Hijos Míos, vuestros juicios a la vista de los hechos
siempre son desacertados y erróneos, porque vosotros juzgáis por lo que
veis pero no conocéis el interior de nadie. Yo, Jesús, os hablo.
Las circunstancias de la vida dan una visión de los hechos
pero no son completos y muchas, muchas veces inexactos. Si veis un accidente
pensáis inmediatamente que el conductor iba bebido, cansado o distraído, y
aunque en muchos casos pudiera ser así, no siempre lo es y hay factores que se
desconocen. Esto también pasa en la vida espiritual que juzgáis bien o mal a
una persona según veáis sus actitudes. Una persona que vaya a Misa todos los
días no es por eso santa, ya os dije que: por sus frutos los conoceréis (Lc
6,16) Y esta reglilla la debéis aplicar en vuestros juicios que siempre serán inexactos
e incompletos.
Vuestra suerte es que Yo Soy el que os juzgará, porque
hijos, si lo hiciera una persona por muy santa que fuera no acertaría al
completo. Yo juzgo aplicando en todo Mi misericordia, ya que si no fuera así
multitudes no alcanzaríais la gloria eterna, por eso, el que Me acepta en esta
vida ya tiene mucho camino avanzado, puesto que aquel que Me acepta en esta
vida Yo lo aceptaré en la otra. Yo, Jesús, os hablo.
Sin embargo, hijos, recordad que os dije que no todo el
que dice Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7,21) porque
si una persona Me acepta pero no cumple Conmigo, pasa de Mis leyes y Evangelio,
entonces no Me ha aceptado de corazón sólo de conveniencia, y a Mí no se
Me engaña, o estáis Conmigo o contra Mí. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, con estos mensajes no os quiero ni asustar, ni desanimar, todo lo
contrario, deseo que comprendáis que la semilla de la Vida Eterna ya en esta
vida la podéis tener, y eso depende de vosotros, de qué contéis Conmigo en
vuestro vivir de cada día, y no que Me aceptéis sólo de nombre cómo se acepta a
cualquier personaje histórico, porque Yo hijos, estoy vivo en el correr
de los tiempos. Morí pero resucité y vivo entre vosotros, en las almas en
gracia de Dios, en la Eucaristía, en el sufrimiento aceptado, en la amargura
ofrecida, y en muchas, muchas más cosas. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.
***
20 DE NOVIEMBRE DE 2014
Dolores y sinsabores padecéis y padecerán Mis fieles ministros y Mis fieles laicos, porque Yo hijos, veo vuestros pesares y lagrimas y sé que estáis padeciendo por Mi causa. Yo, Jesús, os hablo.
Pero no os preocupe la tribulación que ahora padecéis, ni os
preocupe que se os agrande, Yo sé hasta dónde podéis llegar y
soportar y no permitiré que vuestros pesares superen vuestras fuerzas y
disposiciones. Tened fe y no decrezcáis en Mi amor, pedid a Mi Santo
Espíritu que mantenga la llama encendida de vuestro amor en Mí, porque también
muchos seréis probados en esto, y tendréis sequedades y arideces. Yo, Jesús, os
hablo.
Quien Me sigue y ama no está exento de todas estas cosas que
os identifican Conmigo:El Crucificado. Ellas son las que confirman que
vuestra fidelidad es auténtica y no ilusoria, y bien sabéis, que si los pesares
son como diez, la paga y el gozo serán como cien, porque Yo retribuyo muy bien
a los que de verdad Me siguen y aman a pesar de las tribulaciones. Yo, Jesús,
os hablo.
Ayudad en vuestro entorno a quienes como vosotros también
sufren y su fe y amor son más débiles que la vuestra. Ellos
necesitan consuelos que vengan del exterior, porque no saben percibir el
consuelo interno. Son almas limitadas y pequeñas que hay que coger de la mano y
guiarlas para que no sucumban, Yo bendeciré vuestra labor. Yo, Jesús, os hablo.
Vivid en estrecha unión con Mi Santa Madre, tan dispuesta a
ayudaros. Esa es Su misión y la cumple a la perfección. Hablad de Ella a
quienes lo necesiten, transmitirles vuestra fe y amor hacia Ella que es Madre
de todos los hombres, pecadores o no, practicantes o no, paganos o cristianos.
Yo, Jesús, os hablo.
Todo lo que hagáis en estos tiempos de confusión, será
bendecido con creces, porque cuando el mal está tan avanzado, la gracia divina
no se puede quedar atrás y debe también crecer en la misma proporción para el
bien de las almas y de Mi Iglesia. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a
todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.
***
17 DE NOVIEMBRE DE 2014
Hijos Míos, ¿quién puede medir la inmensidad del mar? ¿quién
puede extraer el mar en gotitas y envasarlo? Es tarea imposible de realizar por
vosotros, porque el mar es inmenso en dimensión y en profundidad. Yo, Jesús, os
hablo.
Pues más inmenso que el mar y más profundo es Mi amor por
las almas, porque hijos, al fin y al cabo aunque inmenso es el mar, tiene
límites, es finito, pero Mi amor es ilimitado e infinito. Yo, Jesús, os hablo.
Pero vuestra mente limitada y obstruida por el pecado, no
puede entender la grandeza de Mi amor, eso no os cabe en la cabeza, porque
vosotros amáis si os aman y si os hacen bien y Yo amo sin que Me amen y aun
haciéndome mal. Solo en el Más Allá, podréis entender este Misterio de
Amor de todo un Dios que ama a sus criaturas inconmensurablemente.
Sin embargo, hijos, no os pido que lo entendáis, Me basta
con que lo creáis. Que creáis que nadie como Yo os ama, ni siquiera vuestros
padres, hijos, cónyuges o familiares. Nadie tiene la capacidad y la perfección
de amar como Yo, porque Yo Soy el Amor hecho Carne, y esto se os escapa en
vuestras consideraciones. Por eso, Me basta con que lo creáis. Creed que Mi
amor es de tal magnitud que en mente humana no cabe comprender tanta grandeza.
Yo, Jesús, os hablo.
Pero los demonios si lo saben y lo entienden, por eso, ellos
tratan de que os apartéis de Mí, de mil formas. Unas veces con circunstancias
adversas, otras con abandonos, otras con ideas disfrazadas de bondad, pero todo
es mentira y falsedad, porque Yo deseo que vengáis a Mí con vuestros pecados e
inmundicia espiritual y que os lavéis en Mi Preciosísima Sangre, cuyo poder
regenerador en vuestras almas es irrefutable. Yo, Jesús, os hablo.
No os pido que vuestra correspondencia a Mi amor, sea en la
misma medida, porque ya se que eso es imposible. Os pido que creáis en Mí, que
confiéis que Yo os espero y que os deseo tal y como sois, que ya Mi Espíritu si
venís a Mí, os irá moldeando según Nuestro gusto. Yo, Jesús, os hablo.
Por tanto, hijos, que nadie se tenga a menos de
acercarse a Mí, porque os vuelvo a repetir que vine a por los pecadores, sean
de las índole que sean sus pecados, y todos tenéis derecho a la salvación que
Yo he querido traeros. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que
leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios que sean descalificativos e irrespetuosos. Estos mensajes serán eliminados o sujetos a moderación.