"...HIJITOS, LES ANUNCIO PARA QUE SE PREPAREN, PARA QUE CAMBIEN SU FORMA DE VIVIR..."
"He venido por TODOS mis HIJOS con el deseo de
acercarlos a Nuestros Corazones"
LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión
click en imagen
Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión
Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad.
(En proceso de Beatificación)
Presentamos la Asociación por las Almas del Purgatorio.
¡Inscribe a las tuyas! ¡Reza por todas!
Por RORATE CÆLI -23/11/2014
¡Inscribe a las tuyas! ¡Reza por todas!
Por RORATE CÆLI -23/11/2014
lunes, 30 de marzo de 2015
sábado, 28 de marzo de 2015
LA ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN
La entrada mesiánica en Jerusalén
Mc. 11. 1-10 Lc. 19. 28-38 Jn. 12. 12-15
21- 1 Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos, 2 diciéndoles: «Vayan al pueblo que está enfrente, e inmediatamente encontrarán un asna atada, junto con su cría. Desátenla y tráiganmelos. 3 Y si alguien les dice algo, respondan: “El Señor los necesita y los va a devolver en seguida”». 4 Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta:
5. Digan a la hija de Sión:
Mira que tu rey viene hacia ti,
humilde y montado sobre un asna,
sobre la cría de un animal de carga.
6 Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado; 7 trajeron el asna y su cría, pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús se montó. 8 Entonces la mayor parte de la gente comenzó a extender sus mantos sobre el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y lo cubrían con ellas. 9 La multitud que iba delante de Jesús y la que lo seguía gritaba:
«¡Hosana al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosana en las alturas!».
10 Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, y preguntaban: «¿Quién es este?». 11 Y la gente respondía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret en Galilea».
Fragmento de la entrada de Jesús en Jerusalén, del libro: "Preparación para la Pasión" uno de los 11 Tomos de: "Los Evangelios como me fueron revelados", revelados por Jesús a María Valtorta.
-Esa es la Corrupción. Entramos en Jerusalén. Entramos en ella. Y sólo el Altísimo sabe cómo quisiera santificarla llevando a ella la Santidad que viene de los Cielos. Santificar de nuevo, a esta que debería ser la Ciudad santa. Pero no podré hacerle nada. Corrompida está y corrompida se queda. Y los ríos de santidad que brotan del Templo vivo, y que más aún brotarán dentro de pocos días hasta dejarlo vacío de vida, no serán suficientes para redimirla. Vendrá al Santo la Samaria y el mundo pagano. Sobre los templos falsos se alzarán los templos del Dios verdadero. Los corazones de los gentiles adorarán al Cristo. Pero este pueblo, esta ciudad le será siempre adversa y su odio la llevará al mayor de los pecados. Ello debe suceder.
¡Pero, ay de aquellos que sean instrumentos de este delito! ¡Ay de ellos!...
Jesús mira fijamente a Judas, que está casi enfrente de Él.
-Eso a nosotros no nos sucederá nunca. Somos tus apóstoles y creemos en ti, dispuestos a morir por ti.
Lloro, amigos, porque tengo corazón de hombre y las ruinas de la patria le sacan lágrimas. Pero es justo que esto se cumpla, porque la corrupción supera entre estas murallas todo límite y atrae el castigo de Dios. ¡Ay de los ciudadanos que sean causa del mal de la patria! ¡Ay de los dirigentes, que son la causa principal de ello! ¡Ay de aquellos que deberían ser santos para conducir a los demás a la honestidad, y que, al contrario, profanan la Casa de su ministerio y se profanan a sí mismos! Venid. De nada servirá mi acción. Pero ¡hagamos que la Luz resplandezca una vez más en las Tinieblas!
-La escena narrada por Lucas parece sin conexión, casi ilógica. ¿Lamento las desdichas de una ciudad culpable y no tengo conmiseración de sus hábitos? No, no tengo, no puedo tener conmiseración de ellos, porque son precisamente estos hábitos los que engendran las desdichas; y verlos agudiza mi dolor. Mi ira contra los profanadores del Templo es la lógica consecuencia de mi meditación sobre las ya cercanas desdichas de Jerusalén.
Los castigos del Cielo están siempre provocados por las profanaciones del culto de Dios y de la Ley de Dios. Haciendo de la Casa de Dios una cueva de ladrones, aquellos sacerdotes indignos y aquellos indignos creyentes (de nombre sólo) atraían para todo el pueblo maldición y muerte. Es inútil dar uno u otro nombre al mal que hace sufrir a un pueblo; buscad su justo nombre en esto: "Castigo por una vida de animales". Dios se retira y el Mal avanza. Éste es el fruto de una vida nacional indigna delnombre de cristiana.
En el marco de la puerta, abierta de par en par, se apiñan muchas caras (y detrás se ven todavía más). Gente que choca, que se apretuja, que quiere abrirse paso... Algún grito de mujer, algún llanto de niño atrapado en medio del gentío, y gritos de saludo y exclamaciones festivas:
-¡Dichoso este día que te trae de nuevo a nosotros! ¡La paz a ti, Señor! Bien vuelves, Maestro, a premiar nuestra fidelidad.
La gente, bien o mal, obedece. Y se abre un poco de camino. Lo suficiente como para que Jesús pueda salir y montar en el pollino (porque Jesús señala como cabalgadura para Él el pollino que hasta ahora nunca ha sido montado). Entonces, unos ricos peregrinos comprimidos entre el gentío extienden sobre la grupa del animal sus suntuosos mantos, y uno de ellos hinca una rodilla en tierra mientras con la otra hace de escalón para el Señor, que se sienta en la grupa del pollino de asna. El viaje empieza. Pedro va a un lado del Maestro e Isaac al otro, teniendo las bridas del animal, que aunque no esté domado camina tranquilo, como si estuviera acostumbrado a ese oficio, sin inquietarse o asustarse de las flores que a menudo - dado que las arrojan hacia Jesús- le dan al animalito en los ojos o en el blando morro; ni tampoco de las ramas de olivo y de las hojas de palma que la gente agita delante y alrededor de él, arrojadas al suelo para que hagan de alfombra junto con las flores; ni de los gritos, cada vez más fuertes, de: «¡Hosanna, Hijo de David!» que se elevan al cielo sereno mientras la muchedumbre se va adensando cada vez más y aumenta por otros que han llegado nuevos.
Pasar por Betfagé, por entre las callejuelas estrechas y tortuosas no es cosa fácil. Las madres deben coger en brazos a los niños, y los hombres deben proteger de golpes demasiado violentos a las mujeres. Y algún padre monta a su hijito a caballo de sus hombros y lo lleva así alto, más alto que la gente, mientras las vocecitas de los niños parecen balidos de corderos o chillidos de golondrinas y sus manitas echan las flores y hojas de olivo que les dan sus madres, y también besos, al manso Jesús...
Los soldados que están de guardia en la puerta salen a ver qué sucede. Pero como no se trata de una sedición, apoyados en sus lanzas se hacen a un lado y observan admirados o irónicos el extraño cortejo de ese Rey que cabalga un pollino de asna, hermoso Él como un dios, humilde como el más pobre de los hombres, manso, bendecidor... rodeado de mujeres y niños y hombres desarmados que gritan «¡Paz! ¡Paz!»; de este Rey que antes de entrar en la ciudad se detiene un momento a la altura de los sepulcros de Hinnón y de Siloán (creo que refiero bien estos lugares donde he visto milagros de leprosos otras veces), y apoyándose en el único estribo en que descansa su pie -pues está sentado en el asno, no a caballo de él-, se yergue Y abre los brazos mientras eleva su voz en dirección a aquellas laderas horrendas (donde se asoman caras y cuerpos horrorosos mirando hacia Jesús y alzando el grito quejumbroso de los leprosos: «¡Estamos infectados!», para alejar a algunos imprudentes que, con tal de ver a Jesús, subirían incluso a esos corrompidos e infectados rellanos):
-Comprarás alimentos para los leprosos y, con Simón, se los llevarás antes de que anochezca.
-¡Es Jesús!, ¡Jesús, el Maestro de Nazaret de Galilea! ¡El Profeta! ¡El Mesías del Señor! ¡El Prometido! ¡El Santo!
De una casa -sobrepasada su puerta poco antes porque la marcha es lentísima en medio de tanta confusión- sale un grupo de robustos jóvenes llevando en alto recipientes de cobre llenos de carbones encendidos, y de incienso que arde y esparce nubes de humo oloroso. Y otros recogen este gesto y lo repiten, de forma que muchos corren adelante o vuelven hacia atrás, a sus casas, para proveerse de fuego y resinas olorosas para quemarlas en honor del Cristo.
________________________________________
Fragmento de la entrada de Jesús en Jerusalén, del libro: "Preparación para la Pasión" uno de los 11 Tomos de: "Los Evangelios como me fueron revelados", revelados por Jesús a María Valtorta.
["...Jesús y los suyos están bajo un grupo de árboles, a la sombra, sentados. Descansan del camino recorrido. Luego Jesús se levanta, deja el espacio arbolado donde estaban sentados y se llega justo hasta el borde del rellano. Su alto físico -así, erguido y solo, parece todavía más alto- destaca neto en el vacío que lo rodea. Tiene las manos recogidas sobre el pecho, sobre el manto azul, y mira serio, serio.
Los apóstoles lo observan. Pero no le estorban, no moviéndose ni hablando. Deben pensar que se ha separado para orar.
Pero Jesús no está rezando. Primero mira durante un tiempo largo a la ciudad, mira a todos sus barrios y a todas sus elevaciones y todos sus detalles, a veces fijando su mirada largamente en éste o aquel punto, otras veces con menor insistencia; luego se echa a llorar, sin convulsiones ni ruido. Las lágrimas llenan las órbitas, luego salen y ruedan por las mejillas y caen...
Lagrimones silenciosos y llenos de tristeza, como de una persona que sabe que debe llorar solo, sin esperar consuelo y comprensión de alguien, por un dolor que no puede ser anulado y que, sin remisión, debe ser sufrido.
El hermano de Juan, por su posición, es el primero que ve ese llanto y se lo dice a los otros, los cuales, asombrados, se miran.
-Ninguno de nosotros ha hecho alguna cosa mal - dice uno.
-Tampoco ha habido insultos de la gente, ni estaba entre ella ninguno de sus enemigos – dice otro.
-¿Por qué llora entonces? - pregunta el más anciano de todos.
Pedro y Juan se levantan al mismo tiempo y se acercan al Maestro. Piensan que lo único que debe hacerse es hacerlesentir que lo quieren y preguntarle qué le sucede.
-Maestro, ¿estás llorando? - dice Juan mientras apoya su cabeza rubia en el hombro de Jesús, que le supera en altura todo el cuello y la cabeza. Y Pedro, poniéndole una mano en la cintura, ciñéndole casi con un abrazo para arrimarle hacia sí, le dice: -¿Qué te aflige, Jesús? Dínoslo a nosotros, que te queremos.
Jesús apoya la mejilla en la cabeza rubia de Juan, y, abriendo los brazos, pasa a su vez el brazo por el hombro de Pedro.
Permanecen en este abrazo los tres, en una postura de mucho amor. Pero el llanto sigue goteando.
Juan, que siente que desciende entre sus cabellos, le pregunta de nuevo:
-¿Por qué lloras, Maestro mío? ¿Es que te hemos adolorado nosotros?
Los otros apóstoles se han añadido al grupo amoroso y ansiosamente esperan una respuesta.
-No - dice Jesús - No vosotros. Vosotros sois amigos míos, y la amistad, cuando es sincera, es bálsamo y sonrisa, nunca llanto. Quisiera que permanecierais siempre en esta amistad conmigo, incluso ahora, que vamos a entrar en la corrupción que fermenta y que pudre a quien no tiene decidida voluntad de conservarse honesto. -¿A dónde vamos, Maestro? ¿No a Jerusalén? La gente ya te ha saludado con alegría. ¿Quieres defraudarla? ¿Es que vamos a Samaria para algún prodigio? ¿Justo ahora, que la Pascua está cercana?
Varios al mismo tiempo hacen las preguntas.
Jesús levanta las manos e impone silencio. Luego, con la derecha, señala a la ciudad. Un gesto amplio, como de unapersona que fuera sembrando delante de sí. Y dice:
-Esa es la Corrupción. Entramos en Jerusalén. Entramos en ella. Y sólo el Altísimo sabe cómo quisiera santificarla llevando a ella la Santidad que viene de los Cielos. Santificar de nuevo, a esta que debería ser la Ciudad santa. Pero no podré hacerle nada. Corrompida está y corrompida se queda. Y los ríos de santidad que brotan del Templo vivo, y que más aún brotarán dentro de pocos días hasta dejarlo vacío de vida, no serán suficientes para redimirla. Vendrá al Santo la Samaria y el mundo pagano. Sobre los templos falsos se alzarán los templos del Dios verdadero. Los corazones de los gentiles adorarán al Cristo. Pero este pueblo, esta ciudad le será siempre adversa y su odio la llevará al mayor de los pecados. Ello debe suceder.
¡Pero, ay de aquellos que sean instrumentos de este delito! ¡Ay de ellos!...
Jesús mira fijamente a Judas, que está casi enfrente de Él.
-Eso a nosotros no nos sucederá nunca. Somos tus apóstoles y creemos en ti, dispuestos a morir por ti.
Judas miente desvergonzadamente y resiste la mirada de Jesús sin turbación. Los otros unen a ello sus declaraciones en la misma línea.
Jesús responde a todos, evitando responder a Judas directamente.
-Quiera el Cielo que así seáis. Pero en vosotros hay todavía mucha debilidad y la tentación podría haceros semejantes a los que me odian. Orad mucho y velad mucho por vosotros mismos. Satanás sabe que está para ser derrotado y quiere vengarse arrebatándoos de mis manos. Satanás está alrededor de todos nosotros: de mí, para impedirme hacer la voluntad del Padre y cumplir mi misión; de vosotros, para reduciros a siervos suyos. Velad. Dentro de esas murallas, Satanás se apoderará de aquel que no sepa ser fuerte. Aquel para quien el haber sido elegido será maldición, porque hizo de su elección una finalidad humana.
Os he elegido para el Reino de los Cielos y no para el del mundo. Recordad esto. Y tú, ciudad que quieres tu destrucción, ciudad por la que lloro: que sepas que tu Cristo ora por tu redención. ¡Ah, si al menos en esta hora que te queda supieras venir a quien sería tu paz! ¡Sí al menos comprendieras en esta hora al Amor que pasa por ti, y te despojaras del odio que te ciega y te enloquece, que te hace cruel respecto a ti misma y a tu bien! ¡Pero llegará el día en que recordarás esta hora!
¡Demasiado tarde, entonces para llorar y arrepentirte! El Amor habrá pasado y habrá desaparecido de tus calles. Quedará el Odio que has preferido. Y el Odio se volverá contra ti, contra tus hijos. Porque se tiene lo que se ha querido y el odio se paga con el odio. Y no será, entonces, un odio de fuertes contra inermes, sino odio contra odio, y, por tanto, guerra y muerte. Acorralada por trincheras y soldados, languidecerás antes de ser destruida y verás caer a tus hijos por armas y hambre y a los supervivientes ir como prisioneros, y los verás escarnecidos, y pedirás misericordia, mas no la hallarás porque no has querido conocer tu Salud.
¡Demasiado tarde, entonces para llorar y arrepentirte! El Amor habrá pasado y habrá desaparecido de tus calles. Quedará el Odio que has preferido. Y el Odio se volverá contra ti, contra tus hijos. Porque se tiene lo que se ha querido y el odio se paga con el odio. Y no será, entonces, un odio de fuertes contra inermes, sino odio contra odio, y, por tanto, guerra y muerte. Acorralada por trincheras y soldados, languidecerás antes de ser destruida y verás caer a tus hijos por armas y hambre y a los supervivientes ir como prisioneros, y los verás escarnecidos, y pedirás misericordia, mas no la hallarás porque no has querido conocer tu Salud.
Lloro, amigos, porque tengo corazón de hombre y las ruinas de la patria le sacan lágrimas. Pero es justo que esto se cumpla, porque la corrupción supera entre estas murallas todo límite y atrae el castigo de Dios. ¡Ay de los ciudadanos que sean causa del mal de la patria! ¡Ay de los dirigentes, que son la causa principal de ello! ¡Ay de aquellos que deberían ser santos para conducir a los demás a la honestidad, y que, al contrario, profanan la Casa de su ministerio y se profanan a sí mismos! Venid. De nada servirá mi acción. Pero ¡hagamos que la Luz resplandezca una vez más en las Tinieblas!
Y Jesús desciende, seguido por los suyos. Va rápido por el camino, el rostro serio, yo diría: casi enfadado. Y ya no habla.
Entra en una casita que está al pie del collado. Y ya no veo más.
Dice Jesús (a María Valtorta):
-La escena narrada por Lucas parece sin conexión, casi ilógica. ¿Lamento las desdichas de una ciudad culpable y no tengo conmiseración de sus hábitos? No, no tengo, no puedo tener conmiseración de ellos, porque son precisamente estos hábitos los que engendran las desdichas; y verlos agudiza mi dolor. Mi ira contra los profanadores del Templo es la lógica consecuencia de mi meditación sobre las ya cercanas desdichas de Jerusalén.
Los castigos del Cielo están siempre provocados por las profanaciones del culto de Dios y de la Ley de Dios. Haciendo de la Casa de Dios una cueva de ladrones, aquellos sacerdotes indignos y aquellos indignos creyentes (de nombre sólo) atraían para todo el pueblo maldición y muerte. Es inútil dar uno u otro nombre al mal que hace sufrir a un pueblo; buscad su justo nombre en esto: "Castigo por una vida de animales". Dios se retira y el Mal avanza. Éste es el fruto de una vida nacional indigna delnombre de cristiana.
Como entonces, tampoco ahora, en esta fracción de siglo (en plena Segunda Guerra Mundial), he dejado de aguijar y llamar; pero, como entonces, lo único que he obtenido para mí y para los instrumentos por mí usados ha sido burla, indiferencia y odio. Recuerden, no obstante, las personas en particular y las naciones, recuerden que inútilmente lloran cuando antes no quisieron conocer su salvación. Inútilmente me invocan cuando en la hora en que me hallaba con ellos me expulsaron con una guerra sacrílega que, partiendo de las conciencias particulares, devotas del Mal, se extendió por toda la Nación. Las Patrias no se salvan tanto con las armas, cuanto con una forma de vida que atraiga las protecciones del Cielo.
Casi no ha tenido tiempo Jesús (continúa la narración María Valtorta) de entrar en la casa bendiciendo a los que en ella moran, y ya se oye el sonido alegre de cascabeles y voces festivas. Un instante después, la cara enjuta y pálida de Isaac aparece en la abertura de la puerta y el fiel pastor entra y se postra ante su Señor Jesús.
En el marco de la puerta, abierta de par en par, se apiñan muchas caras (y detrás se ven todavía más). Gente que choca, que se apretuja, que quiere abrirse paso... Algún grito de mujer, algún llanto de niño atrapado en medio del gentío, y gritos de saludo y exclamaciones festivas:
-¡Dichoso este día que te trae de nuevo a nosotros! ¡La paz a ti, Señor! Bien vuelves, Maestro, a premiar nuestra fidelidad.
Jesús se pone en pie y hace ademán de hablar. Todos callan. La voz de Jesús se oye con nitidez. -¡Paz a vosotros! No os apretujéis. Vamos a subir juntos al Templo. He venido para estar con vosotros. ¡Paz! ¡Paz! No os hagáis daño. ¡Dejad paso, amados míos! Dejadme salir, y seguidme, porque entraremos juntos en la Ciudad santa.
La gente, bien o mal, obedece. Y se abre un poco de camino. Lo suficiente como para que Jesús pueda salir y montar en el pollino (porque Jesús señala como cabalgadura para Él el pollino que hasta ahora nunca ha sido montado). Entonces, unos ricos peregrinos comprimidos entre el gentío extienden sobre la grupa del animal sus suntuosos mantos, y uno de ellos hinca una rodilla en tierra mientras con la otra hace de escalón para el Señor, que se sienta en la grupa del pollino de asna. El viaje empieza. Pedro va a un lado del Maestro e Isaac al otro, teniendo las bridas del animal, que aunque no esté domado camina tranquilo, como si estuviera acostumbrado a ese oficio, sin inquietarse o asustarse de las flores que a menudo - dado que las arrojan hacia Jesús- le dan al animalito en los ojos o en el blando morro; ni tampoco de las ramas de olivo y de las hojas de palma que la gente agita delante y alrededor de él, arrojadas al suelo para que hagan de alfombra junto con las flores; ni de los gritos, cada vez más fuertes, de: «¡Hosanna, Hijo de David!» que se elevan al cielo sereno mientras la muchedumbre se va adensando cada vez más y aumenta por otros que han llegado nuevos.
Pasar por Betfagé, por entre las callejuelas estrechas y tortuosas no es cosa fácil. Las madres deben coger en brazos a los niños, y los hombres deben proteger de golpes demasiado violentos a las mujeres. Y algún padre monta a su hijito a caballo de sus hombros y lo lleva así alto, más alto que la gente, mientras las vocecitas de los niños parecen balidos de corderos o chillidos de golondrinas y sus manitas echan las flores y hojas de olivo que les dan sus madres, y también besos, al manso Jesús...
Una vez fuera del pequeño arrabal, el cortejo se ordena y se extiende. Muchos, diligentemente, se adelantan para ir abriendo la marcha liberando el camino. Otros los siguen, esparciendo ramos en el suelo. Uno tiene la iniciativa de arrojar su manto como alfombra, y otro y cuatro y diez y cien y mil lo imitan. La calle presenta en su centro una faja multicolor de indumentos extendidos en el suelo. Una vez que Jesús pasa, recogen los indumentos y los llevan más adelante, con otros, con otros, y más flores, ramos, hojas de palma, que la gente agita y arroja; y se elevan gritos más fuertes en torno al Rey de Israel, al Hijo de David, a su Reino, en torno a Él y en honor de Él.
Los soldados que están de guardia en la puerta salen a ver qué sucede. Pero como no se trata de una sedición, apoyados en sus lanzas se hacen a un lado y observan admirados o irónicos el extraño cortejo de ese Rey que cabalga un pollino de asna, hermoso Él como un dios, humilde como el más pobre de los hombres, manso, bendecidor... rodeado de mujeres y niños y hombres desarmados que gritan «¡Paz! ¡Paz!»; de este Rey que antes de entrar en la ciudad se detiene un momento a la altura de los sepulcros de Hinnón y de Siloán (creo que refiero bien estos lugares donde he visto milagros de leprosos otras veces), y apoyándose en el único estribo en que descansa su pie -pues está sentado en el asno, no a caballo de él-, se yergue Y abre los brazos mientras eleva su voz en dirección a aquellas laderas horrendas (donde se asoman caras y cuerpos horrorosos mirando hacia Jesús y alzando el grito quejumbroso de los leprosos: «¡Estamos infectados!», para alejar a algunos imprudentes que, con tal de ver a Jesús, subirían incluso a esos corrompidos e infectados rellanos):
-¡El que tenga fe en mí que invoque mi Nombre y reciba por ello la salud! - y bendice para reanudar luego la marcha, ordenando a Judas de Keriot:
-Comprarás alimentos para los leprosos y, con Simón, se los llevarás antes de que anochezca.
Cuando el cortejo entra por debajo de la bóveda de la puerta de Siloán y luego, como un torrente, irrumpe dentro de la ciudad, al pasar por el barrio de Ofel -donde todas las terrazas se han transformado en una pequeña, aérea plaza colmada de gente jubilosa que arroja a la calle flores y perfumes, tratando de que caigan sobre el Maestro, y el aire está saturado del olor de las flores que mueren bajo los pasos de las turbas y de la esencia que se esparce en el aire antes de caer al polvo del camino-, al pasar por el barrio de Ofel, el grito de la multitud parece aumentar y hacerse fuerte como si cada uno lo gritara con una bocina, porque los espacios abovedados de que está llena Jerusalén lo amplifican con resonancias continuas.
Oigo gritar, y creo que quiere decir lo que escriben los evangelistas:
-¡Salem, Salem melquil! - (o malquit: trato de representar el sonido de las palabras, pero es difícil porque tienen aspiraciones que nosotros no tenemos). Es un grito continuo, semejante al bramido de un mar en tempestad en que antes de que cese el fragor del golpe que azota playas y escolleras ya otro golpe lo recoge y lo alza de nuevo formando un nuevo fragor, sin tregua alguna. ¡Estoy ensordecida...!
Perfumes, olores, gritos, agitación de ramos y de indumentos, colores, chillidos... Es una visión que aturde.
Veo mezclarse continuamente a la muchedumbre, aparecer y desaparecer caras conocidas: todos los discípulos de todos los lugares de Palestina, todos los seguidores... Veo a Jairo, a Yaia -me parece, el jovencito de Pel.la que era ciego como su madre y al que Jesús curó. Veo a Joaquín de Bosra y a aquel campesino de la llanura de Sarón con sus hermanos; veo al anciano y solitario Matías en cuya casa, de aquel lugar del Jordán (orilla oriental), Jesús se refugió mientras todo estaba inundado; y a Zaqueo con sus amigos convertidos; veo al anciano Juan de Nob con casi todos los habitantes de esta ciudad; veo al marido de Sara de Yuttá... Pero ¿quién puede llevar la cuenta de caras y nombres, si es un calidoscopio de caras conocidas y desconocidas, vistas varias veces o una vez sólo?... Y ahora la cara de1 pastorcito de Enón, y junto a él el discípulo de Corazín que dejó sepultar a su padre por seguir a Jesús; y, al lado de él, un instante, al padre y la madre de Benjamín de Cafarnaúm con su hijito, que por poco si se cae debajo de las patas del asno por echarse hacia delante y recibir una caricia de Jesús.
Y -por desgracia- caras de fariseos y escribas (lívidos de ira por este triunfo) que hienden atropelladores el círculo de amor apiñado en torno a Jesús, y gritan:
-¡Manda callar a estos locos! ¡Hazle entrar en razón! ¡Los hosannas son sólo para Dios! ¡Di que se callen! A lo cual Jesús responde dulcemente:
-¡Aunque les dijera que se callasen y me obedecieran, las piedras gritarían los prodigios de Verbo de Dios!
Y es que, en efecto, la gente, además de gritar: «¡Hosanna, hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna a Él y a su Reino! ¡Dios está con nosotros! ¡El Emmanuel ha venido! ¡Ha venido el Reino del Cristo del Señor! ¡Hosanna! ¡Hosanna desde la Tierra hasta lo alto del Cielo! ¡Paz! ¡Paz, mi Rey! ¡Paz y bendición a ti, Rey santo! ¡Paz y gloria en los Cielos y en la Tierra! ¡Gloria a Dios por su Cristo! ¡Paz a los hombres que lo saben acoger! ¡Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad y gloria en los Cielos Altísimos porque la hora del Señor ha venido!» (y quien grita esto último es el grupo compacto de los pastores, que repiten el grito natalicio); además de estas exclamaciones continuas, la gente de Palestina narra a los peregrinos de la Diáspora los milagros que han visto, y, a quienes no saben lo que está sucediendo -por ser extranjeros, de paso fortuitamente por la ciudad- y que preguntan: «¿Pero quién es éste?, ¿qué sucede» - les explican:
-¡Es Jesús!, ¡Jesús, el Maestro de Nazaret de Galilea! ¡El Profeta! ¡El Mesías del Señor! ¡El Prometido! ¡El Santo!
De una casa -sobrepasada su puerta poco antes porque la marcha es lentísima en medio de tanta confusión- sale un grupo de robustos jóvenes llevando en alto recipientes de cobre llenos de carbones encendidos, y de incienso que arde y esparce nubes de humo oloroso. Y otros recogen este gesto y lo repiten, de forma que muchos corren adelante o vuelven hacia atrás, a sus casas, para proveerse de fuego y resinas olorosas para quemarlas en honor del Cristo.
Aparece la casa de Analía; la terraza, enguirnaldada con vid de hojas nuevas, temblorosas por un leve viento abrileño;
presenta en el lado de la calle toda una fila de jovencitas vestidas y veladas de blanco -en cuyo centro está Analía-, con cestos de pétalos de rosas deshojadas y de muguetes, que ya revolean en el aire.
-¡Las vírgenes de Israel te saludan, Señor! - dice Juan, que se ha abierto paso y ahora está al lado de Jesús, atrayendo su atención hacia la guirnalda de pureza que se asoma sonriendo tras el pretil para sembrar la calle de pétalos rojos como la sangre y muguetes blancos como perlas.
Jesús sujeta un instante los ramales y para al pollino. Levanta la cara y la mano para bendecir a esa virginidad, enamorada de Él hasta el punto de renunciar a todo amor terreno.
Y Analía se echa hacia delante y grita:
-¡He visto tu triunfo, Señor! ¡Toma mi vida para tu glorificación universal! - y, mientras Jesús pasa por debajo de su casa y prosigue, lo saluda con un grito altísimo:
-¡Jesús! Y otro, un grito distinto, sobrepuja el clamor de la muchedumbre. Pero la gente, a pesar de oírlo, no se detiene. Es un río de entusiasmo, un río irrefrenable de pueblo en delirio. Y, mientras las últimas ondas de este río están todavía fuera de las puertas, las primeras ya acometen las subidas que conducen al Templo.
-¡Ahí está tu Madre! - grita Pedro señalando a una casa situada casi en la esquina de una calle que sube al Moria y por la que el cortejo se encanala. Y Jesús alza su cara para sonreír a su Madre, que está allí arriba entre las mujeres fieles..."]
sábado, 21 de marzo de 2015
Feb 05_15 Debéis educar a vuestra alma, debéis llenarla de Mi Amor y de Mis Enseñanzas.
Rosario vespertino
Temas:
*Los tiempos se acercan aceleradamente, tendréis muchos
cambios en este año que ya empezó, iréis viendo cómo se separa el Bien del mal,
¿de qué lado estaréis cada uno de vosotros?
*Orad mucho por las almas de vuestros hermanos alrededor del
Mundo, que estéis viendo que viven en el error, que presentan mucha soberbia de
su parte, que no permiten ningún consejo bueno.
*Os pido que Me pidáis que os envíe Mi Santo Espíritu y con
Él, el don del Discernimiento Santo.
*Vuestro libre albedrío tiene que ser educado en la Verdad,
pero Yo también os pregunto, ¿cuántos padres de familia, realmente están
educados para enseñar lo que deben enseñar a sus hijos, para que ellos Me amen
y Me respeten?
*Recordad que está anunciado en las Escrituras que el Día del
Señor vendrá como relámpago, es cuestión de segundos, no habrá tiempo de ir a
algún sacerdote para que perdone vuestros pecados.
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Los tiempos se acercan aceleradamente, tendréis
muchos cambios en este año que ya empezó, iréis viendo cómo se separa el Bien
del mal, ¿de qué lado estaréis cada uno de vosotros?
Hijitos Míos, es el amor de pocos el que hace que todavía Me
derrame por muchos y por eso os he pedido que vosotros intercedáis por vuestros
hermanos porque, ciertamente, no todos vosotros tenéis el mismo nivel de
espiritualidad. Por eso, os he hablado, anteriormente, sobre que sois hermanos
menores y los hermanos mayores, que si primeramente existen dentro de la familia,
también existen a nivel espiritual, en el Mundo entero.
Hay hermanos vuestros que están más adelantados (Lenguas…),
espiritualmente. Para ellos, Yo Soy todo, viven de Mí y para Mí. Así deben ser
las almas que quieren estar Conmigo, donadas totalmente a Mi Voluntad, pero
cuando os digo que estéis donados totalmente a Mi Voluntad, no quiere decir que
vais a dejar de hacer lo que tenéis qué hacer. Podéis ser padres o madres de
familia y estar donados totalmente a Mi Voluntad, podéis ser solteros y tener
un trabajo, podéis ser estudiantes o niños pequeños con uso de razón y
seguiréis haciendo lo que estéis haciendo, pero donados totalmente a Mi
Voluntad.
¿Qué es el donarse totalmente a Mi Voluntad? Os lo he
explicado antes y es que Me dejéis Vivir a Mí, plenamente, en vosotros. Sabéis
que vosotros no pertenecéis a este Mundo. Vinisteis a este Mundo a
transformarlo con lo que vosotros vivís en vuestro interior, que es Mi Amor.
Vosotros pertenecéis a un Mundo de Amor, a un Mundo en donde
hay respeto entre unos y otros, en un Mundo en donde se le ayuda al necesitado,
a un Mundo en donde vosotros buscáis la paz, la mantenéis, la gozáis, un Mundo
en donde hay respeto de grandes a chicos, donde hay respeto hacia los que son
superiores y, el superior, respeta al inferior también.
Esto y mucho más, se vive en el Reino de los Cielos. Mi Hijo
os dio la pauta a seguir, Él vivió como se vive en el Reino de los Cielos. Él
os educó como se educa a las almas en el Reino de los Cielos. Vosotros fuisteis
creados para vivir en el Amor e irlo acrecentando con la ayuda de Mi Santo
Espíritu, vosotros no fuisteis creados para vivir como estáis viviendo
ahora, con tanta maldad a vuestro alrededor y con tanta maldad en vuestro
interior. A tal grado os ha hecho satanás creer en sus mentiras, que vosotros
ya no vivís en las Verdades que os Enseñó Mi Hijo, buscáis las mentiras de
satanás y su forma de ser, para que las viváis, os divirtáis y hagáis nuevas
formas de vida, muy diferentes a lo que os Enseñó Mi Hijo Jesucristo.
La mentira ha nublado vuestras mentes y vuestros corazones,
os aburre vivir en la Verdad y en la Perfección de las almas. Cuando estáis
viviendo en ésa perfección, vosotros recibís plenamente Mi vida y todos los
regalos con los que acostumbro agradecer y consentir a las almas buenas.
Vosotros, los que ya no estáis Conmigo, los que no queréis
vivir de acuerdo a Mi Santa y Divina Voluntad, exigís que Yo os dé, pero para
seguir pecando, no para crecer en virtud, en amor, en Sabiduría. Queréis vivir
sanos, alegres, según vuestra voluntad, queréis seguir pisoteando Mis Leyes de
Amor y, aun así, queréis seguir siendo consentidos de Mi Amor y de Mis regalos,
tanto materiales como espirituales y esto no puede ser así, Mis pequeños. Me
desobedecéis haciendo vuestra voluntad, Me ofendéis, pasando por sobre Mis
Leyes, no Me consentís haciendo lo que Yo os pido en los Mandamiento y queréis
que Yo os consienta a vosotros. Estáis muy equivocados, Mis pequeños.
Os he dicho que un padre, una madre, consienten más a los
hijos obedientes y buenos y, a los que dan problema, ciertamente, los tratan de
atraer hacia ellos y les dan más atención, para tratar de evitarles problemas a
su alrededor. No los desprecian, los aman, porque son sus hijos y se dan cuenta
de los problemas que causan a su alrededor y cómo los demás no los quieren, por
eso los tienen muy cerca de su corazón, pero, desgraciadamente, no todos
responden de una buena forma y tampoco cambian para el bien de ellos y para el
bien de los que están a su alrededor.
Desperdiciáis muchas bendiciones que Yo os doy, mal usáis
también éstas bendiciones, porque al querer hacer vuestra voluntad, no las
usáis sabiamente, vuestras decisiones son humanas y esto quiere decir que son
imperfectas y por eso desperdiciáis tanto de lo que Yo os doy.
Necesitáis ayuda del Cielo, os lo he dicho tantas veces, si
no os acercáis a Mí, si no pedís que Mi Santo Espíritu os guíe por caminos de
Verdad y de Sabiduría, vosotros mismos no los vais a encontrar. Puesto que
vosotros no sois perfectos, tenéis que acudir a una Fuente Perfecta, para
recuperar o al menos, tener, por un momento, la Sabiduría Divina que
necesitáis para llevar a cabo alguna acción que necesitáis, pero no lo hacéis.
Sois soberbios, tontos, os falta Sabiduría, os falta humildad. ¿Cómo queréis
llegar a la perfección si no hay humildad de parte vuestra para acercaros a Mí?
Los tiempos se acercan aceleradamente, tendréis muchos
cambios en este año que ya empezó, iréis viendo cómo se separa el Bien del mal,
¿de qué lado estaréis cada uno de vosotros? Obviamente, diréis que del lado del
Bien, pero ¿estáis preparados para hacer el Bien? ¿Tenéis las capacidades? ¿Me
las habéis pedido? ¿Deseáis realmente de corazón hacer el Bien y no os
arrepentiréis de estar de éste lado del Bien, u os aburriréis de estar de Mi
lado y Me traicionaréis para luego regresar al lado contrario, al del mal y
viviendo, supuestamente, mejor?
Satanás os engaña, satanás no quiere vuestro bien pero si
vosotros, voluntariamente, os estáis apartando de Mí, y buscáis a satanás y sus
obras, padeceréis también vosotros el error y ése error traerá consecuencias,
consecuencias actuales y consecuencias futuras.
Ved pues por vuestra salvación eterna, Mis pequeños y ayudad
a aquellos que también lo necesitan.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Orad mucho por las almas de vuestros hermanos
alrededor del Mundo, que estéis viendo que viven en el error, que presentan
mucha soberbia de su parte, que no permiten ningún consejo bueno.
Ya antes os he dicho, Mis pequeños, que vosotros sois las
almas que supisteis escoger, así como María y Martha. Sois las Marías de éste
tiempo, supisteis escoger la mejor parte, que Soy Yo, vuestro Dios.
Hay tan pocos en este Mundo que están queriendo vivir de
acuerdo a lo que es el Amor Verdadero. No os imagináis cómo la pasarán las
almas que no han sabido escoger el camino del Bien.
Satanás las he engañado a tal grado, que ridiculizan, éstas
almas malas, a las almas buenas por eso, en las Escrituras, se habla de
aquellos que en estos tiempos ríen y, después, va a ser llanto, cuando estén
ante Mi Presencia. Sí, ríen ahora, se burlan de los que son Mis hijos y hasta
se deshacen de ellos, porque viven de acuerdo a Mis Leyes y a Mi Amor, se
sienten ahora los dueños del Mundo. Las guerras étnicas, realmente no van
destruyendo razas, necesariamente, sino más bien, ideologías y van
queriendo acabar con aquellos hijos Míos, aquellos que fueron Marías, o sea,
que prefirieron seguirMe, seguir las Enseñanzas de Mi Hijo, vivir en el Amor y
transmitirlo; porque, ciertamente, las almas que no están Conmigo, se sienten
mal cuando están junto a almas buenas.
Estas almas malas se sienten señaladas, se sienten menos y,
quizá, hasta ridiculizadas, pero un alma que está Conmigo, está llena de virtud
y nunca va a ridiculizar a un hermano de ella, porque no checa con la forma de
ser de Mis hijos.
Ciertamente, las almas malas no tienen Sabiduría y no saben
cómo manejarse entre gente que está Conmigo, se sienten mal y prefieren, en un
momento dado, eliminar a las almas buenas, que tratar de entenderlas, para ser
también ellos buenos. Muchas de estas almas malas, saben de Mí, saben de Mis
Milagros, saben Quién Soy, pero no desean estar Conmigo, éstas son almas que
han sido extremadamente engañadas por satanás y, aún a pesar de ello, las amo y
les doy oportunidades de salvación, pero no, prefieren seguir en su error, en
su maldad y esto las lleva, necesariamente, a la condenación eterna.
Ayudadles pues, Mis pequeños, a encontrar ésa Luz, que
existe, que Yo envío para todas aquellas almas que están en el error.
El error, prácticamente es un acto de soberbia, en el error,
hay mucha soberbia de vuestra parte y, por eso, son pocas las almas que se
pueden salvar cuando se está en grandes errores. No tienen la humildad de
pedir Mi ayuda, para que les abra su mente y su corazón y se den cuenta de la
realidad. Que vean dónde está el error y, sobre todo, que tengan ganas de
cambiar para mejorarse.
Orad mucho por las almas de vuestros hermanos alrededor del
Mundo, que estéis viendo que viven en el error, que presentan mucha soberbia de
su parte, que no permiten ningún consejo bueno. Estas almas necesitan de médico
y el mejor Médico, Soy Yo, vuestro Dios.
Ponedlas en Mi Corazón, poned su corazón junto al Mío y, de
esta forma será purificado.
Gracias, Mis pequeños, por todo lo que hagáis por éstas
almas, son hermanos vuestros, son Mis hijos y necesito de su salvación. Vuestra
salvación, si estáis Conmigo, está asegurada. Gracias por lo que podáis hacer
por ellas, porque las amo y qué mejor que vosotros pidáis por ellas, para que
Yo actúe salvándolas, porque cuando así lo hacéis, estáis mostrando un amor
fraterno, un amor como el que os dejó Mi Hijo, vuestro Hermano, sobre la tierra
y, de ésta forma, vosotros salváis, como os salvó Mi Hijo, os volvéis
corredentores, os volvéis amor, como Amor Soy Yo.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os pido que Me pidáis que os envíe Mi Santo Espíritu
y con Él, el don del Discernimiento Santo.
Hijitos Míos, vosotros, los que sí escucháis estos Mensajes,
que doy alrededor del Mundo, os pido que Me pidáis que os envíe Mi Santo
Espíritu y con Él, el don del Discernimiento Santo. Os he dicho muchas veces,
que satanás es muy astuto y tratará de engañaros, especialmente si estáis
Conmigo.
Él sabe mucho, sabe perfectamente cuáles son las almas que
están Conmigo y las que están apartadas de Mí. Los que estáis Conmigo, os
quiere hacer sufrir más. Recordad que él nunca podrá llegar al Reino de los
Cielos y no quiere que las almas gocen lo que él gozó cuando estaba Conmigo en
el Reino de los Cielos. Mucha maldad existe en él y vosotros no estáis
preparados para combatirla. Aún aquellos que se sienten muy preparados, no
podrían lograr un enfrentamiento contra él, es una realidad y la debéis aceptar
así, para que os acerquéis a Mí y os dé lo que necesitéis para proteger
vuestra alma y la de los vuestros.
En las Escrituras, se os dice que sois granitos de arena, no
sois nada, estáis sobre la arena y os pisan a cada rato. ¿Cuándo
entenderéis, Mis pequeños, que sin Mí no sois algo? Sois nada, no valéis nada
si no estáis Conmigo.
Vosotros obtenéis Sabiduría de Mí, porque la buscáis, pero
los que pertenecen a satanás, nunca van a buscar y, menos encontrar, la
Sabiduría; Ésta, en una palabra, es la que os da, prácticamente, la salvación.
Os protejo demasiado, Mis pequeños, porque conozco la maldad
de satanás. Apartaos pues, de las ocasiones de pecado, vivid para Mí y para
vuestros hermanos.Si vosotros recibís mal, ¿por qué lo lleváis también a
vuestros hermanos? Si os he dado tantas capacidades para entender Mis
Misterios, ¿por qué actuáis así, Mis pequeños? Si Yo Soy todo Amor, a quien
debéis darle la espalda, es a satanás, él que quiere solamente lo superfluo, lo
malo para vosotros.
Depende de vosotros mejoraros, venid a Mí y dejad que Yo os
haga ver vuestros errores, pero junto con eso, os voy a dar el remedio para que
salgáis adelante. Nunca Me aparto de los que Me buscan, os protejo y os guío,
Mis hijos, os amo.
Que Mi Amor quede con vosotros y que Mi Amor os transforme
para que lleguéis a ser los hijos que Yo quiero, que cada uno de vosotros,
seáis.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Vuestro libre albedrío tiene que ser educado en
la Verdad, pero Yo también os pregunto, ¿cuántos padres de familia, realmente
están educados para enseñar lo que deben enseñar a sus hijos, para que ellos Me
amen y Me respeten?
Hijitos Míos, os he dicho que necesariamente debéis ser
santos antes de entrar al Reino de los Cielos, y la santificación se va a ir
dando a lo largo de la existencia del hombre y culmina, ya sea, con un
acto extraordinario que os dará el pase directo al Reino de los Cielos, como es
el martirio o pasaréis al Purgatorio, para que os limpiéis de todo aquello que
no se pudo limpiar con vuestros méritos en la Tierra.
Vosotros debéis ser santos, y esto se logra haciendo Mi
Divina Voluntad. Ya el hecho de querer hacer Mi Divina Voluntad, es un
acto de humildad grande, es un acto extraordinario de parte vuestra, porque os
vais a negar a vosotros mismos para seguir Mi Voluntad y recordad que Yo no le
puedo negar nada a un alma humilde.
Os he dicho, también, que la santidad se logra llevando a
grado heroico alguna de las Virtudes de Mi Hijo que os mostró a lo largo de Su
Existencia y, así, todos los santos que conocéis, llevaron a grado
heroico, una o varias Virtudes que os enseñó Mi Hijo.
Todos vosotros tenéis la oportunidad de reflejar a Mi Hijo y
esto es, que toméis alguna de Sus Virtudes y la llevéis a grado heroico, para
que al fin de vuestra existencia o durante ella, se os diga que sois verdaderos
hijos Míos, hijos de vuestro Dios.
Tenéis tantas oportunidades, a lo largo de vuestra
existencia, para hacer a un lado vuestra voluntad y tomar la voluntad de
vuestro Maestro, Mi Hijo Jesucristo pero, os he dicho que, una gran mayoría de
vosotros, se os hace aburrido portaros bien, buscáis el mal, que se aprecia
como ésa fruta agradable al paladar, pero intolerante cuando la tragáis.
Vosotros mismos buscáis el mal, ciertamente, está a vuestro
alrededor y Yo no os presiono para que vosotros sigáis al mal, vuestro libre
albedrío escoge, pero, si vuestro libre albedrío no está bien entrenado, bien
educado y que sea sabio, difícilmente buscará lo correcto. Sí, Mis pequeños, vuestro
libre albedrío tiene que ser educado en la Verdad, pero Yo también os pregunto, ¿cuántos
padres de familia, realmente están educados para enseñar lo que deben enseñar a
sus hijos, para que ellos Me amen y Me respeten?
Ésta es la desgracia, Mis pequeños, vuestros padres no os
dan Mi Alimento Divino, porque ellos no lo piden, porque ellos no lo buscan,
porque ellos no quieren estar Conmigo, ni quieren que tampoco vosotros estéis
Conmigo.
Orad por aquellos hermanos vuestros, que tuvieron una
orfandad espiritual. Ciertamente, ellos no serán juzgados de la misma
forma, como aquellos que sí tuvieron enseñanzas Divinas desde pequeños, porque,
aun teniéndolas, prefirieron estar en el mal.
Soy un Juez Justo y haré lo debido con vuestras almas, pero
como os he dicho, estos son tiempos de salvación, tiempo de intercesión,
tiempo de lucha contra las fuerzas del mal, para que no se lleve a las almas de
los Míos. A satanás se le puede vencer fácilmente cuando estáis Conmigo
pero, difícilmente, cuando habéis escogido las sendas del mal. Si ya estáis en
el mal y no os queréis mejorar, os aseguro que vuestra alma se perderá y no
verá la Luz, la Verdadera Luz que hermanos vuestros han encontrado. Discernimiento
Santo es lo que necesitáis, pedídMelo, pedídseLo a Mi Santo Espíritu, para que
deis lo que debéis dar, antes que os mande llamar ante Mi Presencia.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Recordad que está anunciado en las Escrituras
que el Día del Señor vendrá como relámpago, es cuestión de segundos, no habrá
tiempo de ir a algún sacerdote para que perdone vuestros pecados.
Hijitos Míos, estos tiempos que vais a vivir, estos
últimos tiempos, serán muy diferentes a lo que hermanos vuestros han vivido
antes. Ellos no tuvieron la Purificación que tendréis, ellos no han vivido
el mal en el grado en el que ahora lo tenéis, por eso, necesitáis una
protección mucho mayor y una Sabiduría a toda prueba, para que satanás no os
convenza de manteneros con él y os olvidéis de Mí.
Debéis poner mucho de vuestra parte, os estáis jugando la
eternidad y, esto os lo digo por los desastres, en masa, que tendréis, no
estáis preparados o, ¿acaso sí estaréis, para soportar estas pruebas tan
fuertes y, sobre todo, tan inmediatas?
Recordad que está anunciado en las Escrituras que el Día del
Señor vendrá como relámpago, es cuestión de segundos, no habrá tiempo de ir a
algún sacerdote para que perdone vuestros pecados. ¿Estaréis vosotros, cada uno
de vosotros preparados para que Yo os pueda recibir en el Reino de los Cielos?
Mucho mal veréis a vuestro alrededor, refiriéndome a los
desastres que tendréis, pero aquí lo importante, Mis pequeños, es el cómo esté
vuestra alma. El cuerpo, sabéis, que se tiene que quedar aquí y polvo será;
pero vuestra alma es la que trascenderá y ¿cómo estará?, ¿la habréis
preparado correctamente, para que cuando esté ante Mí, ella no titubee ni se
sienta mal ante Mi Presencia?
Así como educáis a un hijo, también debéis educar a vuestra
alma, debéis llenarla de Mi Amor y de Mis Enseñanzas. Vais a transcender al
Reino de los Cielos y ahí se habla de Mi Amor y de Mis Enseñanzas, es el tema principal
para toda la eternidad. Vosotros mismos, ¿os habéis preparado ya, también, para
transcender, y hablar del idioma del Amor y de todo lo que Mi Hijo hizo por
vosotros?
Por eso, las almas que no están preparadas a trascender, a
pasar al Reino de los Cielos, tienen que pasar primero al Purgatorio, ahí
seréis purificados de vuestras manchas, pero también se os dará conocimiento
que os servirá para poder convivir con las otras almas en el Reino de los
Cielos.
Si no tenéis conocimiento Santo, tomad las Escrituras, leed,
pero no como leéis un libro, común y corriente, leed y que cada Palabra, cada
frase, entre a vuestro corazón, os transforme, os dé nueva vida. ¡Tenéis tanto
de dónde aprender en las Sagradas Escrituras! ¡Tanto qué dar a vuestros hermanos!
¡Tanto qué vivir aquí en este Mundo!
Os pido, Mis pequeños, que los que os sentís cerca de Mí,
hagáis lo que os pido. Vosotros creceréis y gozaréis con el aprendizaje y Yo
dichoso, también, estaré de poder hablar de Amor, de Mi Amor, con cada uno de vosotros,
cuando estéis en el Reino de los Cielos.
Os Bendigo, Mis pequeños, y dejad a un lado toda
preocupación y miedo, Yo Soy vuestro Dios y os aseguro, que en poco tiempo,
muchos de vosotros estaréis gozando de Mis Bienes Celestiales aquí mismo, en la
Tierra. Que así sea.
SOY PARA MULTITUD DE GENTE UN PERSONAJE MÁS DE LA HISTORIA QUE PASÓ HACIENDO EL BIEN

Hijos Míos, ¿cómo van a creer en Mí las personas, si no Me
tratan, ni Me conocen, ni saben como Yo actúo? Yo, Jesús, os hablo.
Pretendéis que vuestras familias, compañeros de profesión, o
amistades Me amen, pero para amar algo hay que conocerlo, y muchas almas no Me
aman porque no Me conocen. Predican de Mí que Soy misericordia, pero
ya no predican de Mí otra cosa, y las almas no Me conocen porque no saben de Mí
Evangelio, no saben de Mi amor inmenso hacia el pecador, no saben de la
inmensidad de Mis dolores en la Cruz por la salvación de los pecadores, y claro,
si esto no lo conocen o meditan en profundidad, Soy para multitud de gente un
personaje más de la historia que pasó haciendo el bien, pero ignoran que ahora
sigo haciendo el bien como antes, porque Yo, el Hijo de Dios, todo lo puedo.
Yo, Jesús, os hablo.
Debéis escribir sobre Mí y Mi personalidad divina. Debéis
hablar de Mí con amor y no como algo que pasó, porque Yo sigo vivo en los
corazones de muchos y viviré en todo aquel que Me acepte como su Dios y su
Redentor. Si ya en Mi vida terrenal muchos no Me amaban a pesar de que vieron
Mis obras, ahora que no las ven porque son obras de fe, ¿cómo Me van a amar?
Traed a Mí a las personas, a los indecisos, a los pusilánimes y
dadles ejemplo de amor y cordialidad, si ellos ven en vosotros
la rectitud y la honradez, en todos los campos, les hará pensar que este Jesús
que predicáis, si vosotros lo vivís, creerán que algo hay en todo lo que les
digáis, porque hijos, debéis vivirme en el día a día, y no solo predicarme sin
demostrar a la gente que vuestra vida y dicha Soy Yo, Jesús de Nazaret, y que
sigo vivo y seguiré por los siglos de los siglos interminables. Yo, Jesús, os
hablo.
No temáis si sois torpes para predicar, porque si Me vivís y
ven en vosotros que vuestra vida Soy Yo, pensaran que hay algo más que palabras
y allá donde alcancen vuestras predicaciones o ejemplos, Mi gracia os suplirá y
secundará la semilla que echéis, pero hijos, sembrad amorosamente en las almas
porque el tiempo apremia y dejarlo para luego puede ser tarde. Yo, Jesús, os
hablo.
Que Mi Santa Madre os ayude en esta empresa de amor y os
guie adecuadamente como guió a la Iglesia naciente, cuando Yo ascendí al Cielo.
Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Mi paz a todo el que cree este mensaje y lo
pone en práctica.
Asia Bibi podría ser ejecutada en los próximos días
Por Amigos de Irak | marzo 20, 2015 |
El gobierno de Pakistán ha
levantado completamente la moratoria que regía sobre la pena de muerte. Lo que
significa que los presos que permanecen en el corredor de la muerte podrían ver
agilizados los plazos para la ejecución de sus sentencias. Entre ellos, la
cristiana Asia Bibi, condenada a la horca en aplicación de la ley de la
blasfemia.
El ministerio de Interior
pakistaní ha ordenado a las provincias que procedan a ahorcar a los prisioneros
que hayan agotado los recursos de apelación y clemencia.
El sangriento atentado talibán
del pasado mes de diciembre contra una escuela militar del noroeste de
Pakistán, en la que murieron cerca de 150 personas, la mayoría niños, activó
parcialmente la pena de muerte, que se hallaba suspendida por una moratoria.
En medio de un país conmocionado
por la tragedia, en duelo permanente por las víctimas y sumido en funerales
multitudinarios, el gobierno decidió usar la pena capital para castigar
únicamente los delitos de terrorismo, a pesar de que la medida no fue bien
recibida por la ONU, la Unión Europea (UE) y diversas organizaciones de
derechos humanos.
Desde entonces han sido
ejecutados 24 condenados.
Ahora, el ministerio de Interior
quiere hacer extensiva la pena capital a todos los reos en el corredor de la
muerte.
8.000 prisioneros a la espera de
ser ejecutados
Hasta el levantamiento
provisional de la moratoria en diciembre, en Pakistán no se registraban
ahorcamientos de civiles desde 2008. Durante ese periodo solo fue ejecutado un
soldado, juzgado por una corte marcial.
“La facilidad con la que el
gobierno reniega de sus compromisos, tomados hace solo dos meses es
estremecedora”, dijo la abogada de la organización Justice Project Pakistan
(JPP), que defiende los derechos de los condenados a muerte.
Según la organización de derechos
humanos Amnistía Internacional, en Pakistán hay más de 8.000 prisioneros a la
espera de ser ejecutados.
Los defensores de la pena capital
en Pakistán argumentan que es la única forma efectiva para luchar contra el
terrorismo de los rebeldes.
El sistema judicial pakistaní es
tremendamente lento, y muchos casos se extienden durante años. Los procesos
penales otorgan mucha importancia a los testimonios y no hay garantías de
seguridad para jueces y fiscales. Esto implica que los casos en los cuales hay
involucrados grupos armados son difíciles de llevar, debido a las
intimidaciones que reciben los participantes, que son disuadidos para que
levanten los cargos.
5 años en el corredor de la
muerte
El largo y tortuoso proceso de
defensa legal contra Asia Bibi estaba a la espera de presentar, el próximo mes
de abril, una nueva petición de apelación a la sentencia de muerte, después de
que la Corte Suprema paquistaní la rechazara el pasado 22 de diciembre. De
acuerdo al sistema judicial paquistaní, este procedimiento de apelación podría
llegar a prolongarse hasta 3 años.
Ahora, con la pena de muerte de
nuevo activada, nadie sabe qué puede pasar.
Mientras, desde su celda en la
cárcel de Multán, Asia sigue afrontando su sufrimiento con fe: “Me veo en la
Cruz de Cristo, en la certeza de que muchos hermanos y hermanas en todo el
mundo están cerca y están rezando por mí”. “Rezo y espero que un juez reciba la
luz de Dios y tenga la valentía para ver la verdad”.
El caso de Asia Bibi se remonta a
2009, cuando trabajaba en el campo con otras mujeres musulmanas. Al ir al pozo
a tomar un poco de agua, fue acusada por sus compañeras de haber hecho impura
el agua para el resto de trabajadores por su condición de cristiana.
Al día siguiente esta madre de
familia fue atacada por una turba y llevada a una comisaría “por su seguridad”,
donde fue acusada de blasfemia contra Mahoma. En 2010 fue condenada a morir en
la horca bajo la ley de blasfemia. Sin embargo, Bibi ha expresado siempre que
es inocente y que nunca ha insultado al Islam.
jueves, 19 de marzo de 2015
Oración a San José para pedir una buena muerte
Poderoso patrón del linaje
humano, amparo de pecadores, seguro refugio de las almas, eficaz auxilio
de los afligidos, agradable consuelo de los desamparados, glorioso San José, el
último instante de mi vida ha de llegar sin remedio; mi alma quizás agonizará
terriblemente acongojada con la representación de mi mala vida y de mis muchas
culpas; el paso a la eternidad será sumamente duro; el demonio, mi enemigo,
intentará combatirme terriblemente con todo el poder del infierno, a fin de que
pierda a Dios eternamente; mis fuerzas en lo natural han de ser nulas: yo no
tendré en lo humano quien me ayude; desde ahora, para entonces, te invoco,
padre mío; a tu patrocinio me acojo; asísteme en aquel trance para que no falte
en la Fe, en la Esperanza y en la Caridad. Cuando tú moriste, tu Hijo y mi
Dios, tu Esposa y mi Señora, ahuyentaron a los demonios para que no se
atreviesen a combatir tu espíritu. Por estos favores y por los que en la vida
te hicieron, te pido ahuyentes a estos enemigos, para que yo acabe la vida en
paz, amando a Jesús, a María y a ti San José. Amén.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, recibid, cuando muera, el alma mía.
http://www.capillacatolica.org/SanJose.html#Oracion_compuesta_por_Leon_XIII
http://www.capillacatolica.org/SanJose.html#Oracion_compuesta_por_Leon_XIII
miércoles, 18 de marzo de 2015
Dictado de Jesús sobre la Gracia, visión de María Valtorta
6 de junio de 1943
“Hoy quiero hablarte de la “gracia”.
Verás que tiene relación con los otros temas aunque a primera vista no te
parece. Estás un poco cansada, pobre María, pero escribe de todas formas. Estas
lecciones te servirán para los días de ayuno en los cuales Yo, tu Maestro, no
te hablaré.
¿Qué es la gracia? Lo has
estudiado y explicado muchas veces. Pero Yo te lo quiero explicar a mi modo en
su naturaleza y en sus efectos.
La gracia es poseer en vosotros
la luz, la fuerza, la sabiduría de Dios. Esto es poseer la semejanza
intelectual con Dios, el signo inconfundible de vuestra filiación con Dios.
Sin la gracia seríais simplemente
criaturas animales, llegadas a tal punto de evolución de estar provistas de
razón, con un alma, pero un alma a nivel de tierra, capaz de guiarse en las
contingencias de la vida terrena pero incapaz de elevarse a las regiones en las
que se vive la vida del espíritu; por ello poco más que las bestias que se
regulan solamente por el instinto y, en verdad, a menudo os superan con su modo
de comportarse.
La gracia es por lo tanto un don
sublime, el mayor don que Dios,mi Padre, os podía dar. Y os lo da
gratuitamente porque su amor de Padre, por vosotros, es infinito como infinito
es Él mismo. Querer decir todos los atributos de la gracia significaría
escribir una larga lista de adjetivos y sustantivos, y aún no explicaría
todavía perfectamente qué es este don.
Recuerda solamente esto: la
gracia es poseer al Padre, vivir en el Padre; la gracia es poseer al Hijo,
gozar de los méritos infinitos del Hijo; la gracia es poseer al Espíritu Santo,
disfrutar de sus siete dones. La gracia, en fin, es poseernos a Nosotros,
Dios Uno y Trino, y tener alrededor de vuestra persona mortal las legiones de
ángeles que nos adoran en vosotros.
Un alma que pierde la gracia lo
pierde todo. Inútilmente para ella el Padre la ha creado, inútilmente para ella
el Hijo la ha redimido, inútilmente para ella el Espíritu Santo le ha infundido
sus dones, inútilmente para ella están los Sacramentos. Está muerta. Rama
podrido que bajo la acción corrosiva del pecado se separa y cae del árbol vital
y termina de corromperse en el barro. Si un alma supiera conservarse como es
después del Bautismo y después de la Confirmación, esto es cuando ella está
embebida literalmente de la gracia, aquella alma sería poco inferior a Dios. Y
que esto te lo diga todo.
Cuando leéis los prodigios de mis
santos os sorprendéis. Pero, querida mía, no hay nada de asombroso. Mis
santos eran criaturas que poseían la gracia, eran dioses, por esto, porque
la gracia os deifica. ¿Acaso no lo he dicho Yo en mi Evangelio que los míos harán
los mismos prodigios que Yo hago? Pero para ser míos es necesario vivir de
mi Vida, esto es de la vida de la gracia.
Si quisierais, todos podríais ser
capaces de prodigios, esto es de santidad. Mejor dicho, Yo quisiera que lo
fuerais porque entonces querría decir que mi Sacrificio ha sido coronado por la
victoria y que realmente Yo os he arrancado del imperio del Maligno,
desterrándole a su Infierno, remachando su boca con una piedra inamovible y
poniendo sobre ella el trono de mi Madre, que fue la Única que tuvo su calcañal
sobre el dragón, impotente para dañarle.
No todas las almas en gracia
poseen la gracia en la misma medida. No porque nosotros se la infundamos en
medida distinta, sino porque de distinta manera la sabéis conservar en
vosotros. El pecado mortal destruye la gracia, el pecado venial la resquebraja,
las imperfecciones la debilitan. Hay almas, no del todo malas, que languidecen
en una tisis espiritual porque, con su inercia, que las empuja a cometer
continuas imperfecciones, enflaquecen cada vez más la gracia, haciéndola un
hilo debilísimo, una llamita languidecerte. Mientras debería ser un fuego, un
incendio vivo, bello, purificador. El mundo se derrumba porque se derrumba la
gracia en casi la totalidad de las almas y en las demás languidece.
La gracia da frutos distintos
según esté más o menos viva en vuestro corazón. Una tierra es más fértil cuanto
más rica es de elementos y beneficiada por el sol, por el agua, por las
corrientes aéreas. Hay tierras estériles, secas, que inútilmente vienen regadas
por el agua, calentadas por el sol, agitadas por los vientos. Lo mismo es en
las almas. Hay almas que con cada estudio se cargan de elementos vitales
y por ello logran disfrutar el cien por cien de los efectos de la gracia.
Los elementos vitales son: vivir
según mi Ley, castos, misericordiosos, humildes, amorosos de Dios y del
prójimo; es vivir de oración “viva”. Entonces la gracia crece, florece, echa
raíces profundas y se eleva en árbol de vida eterna. Entonces el Espíritu
Santo, como un sol, inunda con sus siete rayos, de sus siete dones; entonces
Yo, Hijo, os penetro con la lluvia divina de mi Sangre; entonces el Padre os
mira con complacencia viendo en vosotros su semejanza; entonces María os
acaricia estrechándoos contra su seno en el que me ha llevado a Mí como a sus
hijitos menores pero queridos, queridos por su Corazón; entonces los nueve
coros angélicos hacen corona a vuestra alma templo de Dios y cantan el “Gloria”
sublime; entonces vuestra muerte es Vida y vuestra Vida es bienaventuranza en
mi Reino”.
Ene 08_15 La gran Lucha ya inicia, las Potestades del Cielo luchando contra la fuerza satánica están
Rosario vespertino
Temas:
*Mientras más tarde queráis
comprender Mis Palabras, más sufriréis, porque os he dicho que el mal se
detendrá cuando os arrodilléis y pidáis perdón.
*Yo voy al frente de las Huestes
Celestiales, necesito de vuestras oraciones, de vuestra donación, de todo lo
que podáis darMe en Amor, para poder defender vuestro Mundo, sus habitantes y,
sobre todo, aquellos que están viviendo en el mal.
*Confiad en lo que Nuestro Dios
traerá a vuestras vida y os digo y os repito que confiéis plenamente en lo que
Nuestro Dios haga de aquí en adelante por vuestras vidas, porque no os
imagináis lo que Él quiere hacer para vosotros.
*Recordad estas Palabras en todo
momento, Palabras de Sabiduría que os doy, para que cuando tengáis grandes
necesidades, de diferente índole, os unáis en oración y, así, obtendréis Mis
favores, Mis regalos a vuestras necesidades.
*Sed como niños, dejadme libertad
de acción en vuestra vida, sed humildes y sencillos y Yo haré el resto, no os
arrepentiréis, Mis pequeños, del cambio que tendréis, porque os quitaré todo
aquello que os afecta para seguir creciendo en todos sentidos.
Mensaje de Dios Padre y la
Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre
Sobre: Mientras más tarde queráis
comprender Mis Palabras, más sufriréis, porque os he dicho que el mal se
detendrá cuando os arrodilléis y pidáis perdón.
Hijitos Míos, os avisé hace algunas semanas que ya estáis en Tiempo de Justicia, pero no por ello os abandono. Os cuido, os proveo y os doy lo necesario para que, con los acontecimientos que vayáis viendo a vuestro alrededor, os vayáis dando cuenta de que al ser Mis Palabras ciertas, vosotros Me pidáis lo que necesitéis para lograr un cambio en vuestra vida, de acuerdo a como Yo lo necesito de parte vuestra.
Hijitos Míos, os avisé hace algunas semanas que ya estáis en Tiempo de Justicia, pero no por ello os abandono. Os cuido, os proveo y os doy lo necesario para que, con los acontecimientos que vayáis viendo a vuestro alrededor, os vayáis dando cuenta de que al ser Mis Palabras ciertas, vosotros Me pidáis lo que necesitéis para lograr un cambio en vuestra vida, de acuerdo a como Yo lo necesito de parte vuestra.
Los momentos difíciles ya están
y, los estaréis viendo cada vez mayores, como os había dicho, pero Mis
cuidados, también serán mayores.
¿Cuándo entenderéis, Mis pequeños
de que quiero vuestra conversión?, de que quiero que vosotros os alleguéis a
Mí, cada vez más cerca de Mi Corazón.
Mucho, mucho mal hay en el Mundo,
los gobiernos de la Tierra, aun queriendo, ya no lo podrán detener, éste mal,
Mis pequeños, lo podréis neutralizar con el amor que vosotros produzcáis.
Quiero lo mejor para vosotros,
quiero una nueva vida, en la cual Yo os vea contentos y, al estar contentos,
vuestra alma, gozosa, vendrá a Mí y no se separará de Mí.
Vuestras almas sufrirán un
cambio, ciertamente favorable y, vosotros, lucharéis para que os mantengáis
así. No dejéis que satanás os convenza y cambie vuestra actitud hacia lo bueno,
que deberéis seguir manteniendo y acrecentando.
Satanás no quiere vuestro bien,
esto ya lo debéis haber entendido hace tiempo. Mientras más tarde queráis
comprender Mis Palabras, más sufriréis, porque os he dicho que el mal se
detendrá cuando os arrodilléis y pidáis perdón, pero, sí por vuestra soberbia,
no queréis entender que debéis, vosotros mismos, provocar el cambio que tanto
necesitáis, vuestro dolor, vuestra agonía, será más larga.
Ya no sé, Mis pequeños, cómo
motivaros, habéis cerrado vuestro corazón a Mis Palabras, a Mi Amor, os queréis
guiar de acuerdo a vuestra voluntad y Me habéis hecho a un lado de vuestra
vida. Así nunca mejoraréis si Me hacéis a un lado de vuestra vida. El
mal se irá acrecentando, si no provocáis un bien que lo destruya; Mi Amor
espera un cambio de parte vuestra, para protegeros contra todo ataque de satán
y para que podáis regresar al Reino de los Cielos por los bienes que vosotros
lograréis.
Tened cuidado pues, Mis pequeños,
con los ataques de satanás a vuestro alrededor, a veces es muy sutil y, a
veces, debéis luchar por el bien que os he prometido tendréis.
Deberéis poner una Fe absoluta en
Mis Palabras, en lo que Yo os pido, buscad afanosamente Mi Reino, para que
podáis erradicar el mal, primeramente, de vuestro interior y, luego, del mal
del Mundo.
Os envío Mis Bendiciones para
vosotros y para los vuestros, dadMe vuestro corazón, para que lo vaya Yo
puliendo a lo largo de éste año. Mi Amor queda con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla La
Santísima Virgen María.
Sobre: Yo voy al frente de
las Huestes Celestiales, necesito de vuestras oraciones, de vuestra donación,
de todo lo que podáis darMe en Amor, para poder defender vuestro Mundo, sus
habitantes y, sobre todo, aquellos que están viviendo en el mal.
Hicisteis bien, hijo Mío, en consagrar éste año a Mí, vuestra Madre. Ciertamente, momentos difíciles tendréis y Yo estaré con vosotros. La gran Lucha ya inicia, las Potestades del Cielo, luchando contra la fuerza satánica están.
Hicisteis bien, hijo Mío, en consagrar éste año a Mí, vuestra Madre. Ciertamente, momentos difíciles tendréis y Yo estaré con vosotros. La gran Lucha ya inicia, las Potestades del Cielo, luchando contra la fuerza satánica están.
Yo voy al frente de las Huestes
Celestiales, necesito de vuestras oraciones, de vuestra donación, de todo lo
que podáis darMe en Amor, para poder defender vuestro Mundo, sus habitantes y,
sobre todo, aquellos que están viviendo en el mal, que se han vuelto
instrumentos de satanás.
Mucho bien será derramado sobre
la Tierra, y esto lo verán aquellos que no han querido abrir su corazón a las
Palabras de Nuestro Dios, satanás irá viendo su derrota poco a poco, lo mismo
que los que están con él. Así, como un animal herido en la selva, se vuelve más
peligroso y contrataca más fuerte, así está satanás en éstos momentos.
Entregadle vuestra voluntad a
Nuestro Padre y Señor Mío, para que seáis verdaderos instrumentos de Nuestro
Dios en estos tiempos, no escatiméis en vuestra entrega, Mis pequeños,
recordad, porque os lo hemos dicho muchas veces, que sin Dios, vosotros
sois nada y no os podéis poner en contra de Nuestro Dios, porque
sufriríais muchísimo.
Mucho bien se seguirá derramando
sobre la Tierra, para alimentar a aquellas almas que estarán en lucha fuerte
contra las fuerzas de satanás y, para la conversión de aquellas otras, que,
aunque en éstos momentos no quieren entender todavía el llamado que se os está
haciendo, ciertamente los acontecimientos y el dolor que tendréis, hará que
muchas almas se vuelvan hacia Nuestro Dios.
El Amor, nunca se apartará de
vosotros, sed perseverantes, sed sinceros con vosotros mismos. Si estáis en la
Verdad, manteneos en ella, si buscáis el Reino de Dios en vuestra vida y en la
de los vuestros, no os apartéis ni un centímetro de los lineamientos que
Nuestro Dios os ha dado.
Os Bendigo, Mis pequeños y
Bendigo a los vuestros,estoy con vosotros. Ciertamente, el dolor opacará
vuestra vida, pero en breve tiempo después, la Luz volverá y la alegría
tendréis, podría decir, hasta en exceso; seréis muy felices de haber pasado la
prueba.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla La
Santísima Virgen María.
Sobre: Confiad en lo que Nuestro
Dios traerá a vuestras vida y os digo y os repito que confiéis plenamente en lo
que Nuestro Dios haga de aquí en adelante por vuestras vidas, porque no os
imagináis lo que Él quiere hacer para vosotros.
Hijitos Míos, en éste tiempo por venir, ciertamente, como se os ha dicho, habrá
muchos cambios, pero, principalmente espirituales.
Vosotros mismos iréis viendo cómo
van cambiando las actitudes de vuestros hermanos. Si por un lado habrá
problemas fuertes, por otro lado, habrá también conversiones fuertes. Una Vida
Nueva se os ha prometido y así será, es el gran Premio para aquellos que
perseveraron pero además, se dieron, para que se lograra éste cambio. Sois
familia, sois padres e hijos.
Ciertamente, que seréis
guiados hacia la perfección, pero pocos la tomarán en totalidad, recordad
que la naturaleza humana seguirá afectando al alma. Por eso, se os ha
profetizado que, ciertamente, tendréis un cambio fuerte y bello en vuestra
vida, pero vosotros tendréis que incrementar los dones que se os darán a
través de la práctica en el amor con vuestros hermanos. Todo eso, que permitirá
Nuestro Padre y Nuestro Dios, es para que realmente hagáis una familia entre
todo el género humano. Os respetaréis en el amor, os amaréis por el Amor de
Nuestro Dios, viviréis momentos bellísimos que aún no conocéis.
Confiad en lo que Nuestro Dios
traerá a vuestras vida y os digo y os repito que confiéis plenamente en lo
que Nuestro Dios haga de aquí en adelante por vuestras vidas, porque no os
imagináis lo que Él quiere hacer para vosotros. Imaginad cómo no ha de pagar a
aquellos que se mantuvieron en el Bien. Aún a pesar de que el mal os tentaba,
continuamente, a lo largo de vuestra existencia, preferisteis vivir en el Bien.
Mucho bien deberéis dar, Mis
pequeños, porque fuisteis preparados para ello, todo lo que se os ha dado, lo pondréis
al servicio de vuestros hermanos. Haréis una bella Familia Universal y
conoceréis, por primera vez, lo que es el Verdadero Amor que Nuestro Padre y
Nuestro Dios, creó para el hombre, en un Principio, pero que el Pecado echó a
perder.
Alegraos, Mis pequeños, porque
vuestra liberación está cerca, alegraos, ciertamente, porque se premiará a
todos aquellos que confiaron plenamente en Nuestro Dios en Su Santísima
Trinidad.
Soy vuestra Madre, la Siempre
Virgen María. Os amo, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: Recordad estas Palabras en
todo momento, Palabras de Sabiduría que os doy, para que cuando tengáis grandes
necesidades, de diferente índole, os unáis en oración y, así, obtendréis Mis
favores, Mis regalos a vuestras necesidades.
Hijitos Míos, éste es el tiempo en que deberéis ser como niños, Mi Hijo os lo pidió y ahora deberéis ser plenamente dóciles, para que Yo os pueda tomar y, a través de vuestra pequeñez, se muestre Mi Potencia contra las fuerzas de satanás.
Hijitos Míos, éste es el tiempo en que deberéis ser como niños, Mi Hijo os lo pidió y ahora deberéis ser plenamente dóciles, para que Yo os pueda tomar y, a través de vuestra pequeñez, se muestre Mi Potencia contra las fuerzas de satanás.
Mucho mal ha hecho satanás a Mi
Creación. Se siente fuerte, envalentonado en estos tiempos, se burla ante Mí,
de todo el mal que os está haciendo y cree que tiene ya todo el poder Mundial
en sus manos y que os podrá controlar plenamente, pero no va a ser así, Mis
pequeños. Os tengo que decir, que sufrirá humillación tremenda, que así, como
ha hecho mucho mal y se siente poderoso, el amor pequeño de vuestros corazones,
unido al de Mi Hija, la Siempre Virgen María, le producirá la humillación con
la que caerá y será vencido.
Esperad el momento de la victoria
y deseadlo, Mis pequeños, uníos en oración, porque con ella lo
venceréis. Vuestra fuerza, os he dicho, está en la unión, porque sois
pequeñitos, porque os necesitáis los unos a los otros y, vosotros, sentiréis
ésa fuerza de unión y eso ayudará para que no os separéis, nunca más, en los
momentos difíciles de vuestra vida.
Siempre, la unión os dará la
fuerza que necesitaréis para lograr grandes cambios. Recordad estas Palabras en
todo momento, Palabras de Sabiduría que os doy, para que cuando tengáis
grandes necesidades, de diferente índole, os unáis en oración y, así obtendréis
Mis favores, Mis regalos a vuestras necesidades.
Como padres, vosotros enseñáis a
los hijos, a que tienen que trabajar duro para obtener algo y que se aprecia
mucho más lo que obtuvieron por el trabajo, por el cansancio, que cuando no
movéis ni un solo dedo para obtenerlo y, aunque sea muy valioso, no lo
apreciáis.
Mi Amor os protege en todo
momento y os ayuda a crecer. Confiad, confiad en Mí, vuestro Dios. Los
niños pequeños confían plenamente en lo que sus padres les piden. Con mayor
razón Yo, que Soy vuestro Padre y vuestro Dios, que Soy la Perfección misma, no
deberéis dudar en ningún momento lo que os pida, porque dañaríais Mi Corazón
con vuestra duda. Lo que Yo os pida, siempre os traerá un inmenso bien.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: Sed como niños,
dejadme libertad de acción en vuestra vida, sed humildes y sencillos y Yo haré
el resto, no os arrepentiréis, Mis pequeños, del cambio que tendréis, porque os
quitaré todo aquello que os afecta para seguir creciendo en todos sentidos.
Rayos de Luz, potentes, inimaginables para vosotros, bajarán de los Cielos y os
atravesarán, causando con ello, un cambio completo. Este cambio de
exterior, irá aunado a un cambio interior, que lograréis también por vuestra
donación a Mi Voluntad.
Recordad, en el Reino de los
Cielos, no hay almas que estén obligadas a estar ahí. Yo no limito nunca a
ninguna alma, no le coarto su libertad, son libres de seguirMe o seguir en sus
propios ideales.
Tendréis un tiempo de reflexión
interno, vosotros escogeréis lo que mejor os convenga, pero las almas que están
Conmigo, que han permitido que Mi Voluntad se una a la de ellos, no tendrán de
qué preocuparse, porque Yo las moveré según Mi Voluntad, y eso las llevará a la
perfección.
¿Cuándo entenderá ésta generación
que os debéis dejar mover por Mí, vuestro Dios, para que vosotros alcancéis la
perfección a la que estáis llamados? Sois celulitas del Cuerpo Místico de Mi
Hijo, sois pequeñitos, sois nada si no recurrís a Mí y os dejáis mover por
Mí.
Cuando vosotros perdéis vuestra
libertad porque os dejáis mover por Mi Voluntad, en ése momento, ganáis el
Paraíso, porque Yo siempre os voy a llevar a lo mejor, a lo perfecto, a lo más
bello, a lo que os puede hacer más felices, porque Yo todo lo conozco y todo
fue Creado para daros alegría, para que, al ver la perfección que os rodeé, os
acordéis de Mí, en todo momento, agradeciendo Mi Obra, que os rodea y que está
dentro de vosotros.
Os repito, sed como niños,
dejadMe libertad de acción en vuestra vida, sed humildes y sencillos y Yo haré
el resto, no os arrepentiréis, Mis pequeños, del cambio que tendréis, porque os
quitaré todo aquello que os afecta para seguir creciendo en todos sentidos.
Sí, Mis pequeños, vuestro cuerpo
será transformado, vuestra alma, será llevada hacia la santidad, gozaréis de lo
que gozaban vuestros Primeros Padres y era un gozo que vosotros, ni siquiera os
lo imagináis, pero que tenéis derecho a él.
Mucho bien y grandes alegrías os
tengo preparadas. Pruebas fuertes tendréis, para que os ganéis todo esto
que os daré, pero alegraos en la prueba, porque Yo os ayudaré a pasarla.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)