"He venido por TODOS mis HIJOS con el deseo de
acercarlos a Nuestros Corazones"




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LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión

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Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión

Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad. 
(En proceso de Beatificación)



HORA DE SAN JOSÉ
Para hacer los:
Domingos a la 21 horas
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Mensajes de Dios y la Virgen María (MDM)
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Presentamos la Asociación por las Almas del Purgatorio. 
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Por RORATE CÆLI -23/11/2014


sábado, 28 de julio de 2018


 Jul 12_18 Yo fui muy claro a través de Mi Hijo, que en el Mundo no se viene a gozar.   


Rosario vespertino - Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os lo vuelvo a implorar, ya no a pedir, a implorar, Mis pequeños, breve es el tiempo, antes de éstos acontecimientos, en que muchas almas se pueden perder. No desperdiciéis vuestro tiempo, que es Mi Tiempo a través de vosotros.

Hijitos Míos, os lo he repetido varias veces, que estos son tiempos en que el trigo y la cizaña serán separados y cada quien tendrá su premio o su castigo.

Sé que los que estáis Conmigo, estáis ya cansados por todo lo que está sucediendo contra Mí. Estáis aterrorizados, hasta podría decirlo así, al ver todos los cambios que se están dando a vuestro alrededor y que Me atacan a Mí, como Dios, como el Amor Increado, como el Amor Divino. Y digo aterrorizados, porque Me amáis y porque veis cómo el hombre puede atacar a su Dios.

Tenéis que ver ante todo, Mis pequeños, que es satanás, a través de vuestros hermanos, el que Me está atacando. Lo visteis con Mi Hijo en Su Pasión, satanás tomando las almas de los verdugos, tomando las almas del pueblo, tomando las almas de todos aquellos que Le rodeaban y aun a aquellos que, en un momento dado, recibieron alguna curación o Milagro de parte de Él.

El hombre es muy ingrato, se deja llevar por las multitudes, se deja llevar fácilmente por lo que dicen los demás. Son pocos los que se mantienen en sus creencias y las defienden hasta la muerte y de ahí es de donde nacen, precisamente, los santos, que son aquellos que defienden en lo que creen, que defienden en lo que os he enseñado, que defienden el ideal de regresar Conmigo al Reino de los Cielos.

Los que estáis Conmigo sabéis valorar, perfectamente, lo que es vivir en el Amor, lo que es transmitirlo, lo que es cambiar a un alma pecadora a un alma justa, a un alma que se puede salvar. Ese es un gozo que solamente lo pueden gozar aquellos que están Conmigo, aquellos que buscan esparcir Mi Reino entre los hombres. Pero son tan pocos, tan pocos, los que, realmente, quieren estar Conmigo. Son tan pocos los que en estos tiempos saben entender los signos de los tiempos. Son tan pocos los que realmente quieren regresar al Reino de los Cielos.

Satanás os ha desviado tanto, os ha hecho creer que estáis en la Tierra para gozar, que es un tiempo que se os ha dado para que gocéis al máximo en vuestra sensualidad, en vuestro gozo indebido, vuestro gozo carnal.

Yo fui muy claro a través de Mi Hijo, que en el Mundo no se viene a gozar y Mi Hijo os dijo: el que quiera seguirMe, que tome su cruz y Me siga. La Cruz no os está hablando de gozo, al menos del gozo que el hombre entiende, como os dije antes, para los que están Conmigo, sí es un gozo luchar contra el mal y volver a la vida a aquellos que se han desviado. A veces se sufre tanto, que hasta la vida se da por salvar a un alma y eso produce un gozo Divino, un gozo santo, que solamente los que están Conmigo saben entenderlo y el dolor se convierte en alegría en ese gozo Divino que os digo y Divino, porque Yo estoy con esas almas que se saben dar por los demás, como Mi Hijo se dio por vosotros.

Hay tanto, tanto mal a vuestro alrededor, que ya el mismo hombre no sabe discernir entre lo bueno y lo malo y, especialmente, cuando de la misma Iglesia salen tantas malas explicaciones, que producen dudas porque ya, prácticamente, no hay verdaderos ministros que transmitan las Verdades que tenéis en las Sagradas Escrituras. Todo se ha vuelto un caos, un caos social, un caos religioso, un caos en vuestras creencias, ya no sabéis qué es bueno, qué es malo y, sobre todo, porque no sabéis discernir lo que Mi Santo Espíritu os avisa en vuestro interior. Sabéis acallar, fácilmente, a Mi Santo Espíritu, para que vosotros caminéis en el libertinaje de la vida y así, vosotros no os sintáis mal en ningún momento.

Pero ese engaño, que vosotros mismos os propiciáis, no dura mucho, porque Yo amo a las almas y os insisto, continuamente, a que vayáis a recibir el Sacramento de la Penitencia y así, vuestra alma, vuelve a estar Conmigo, pero son muy pocos los que creen todavía en Mis Sacramentos, en la oración, en Mi Presencia real en la Santa Eucaristía. Vivís una mentira continua a vuestro alrededor.

Los gobernantes de la Tierra se han vuelto instrumento de satanás, prometen y prometen, no cumplen y satanás los manipula a su antojo y los lleva a la desesperación.

Las familias se destruyen, no se respetan dentro del hogar y eso causa los problemas sociales que veis a vuestro alrededor. Si en el interior de vuestro hogar hay luchas, hay faltas de respetos, hay grosería, hay mentira, hay maldad, hay error, hay golpes, hay asesinatos, ¿qué podéis esperar fuera del hogar, que es a donde lleváis todos vuestros problemas? y ¿qué hacéis vosotros para remediar todo esto que estáis viviendo? No hacéis gran cosa, os quejáis, pero no ponéis de vuestra parte para ir remediando todos los males que día a día se multiplican. Ya no tenéis el apoyo espiritual que Yo os pudiera dar para que resolvierais vuestros problemas en el Amor, pero no Me invocáis, porque no confiáis en Mi Amor ni en Mi Perdón, buscáis solamente, una paz efímera, que os da la droga, el alcohol o relaciones extramaritales que os hacen olvidar, por un momento, vuestro error en el hogar, pero que luego se multiplica, se potencializa con más errores que vosotros mismos os estáis causando.

No vivís en la Verdad, no vivís en la Virtud, no vivís el Verdadero Amor que debéis vivir y que os daría una paz verdadera dentro de vuestro hogar pero, especialmente, dentro de vuestro corazón.

Lo que no tengáis en vuestro corazón, no lo podréis dar a los demás. Si vuestro corazón está lleno de conflictos, de maldad, de error, de mentira, eso es lo que transmitiréis a vuestros hermanos. Dad a los demás, lo que queráis recibir de ellos. El hombre sigue siendo niño, al hombre, aún a pesar de su extensa edad, se le puede enseñar y puede cambiar y esto se logra con el ejemplo, Mis pequeños.

Por eso os mandé a Mi Hijo, no para hablarles desde un púlpito y luego encerrarse en un cuarto, Le pedí que caminara entre los hombres, que mostrara lo que todo un Dios puede hacer, puede enseñar. Los hombres, vieron a Mi Hijo, Me vieron, a Mí en Él, actuando; en aquél tiempo Lo vieron Personalmente. En estos tiempos, Me tenéis, también, a Mí, en las Sagradas Escrituras y podéis seguir, paso a paso, Mi Presencia entre los hombres a través de Mi Hijo y podéis aprender y cambiar, primeramente, vosotros y así poder ayudar a vuestros hermanos, viviendo como Mi Hijo.

Queréis grandes cambios, pero exigís que sean los demás los que empiecen primero. Y ¿cómo van a aprender, si vosotros no les enseñáis? Hay tantos hermanos vuestros que no han tenido ningún tipo de enseñanza espiritual, no nacieron en un hogar en el cual se les hablara de Mí, ¿cómo podéis exigirles, cuando no Me conocen?, por eso os he hablado de que algunos de vosotros sois hermanos mayores y otros hermanos menores.

Los hermanos mayores son aquellos que Me conocen, que Me han escuchado, que Me han seguido, porque han tenido esa educación espiritual desde pequeños y sois necesarios para estos tiempos, sois vida para muchos que están muertos en lo espiritual. Os necesito, Mis pequeños, necesito de vuestras palabras, para dárselas a vuestros hermanos, necesito de vuestro ejemplo, para que mováis corazones, necesito de vuestra oración, para que intercedáis por aquellos que no quieren escuchar, pero que vuestra oración pueda mover su corazón para una conversión, al menos, necesaria, para su salvación.

Graves acontecimientos se avecinan y hay tantas almas que se pueden condenar. Necesito tanto de vosotros, esas almas necesitan de Mí, pero os he dicho que ya Mi Hijo no vendrá en estos tiempos a Evangelizar entre los hombres, ahora sois vosotros los que estáis Conmigo, los que moveréis almas hacia la conversión.

Vivid para Mí, como Mi Hijo lo hizo, vivid una vida más profunda en Mi Amor, muchas almas Me necesitan, os lo pidió, al final de Su Vida sobre la Tierra, Mi Hijo, en la Cruz: “DadMe almas”, os lo pidió y nuevamente os lo pido a vosotros, Mis pequeños.

Os repito continuamente esto, porque no os dais cuenta de la realidad que se os avecina, no meditáis lo suficiente ni Me lo pedís, para que Yo os dé una explicación profunda y os haga entender la realidad que estáis viviendo y que viviréis.

A vosotros os he concedido el estar Conmigo, el ser bendecidos en múltiples formas, pero poneos en el lugar de vuestros hermanos, que no Me conocen o que no les intereso. Aquellos que no Me buscan, aquellos que viven en pecado grave, ¿cómo van a reaccionar en los momentos drásticos y difíciles de la Purificación?, poneos en su lugar y tratad de entenderlos y, así, comprenderéis el por qué ellos necesitarán de vuestra compañía espiritual, de vuestra intercesión en esos momentos difíciles. No sabrán qué decir ni qué hacer, a quién invocar ni cómo ganar su salvación eterna.

Entended eso, Mis pequeños, no saben y vosotros sí sabéis, os he dado el Conocimiento y os he pedido que lo compartáis, es una necesidad imperante el que vosotros os deis para la salvación de infinidad de almas.

Os he dicho que ya son momentos graves, momentos muy difíciles que pasará la humanidad pero, sobre todo, momentos de vida o muerte eterna. Y vosotros, con vuestra donación, con vuestro ejemplo, con vuestra intercesión, podéis salvarMe tantas almas.

Os lo vuelvo a implorar, ya no a pedir, a implorar, Mis pequeños, breve es el tiempo, antes de éstos acontecimientos, en que muchas almas se pueden perder. No desperdiciéis vuestro tiempo, que es Mi Tiempo a través de vosotros. Vosotros, en estos momentos, estáis haciendo el trabajo de Mi Hijo, Se dio por vuestra conversión y por vuestra salvación, haced, pues, lo mismo por vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.



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