significada, con simbolismo elocuente, la oración con la cual invocan el auxilio divino. Reconozcan, por fin, en ella su consagración al Sacratísimo Corazón de la Virgen Inmaculada, por Nos. recientemente recomendada”.

Indulgencias

He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que visten el escapulario:

A) Indulgencias plenarias: 1. El día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía.  2. En las fiestas: de la Virgen del Carmen (16 de julio), de San Simón Stock (16 de mayo), de San Elías profeta (20 de julio), de Santa Teresa de Jesús (15 de octubre), de Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre), de San Juan de la Cruz (14 de diciembre), y de todos los Santos Carmelitas (1 de noviembre)

B) Indulgencia parcial: se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y no sólo al escapulario, sino también a la medalla–escapulario.

Recomendación pontificia

Desde el siglo XVI –que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen– casi todos los papas lo han vestido y propagado. Baste recordar aquí que Pablo VI, tratando de las líneas señaladas por el Vaticano II, dijo: “Creemos que entre estas formas de piedad mariana deben contarse expresamente el rosario y el uso devoto del ESCAPULARIO DEL CARMEN”. Y añade, tomando las afirmaciones de Pío XII: “Esta última práctica, por su misma sencillez y adaptación a cualquier mentalidad, ha conseguido amplia difusión entre los fieles con inmenso fruto espiritual”. Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.

La fiesta de la Virgen del Carmen –16 de julio– está entre las fiestas “que hoy, por la difusión alcanzada, pueden considerarse verdaderamente eclesiales” (M.C. 8).

Objetivo principal

María será siempre camino para llegar a Jesús. Entre las devociones que los cristianos dedican a honrar a María –decía Pío XII el 11 de febrero de 1950– “debe colocarse, ante todo, la devoción del escapulario de los carmelitas”.

Por ello recomendamos vivamente que se lleve día y noche el escapulario –vestido de María–, pero su uso permanente no es indispensable para ganar las indulgencias.

El escapulario de tela –que se recomienda por simbolizar mejor el vestido y consagración a María– puede ser sustituido por la medalla–escapulario.

Quien viste el escapulario del Carmen debe distinguirse por una profunda, sincera y filial devoción a la Santísima Virgen, esforzándose siempre por conocer, amar, imitar e irradiar a María, ya que la Orden del Carmen –a la que pertenece por vestir su hábito– tiene como finalidad vivir su vida y extender su culto. El título oficial de los Carmelitas es éste: HERMANOS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.

Mi lema

Todo esto debe animar a los cristianos a vestir con devoción el escapulario de la Virgen María que tantos prodigios ha obrado a través de los siglos y que me promete una ayuda especial y protección maternal de parte de María. Éste será el ideal o lema que se procurará vivir a toda costa:

“Que MI ESCAPULARIO me acompañe siempre. Que en él vea siempre a mi Madre Celestial. Que al besarlo lo haga con amor de hijo y como promesa de amarle más y servirle mejor. Que su recuerdo y su presencia en mi pecho me anime a serle más fiel a su Hijo y a Ella. Que en él vea grabadas todas las virtudes de mi celeste Madre y trate de vivirlas. Que su constante presencia sobre mi corazón me ayude a evitar el pecado y a practicar la virtud. Que su recuerdo nunca permita que me olvide de Ella y así puedo estar seguro que Ella no me abandonará”.

Actualidad de esta devoción

La misma Virgen María insistió en su necesidad para los tiempos actuales. La impresionante secuencia de grandes apariciones marianas que comenzó a partir del siglo XIX, en un llamado acuciante para pedir la conversión y penitencia del mundo cada vez más pecador, presenta un discreto y constante vínculo con esta devoción que remonta a la Edad Media.

En efecto, en Lourdes, la última aparición a Santa Bernardita tuvo lugar el 16 de julio de 1858, fiesta litúrgica de Nuestra Señora del Carmen y aniversario de la entrega del Escapulario a San Simón Stock. Y en Fátima, en la sexta aparición, durante la cual se produjo el milagro del sol para probar su autenticidad, la Virgen quiso aparecer a los tres videntes -Lucía, Jacinta y Francisco- bajo la advocación del Carmen, con el Niño Jesús en los brazos y el Escapulario.

A este propósito, la Hermana Lucía, en una entrevista concedida el 15 de Agosto de 1950 al R. P. Howard Rafferty, O.C.D., confirmó esa visión y que la Virgen quería que el Escapulario fuera tomado como parte del mensaje, añadiendo: "ahora el Santo Padre lo ha afirmado así al mundo entero, diciendo que el Escapulario es signo de consagración al Inmaculado Corazón. (...). El Rosario y el Escapulario son inseparables"

Al sernos impuesto el Escapulario nos consagramos a la Virgen y elegimos, así, "el camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Nuestro Señor, que es en lo que consiste la perfección del cristiano".

Así lo practicaron y enseñaron los santos, particularmente San Luis María Grignion de Montfort, y lo expresó Ella misma en Fátima. Y a través de la voz de sus pastores, la Iglesia lo reafirma, como lo hizo recientemente Juan Pablo II recordando a Pío XII: "la forma más auténtica de devoción a la Virgen Santísima, expresada mediante el humilde signo del Escapulario, es la consagración a su Corazón Inmaculado".




sábado, 14 de julio de 2018







Como Vara de Almendro


Por Antonio José Sánchez Sáez



I.INTRODUCCIÓN

En este artículo queremos resumir brevemente qué es el milenarismo espiritual, la doctrina tradicional de la Iglesia durante los cinco primeros siglos de nuestra era en relación con la Parusía y el Reino de Cristo; recordarla y aclararla, defendiéndola de aquéllos que creen, por ignorancia, que es herética porque la confunden con el milenarismo carnal, craso o quiliástico. 

 
Santos Padres latinos.

El milenarismo espiritual es la doctrina revelada por el Espíritu Santo en el Apocalipsis, las Cartas de San Pablo, San Juan y de San Pedro y concordantes. Ésta fue la doctrina seguida por el mismísimo San Juan – como nos contaron sus discípulos Policarpo, Papías y San Ireneo -, por los apóstoles de Cristo (como se comprueba en la Didajé) y por la completa unanimidad de los santos padres de la Iglesia hasta San Agustín. Basta leer la Patrística latina de Jacques Paul Migne para confirmarlo.

¿Quién se atreverá a condenarla, cuando la misma Escritura la confiesa en cientos de lugares y los santos y los mártires la escucharon de la boca de San Juan? Nadie. Nunca fue condenada ni nunca podrá serlo porque es la interpretación auténtica, confirmada por Cristo y sus apóstoles (como ahora veremos) en relación con la Parusía y el subsiguiente Reino de Dios en la Tierra y, sin duda, sería la interpretación más seguida dentro de la Iglesia desde entonces si no hubiera mediado un episodio concreto en el s. V, que luego describiremos. 

Desde la segunda etapa de San Agustín (en su primera etapa fue también milenarista, como no podía ser de otra forma) hasta ahora la mayoría de Iglesia profesa una interpretación alegórica forzadísima de Apoc. XX y de todas las alusiones bíblicas que hablan de las dos resurrecciones y del Reino de Cristo en la Tierra tras su Parusía, contradiciendo su literalidad. Desde el s. V en adelante la Iglesia ha aventurado una interpretación alegórica para interpretar los acontecimientos fundamentales de los tiempos finales, interpretación que no es oficial ni dogmática sino libre, hasta el punto en que muchos de los más grandes teólogos de la historia han seguido siendo fieles a la interpretación tradicional del milenarismo espiritual, como Cornelio a Lapide (s. XVI), Charles Arminjon (s. XIX) o los padres José Rovira, Florentino Alcañiz, Orlandis o Benjamín Sánchez (s. XX), entre otros muchos.

Muchos herejes hubo antes (Cerintos, Nepos, Caio, etc.) y después del s. V d. C (los anabaptistas, Joaquín de Fiore, testigos de Jehová, etc.)  propugnadores del milenarismo craso o carnal, herejía tremenda justamente condenada por la Iglesia. Fueron condenados como herejes por profesar ese milenarismo torcido. De forma que hoy en día muchos consideran, por ignorancia, que el milenarismo es herético sencillamente porque tienen en mente el milenarismo de estos herejes. Y aquí está la tragedia: que al no distinguir entre el milenarismo malo y el milenarismo ortodoxo condenan in toto todos ellos bajo la común nomenclatura de “milenarismo” y tratan de herejes a todos los milenaristas por igual, hasta el punto de que con esta forma de pensar tendrían que tachar de herejes a los padres de la Iglesia, a los apóstoles y hasta al mismo Cristo y al Espíritu Santo. 

Nótese, pues, la importancia de distinguir entre ambos milenarismos, condenar el herético y salvar y predicar el espiritual.

II. ¿QUÉ ES EL MILENARISMO ESPIRITUAL? ES LA INTERPRETACIÓN TRADICIONAL DE LA IGLESIA SOBRE CÓMO ENTENDER EL REINO DE CRISTO TRAS SU PARUSÍA, APOYADA EN LAS PALABRAS DE CRISTO, EN LA BIBLIA (ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO), SAN JUAN EVANGELISTA Y APOCALETA, LOS APÓSTOLES Y LA UNANIMIDAD DE LOS PADRES DE LA IGLESIA DURANTE LOS PRIMEROS CINCO SIGLOS

El “milenarismo espiritual” consiste en la interpretación literal del Cap. XX del Apocalipsis y de las citas relacionadas de San Pablo, San Pedro, San Juan, etc. Como sabemos, la interpretación literal es la primera que exige la Biblia, como nos explicó San Jerónimo y actualmente sigue exigiendo también el Catecismo (numeral 116). El milenarismo espiritual puede resumirse así: 

1. No es lo mismo el fin de los tiempos que el fin del mundo.

2. El fin de los tiempos (de los gentiles) comenzó con la Ascensión de Cristo al Cielo y terminará con la derrota del falso profeta y del Anticristo en la Parusía o Segunda venida de Cristo, en gloria y majestad. Son los tiempos de los gentiles (es decir, de los cristianos).

3.  En esta Segunda venida o Parusía se produce el Juicio de las Naciones o gentiles, consistente en que:
* Cristo, en su Venida, castiga al mundo incrédulo, apóstata y paganizado, (“Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿acaso quedará fe sobre la Tierra?”, Lc. 18, 8) con una lluvia de fuego (2 Pedro 3,7) y derrota al falso profeta y al Anticristo y a sus huestes, de forma que ambos serán echados vivos al Infierno (Apoc. 19,20), al tiempo que el Demonio será encerrado para siempre (aquí algunos milenistas equivocados pensaban que el Demonio sería soltado otra vez antes del Juicio Final, lo que no compartimos).
* Cristo, en su Parusía, premia a los suyos con una primera resurrección, la de los justos de Cristo, justos que componen  dos grupos:
*los mártires asesinados durante la gran tribulación ocasionada por la persecución del Anticristo y del falso profeta;
* y los cristianos muertos en gracia de Dios desde la Ascensión de Cristo hasta ese momento.
* Además, los que estén vivos en el momento de la Parusía serán transformados en cuerpos gloriosos (1 Cor. 15, 51 y 1 Jn. 3, 2) (ver nota 1).Los resucitados en esa primera resurrección reinarán con Cristo por mil años (número que puede ser simbólico o literal) en esta Tierra, en el mundo, que no será como es ahora sino que será transfigurado por el Espíritu Santo (“nuevos Cielos, nueva Tierra”, Apoc. 21,1 e Isaías 65,17). Este Reino de Cristo no tendrá fin pues se funda en primer lugar en la Tierra y luego continúa en el Cielo, tras el Juicio universal, que se producirá en el fin del mundo. 
5. En el Reino de Cristo tras su Parusía o Segunda venida se cumple la profecía de “un solo rebaño con un solo pastor” (Jn. 10, 16), pues todos los sobrevivientes a la gran tribulación y los justos resucitados son católicos e integran la Iglesia católica. 

6. Al final de esos “mil años” de Reino de Cristo en la tierra con sus santos habrá una segunda resurrección, la del resto de los muertos:   es decir, los réprobos + los justos que no sean de Cristo (los que se salven por haber seguido la ley natural sin haber conocido inculpablemente a Cristo y los santos del Antiguo Testamento), que será juzgados en el Juicio Final, que coincide con la destrucción del mundo. Unos irán al Cielo y otros al Infierno. Los que reinaron con Cristo en el Reino en la tierra también pasarán al Cielo. Dice 1 Cor. 15, 24-26: “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la muerte”.

7. Sobre la destrucción del mundo previa al Juicio Final nos habla Apocalipsis 20,11-15: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”. Como se ve, la muerte es derrotada al final del Reino de Cristo en la Tierra, en el Juicio Universal o Final.


Esta doctrina, llamada milenarismo sano o espiritual, la profesó nada menos que el discípulo amado, San Juan Evangelista, algo que no hubiera hecho nunca si Cristo no se la hubiera enseñado. Nos lo cuenta San Ireneo por habérselo oído contar a su maestro Policarpo, discípulo directo de San Juan, como podemos leer en su Adversus Haereses. Ni qué decir tiene que San Juan no es un cualquiera sino testigo privilegiado de las palabras de Jesús y, además, el vidente del Apocalipsis, que recibió la explicación directa de lo que estaba viendo del mismo Espíritu Santo, como seguramente la recibiera también de Cristo durante su vida mortal e incluso de María Santísima, a la que cuidó en Éfeso hasta su dormición y Asunción a los Cielos.

¿Podría condenarse entonces esta doctrina? Claro que no.

Y desde San Juan y los apóstoles, por vía de sus discípulos, la profesaron todos los santos de los primeros cinco siglos de la Iglesia y entre ellos quienes más autoridad tenían: los padres de la Iglesia: S. Papías, S. Policarpo, S. Ireneo, Lactancio, S. Victorino, Sulpicio Severo, Justino Mártir, Apolinario de Laodicea, Lactancio, Victorino, Sulpicio Severo, S. Ambrosio, San Metodio, San Hipólito, San Epifanio, Dionisio de Alejandría, y un largo etc. y hasta el mismo San Agustín en su primera etapa (por enseñanza de su maestro San Ambrosio, uno de los grandes padres de la Iglesia occidental). Todos ellos creían que si Dios creó el mundo en seis días y al séptimo descansó, seis milenios duraría la vida del hombre en la tierra, triunfando luego Cristo en su Parusía y descansando el hombre en el Reino del Señor, en la Tierra, el último día (el milenio).

¿Quién podría, pues, condenar esta doctrina?

Así, respecto al Reino de Cristo en la Tierra nueva, renovada y transfigurada tras su Parusía, recuerda San Ireneo haberle escuchado contar a San Juan… 

“Esto es lo que recuerdan haber oído de Juan, el discípulo de Jesús, los presbíteros que lo conocieron, acerca de cómo el Señor les había instruido sobre aquellos tiempos: “Llegarán días en los cuales cada viña tendrá diez mil cepas, cada cepa diez mil ramas, cada rama diez mil racimos, cada racimo diez mil uvas, y cada uva exprimida producirá 25 medidas de vino. Y cuando uno de los santos corte un racimo, otro racimo le gritará: ¡Yo soy mejor racimo, cómeme y bendice por mí al Señor! De igual modo un grano de trigo producirá diez mil espigas, cada espiga a su vez diez mil granos y cada grano cinco libras de harina pura. Lo mismo sucederá con cada fruto, hierba y semilla, guardando cada uno la misma proporción. Y todos los animales que coman los alimentos de esta tierra, se harán mansos y vivirán en paz entre sí, enteramente sujetos al hombre”. 

El anciano Papías, que también escuchó a Juan como compañero de Policarpo, ofrece el testimonio siguiente en el cuarto de sus cinco libros, añadiendo: “Cuantos tienen fe aceptarán lo anterior. Y como Judas el traidor no creyese y le preguntase: ¿Cómo podrá el Señor producir tales frutos?, el Señor le respondió: Lo verán quienes irán a esa tierra” (Adversus Haereses, 33.3 y 4).

III. LOS APÓSTOLES TAMBIÉN ERAN MILENARISTAS ESPIRITUALES Y ASÍ SE VE EN SU ENSEÑANZA (DIDAJÉ)

La Didajé o Doctrina de los Apóstoles fue escrita por los doce apóstoles (Matías había reemplazado ya a Judas Iscariote) décadas después de la Ascensión de Cristo al Cielo, testigos presenciales de las obras y palabras del Señor, antes de la destrucción del Templo (70 d. C.). Nadie se hubiera atrevido a poner en ella doctrinas extrañas que Cristo no hubiera enseñado expresamente porque el resto de testigos de Cristo lo hubieran reprobado contundentemente. Por lo que la doctrina expuesta en ella es la más clara y segura de la Iglesia primitiva, antes incluso de ser escritos los Evangelios. Y la Didajé apoya la interpretación milenarista, citando a Judas 14 (Enchiridion Patristicum nº 10) y a Zac. 14, 15:

“Pero los que perseveren en su fe serán salvados por el mismo que había sido maldecido. Entonces aparecerán las señales auténticas: en primer lugar el signo de la abertura del cielo, luego el del sonido de trompeta, en tercer lugar, la resurrección de los muertos, no de todos los hombres, sino, como está dicho: «Vendrá el Señor y todos los santos con él» (Zac. 14, 5). ” En parecidos términos se expresa Judas 1, 14.

Como se ve, los apóstoles creían que en la Parusía no se produciría la resurrección universal, sino solo la de los justos de Cristo, la primera resurrección, de la que habla San Pablo, Apocalipsis y los evangelistas.

IV EL MILENARISMO ESPIRITUAL SE APOYA EN LA LITERALIDAD DE LA ESCRITURA

Solo comentaremos algunas citas importantes de la Biblia al respecto, de las cientos que hay, clarísimas y coherentes entre sí, pues el Espíritu Santo no puede contradecirse nunca:

1. Hay dos resurrecciones

Apoc. XIX y XX

Cuando Cristo venga en su Parusía derrotará al falso profeta y al Anticristo, que serán echados vivos al Infierno.  El ejército del Anticristo será trucidado por el mismo Cristo, con la espada bífida de su boca. Con su venida se produce la primera resurrección, la de los mártires producidos por el Anticristo en la gran tribulación, asesinados por no haber adorado a la Bestia ni a su estatua y por no haber aceptado la marca en sus frentes ni en sus manos, y posiblemente también la de “los de Cristo”, los cristianos muertos en gracia de Dios hasta entonces (aunque esto último no es seguro). Estos mártires resucitados reinarán con Cristo en la tierra, por mil años. Tras este reinado de Cristo con los resucitados en la primera resurrección, por mil años, se produce la segunda resurrección (Apoc. 2,4-6), la del resto de los muertos desde Adán y Eva hasta entonces, para el Juicio final.

1 Cor. 15, 22-26

Sobre las dos resurrecciones comentadas dice exactamente lo mismo el Espíritu Santo por boca de San Pablo en 1 Cor. 15, 22-26, mediando entre ambas resurrecciones el Reino de Cristo en la tierra, porque es necesario que Él reine aquí en la tierra tras su Parusía:

“Porque como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno por su orden: como primicia Cristo; luego los de Cristo en su Parusía; después el fin, cuando Él entregue el Reino al Dios y Padre, cuando haya derribado todo principado y toda potestad y todo poder. Porque es necesario que Él reine “hasta que ponga a todos los enemigos bajo sus pies”. El último enemigo destruido será la muerte”.

Crisóstomo, Teofilacto y otros Padres interpretan que los justos resucitarán en el gran “día del Señor”, en el “último día”, en su Parusía:

(Juan 6, 54): “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” 

Cornelio a Lapide sostiene también el sentido literal y temporal. 

Charles Arminjon escribió un libro con el que disfruté mucho (El fin del mundo) y que era el libro de cabecera de Santa Teresita de Lisieux. Pues bien, en ese libro dice: “El sentimiento más compartido y que parece más en conformidad con las Sagradas Escrituras, es que después de la caída del Anticristo, la Iglesia Católica entrará una vez más en una era de prosperidad y triunfo”… (Fin du Monde Présent et Mystères de la Vie Future , éd. Office Central de Lisieux, 1970, p. 70).

Incluso S. Jerónimo admite que este capítulo se refiere exclusivamente a la resurrección de los justos. 

1 Tes. 4, 16-17

De nuevo la Escritura dice lo mismo en 1 Tes. 4, 16-17, sobre la primera resurrección, añadiendo que los que estemos vivos en la Parusía seremos transformados en cuerpos gloriosos, semejantes a los de Cristo:

“Porque el mismo Señor, dada la señal, descenderá del cielo, a la voz del arcángel y al son de la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitaran primero. Después, nosotros los vivientes que quedemos, seremos arrebatados juntamente con ellos en nubes hacia el aire al encuentro del Señor; y así estaremos siempre con el Señor.”

Es misma transformación de los vivos, en su Parusía, la tiene I Cor. 15, 51.

Lc. 14, 12-13

Lo mismo dice la Escritura en Lucas 14, 12-13, hablando de la primera resurrección, la de los justos (los cristianos muertos en gracia de Dios):

“Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos”

Lc. 20, 35-36

El mismo Cristo expresa claramente que los justos, cuando resuciten, tendrán parte en la nueva tierra, en el mundo, y ya no podrán morir:

“mas los que hayan sido juzgados dignos de alcanzar el mundo aquel y la resurrección de entre los muertos, no tomarán mujer, y (las mujeres) no serán dadas en matrimonio, porque no pueden ya morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.”. Nótese que Cristo no habla del Cielo sino del “mundo aquél”.

Jn. 6, 39

Sobre la resurrección de los justos puede verse también esa cita de Jn. 6, 39:

“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”

Como se ve, los de Cristo son los que el Padre le ha dado, los justos, a los que Él resucitará el último día y solo a ellos. Como se ve, no se habla de una resurrección general, de justos y réprobos sino solo de los justos.

Hasta el punto en que el Espíritu Santo condena por boca de San Pablo el alegorismo forzado de aquéllos que creían ya en vida de los apóstoles que la resurrección ya había sucedido (II Tim. 2,17-18). De hecho, en la interpretación alegorista se considera que la primera resurrección ya se produjo, y que se refiere al bautismo.

“Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto,  que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos”.
1. Ireneo, fundándose en los testimonios de los presbíteros discípulos de S. Juan, señala como primera resurrección la de los justos (Lc. 14, 14 y 20, 35). La nueva versión de Nácar-Colunga (para muchos, la mejor Biblia en español)  ve en esta primera resurrección un privilegio de los santos mártires, “a quienes corresponde la palma de la victoria. Como quienes sobre todo sostuvieron el peso de la lucha con su Capitán, recibirán un premio que no corresponde a los demás muertos, y éste es juzgar, que en el sentido bíblico vale tanto como regir y gobernar al mundo, junto con su Capitán, a quien por haberse humillado basta la muerte le fue dado reinar sobre todo el universo (Fil. 2, 8 s.)”.
¿Quién podrá condenar esta doctrina, sostenida nada menos que por Cristo, la Biblia y sus mejores intérpretes? 

 B.  Sobre el reinado de los justos en la tierra coinciden otros puntos de la Escritura

– 1 Cor. 6, 2-3: los santos han de juzgar al mundo y a los ángeles caídos.

– Sab. 3, 7-8: cuando venga Cristo los santos brillarán como chispas y juzgarán a las Naciones (el juicio de las naciones o gentiles) y gobernarán a los pueblos.

– Lc. 22, 30: los santos juzgarán a las tribus de Israel.

Uno de los que profesaba el reinado visible, corporal y glorioso de Cristo en la tierra tras su Parusía fue el prestigiosísimo Cornelio a Lapide, en los ss. XVI-XVII.
 1.Agustín, que dará la interpretación alegorista destinada a hacerse clásica, había antes profesado durante cierto tiempo la opinión milenarista Desde entonces el milenarismo cayó en el olvido, no sin dejar curiosas supervivencias, como las oraciones para obtener la gracia de la primera resurrección, consignadas en antiguos libros litúrgicos de Occidente (Dom Leclereq).
 La Iglesia tenía mala conciencia por añadir una interpretación nueva, no tradicional ni bíblica ni apostólica (la alegórica), soterrando la doctrina espiritual desde entonces.

C. Algunas otras citas bíblicas que apoyan el reinado de Cristo en la Tierra

Son muchísimas las citas que refieren a la continuidad de la Tierra, renovada y transfigurada, tras la Parusía. Citamos solo algunas:

Mt. 24, 21

Jamás hubo ni habrá una tribulación igual en la Tierra, en referencia a la gran tribulación. Ergo, tras la gran tribulación y la Parusía el mundo continuará, transfigurado.

Mt. 28, 20

“Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo”. Por tanto, desde el fin de los tiempos hasta el fin del mundo, Cristo estará con nosotros.

Para los que dicen que es imposible que Dios viva en la tierra, les recuerdo que Dios padre se paseaba por el Jardín del Edén junto con Adán y Eva. Y que Yahvé y el Espíritu Santo acompañaron a Israel por el desierto en forma de nube y de columna de fuego. Y que Dios habitó en el Arca de la Alianza hasta que la abandonó por la idolatría de su pueblo y luego fue ocultada en el monte Nebo.



Génesis 8, 22

“Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.”

Jn. 10,16

Un solo rebaño con un solo pastor… Algo que solo se podrá conseguir tras la Parusía, no antes.

(...)

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