3 DE JUNIO DE 2014
Porque Dios está en la verdad, en el silencio, en el
recogimiento, en la entrega, en la caridad, en el amor, en la misericordia y en
todos esas cosas, que son virtudes elevadísimas que Yo, Espíritu de Dios,
infundo en el alma que es humilde y tiene buenas disposiciones. Pero hijos de
Dios, a Dios no lo vais a encontrar en el ruido, en la disipación, en los bullicios
o multitudes, porque Dios está en el alma que cumple Sus mandamientos y hace en
cada instante Su voluntad, y esos viajes, y esas convivencias que tenéis que
muchas de ellas os disipan más que os recogen, son vivencias más mundanas que
otra cosa, aunque empleen el santo nombre de Dios para atraer a las almas.
Debéis pedirme discernimiento, debéis pedirme luz y
sabiduría para que seáis guiados por Mí y os de a cada uno lo necesario para
vuestra santificación. Hijos, sabed escoged bien los caminos auténticos que os
harán encontraros con Dios. No digo que esas convivencias sean malas, no, pero
sí que a muchos os disipan más que os recogen. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Vais a cantidad de sitios a buscar al Señor y lo tenéis a la
vuelta de la esquina de vuestra casa en el Sagrario, y que pocas almas le dan
su tiempo y su amor en soledad y silencio. Os gustan las novedades, los
estruendos, las sensaciones, pero no os gusta estar a solas con el que os
redimió. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. Y es que para estar a solas con el
Señor en el Sagrario necesitáis tener Mi don de piedad que no todos los tenéis.
Por eso, hijos de Dios, acudid a Mí y pedidme Mis sagrados dones, para que
seáis almas verdaderamente de Dios y de oración y cuya luz alumbre a los de
vuestro entorno. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel
que ponga en práctica este mensaje.
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