(Patrona de España)
“Al proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción, Pío IX, recordó a todos que en las tempestades de la existencia humana resplandece en la Virgen la luz de Cristo, más fuerte que el pecado y la muerte”. ( Juan Pablo II)
Consagración a la Virgen
¡Oh Señora y Madre mía!
Con filial cariño vengo
A ofrecerte en este día
Cuanto soy cuanto tengo:
Mis ojos para mirarte,
Mi voz para bendecirte,
Mi vida para servirte,
Mi corazón para amarte.
Que te ofrenda mi cariño
Y guárdame como a un niño
Cerca de tu corazón,
En la dicha, en la aflicción,
En mi vida, en mi agonía,
"mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía".
http://www.mariologia.org/consagracionact3.htm
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