APARICIÓN DE LA SANTISIMA VIRGEN EN LA SALETTE
El 19 de septiembre de 1846 se apareció la Santísima Virgen
en La Salette (Francia), a dos pastorcitos naturales de Corps: Melanie Calvat
de quince años, y Maximin Giraud de once. La Santísima Virgen les confió un
secreto, unas advertencias para los tiempos venideros: "el secreto de La
Salette."
EL SECRETO
«Melanie, esto que yo te voy a decir ahora no será siempre
secreto; puedes publicarlo en 1858: Los Sacerdotes, Ministros de mi Hijo, los
Sacerdotes..., por su mala vida, por sus irreverencias e impiedad al celebrar
los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se
han convertido en cloacas de impureza. ¡Sí!, los Sacerdotes piden venganza y la
venganza pende de sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y personas consagradas a
Dios que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a Mi Hijo! Los
pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y
he aquí que la venganza está a las puertas, pues ya no se encuentra nadie que
implore misericordia y perdón para el Pueblo. Ya no hay almas generosas ni persona
digna de ofrecer la víctima sin mancha al Eterno, en favor del mundo. Dios va a
castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la Tierra...!
Dios va a derramar su cólera y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos.
¡Los jefes, los conductores del Pueblo de Dios, han descuidado la oración y la
penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en
estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos
perecer. Dios permitirá a la serpiente antigua poner divisiones entre los
soberanos, en las sociedades y en las familias. (...) La sociedad está en
vísperas de las más terribles calamidades y los más grandes acontecimientos. Se
verá obligada a ser gobernada por una vara de hierro y a beber el cáliz de la
cólera de Dios. Que el Vicario de mi Hijo, el soberano Pontífice Pio IX, no
salga ya de Roma después del año de 1859; pero que sea firme y generoso; que
combata con las armas de la fe y del amor. Yo estaré con él. (...) Italia será
castigada por su ambición de querer sacudir el yugo del Señor de los Señores.
(...) La sangre correrá por todas partes. Las Iglesias serán cerradas o
profanadas. Los Sacerdotes y religiosos serán perseguidos.(...) Muchos
abandonarán la Fé, y el número de Sacerdotes y religiosos que se separarán de
la verdadera religión será grande. Entre estas personas se encontrarán incluso
Obispos. Que el Papa se ponga en guardia contra los obradores de milagros, pues
llega el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar en la tierra
y en los aires. (...) Lucifer, con gran número de demonios, serán desatados del
Infierno; abolirán la fe, aún entre las personas consagradas a Dios. (...)
Muchas casas religiosas perderán completamente la fe y perderán a muchísimas
almas. Los malos libros abundarán en la Tierra y los espíritus de las tinieblas
extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo relativo al
servicio de Dios. Habrá Iglesias para servir a esos espíritus. (...) ¡Ay de los
príncipes de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a amontonar riquezas,
a poner a salvo su autoridad y dominar con orgullo!
El Vicario de Mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque por un
tiempo la Iglesia será entregada a grandes persecuciones. Esta será la hora de
las tinieblas. La Iglesia tendrá una crisis espantosa. Dado el olvido de la
santa Fe en Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a
sus semejantes. (...) El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el
fin para recibir su sacrificio. Los malvados atentarán muchas veces contra su
vida, sin poder poner fin a sus días; pero ni él ni su sucesor verán el triunfo
de la Iglesia de Dios. Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que
será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso para dar lugar al
materialismo, al ateísmo, (...) a toda clase de vicios. Que los que estén al
frente de las comunidades religiosas vigilen a las personas que han de recibir,
porque el demonio usará toda su malicia para introducir en las órdenes
religiosas a personas entregadas al pecado, pues los desórdenes y el amor de
los placeres carnales se extenderán por toda la Tierra. Francia, Italia, España
e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá por las calles; el francés
luchará contra el francés, el italiano contra el italiano... habrá una guerra
universal que será espantosa. Por algún tiempo Dios no se acordará de Francia
ni de Italia, porque el Evangelio de Cristo no es ya conocido. Los malvados
desplegarán toda su malicia. Al primer golpe de su espada fulminante las
montañas y la naturaleza temblarán de espanto, porque los desórdenes y los
crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los Cielos. París será quemado,
y Marsella engullida; varias grandes ciudades serán sacudidas y engullidas por
terremotos. Se creerá que todo está perdido. No se verán más que homicidios, no
se oirá más que ruido de armas y blasfemias. Los justos sufrirán mucho, sus
oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán hasta el Cielo, y todo el
Pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia e implorarán su ayuda e
intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de justicia y de su gran
misericordia con los justos, mandará a sus ángeles que destruyan a todos sus
enemigos. Los perseguidores de la Iglesia de Cristo y los hombres dados al
pecado perecerán de golpe, y la Tierra quedará como un desierto.
Entonces será la paz, la reconciliación de Dios con los
hombres; Jesucristo será servido, adorado y glorificado. La caridad florecerá
en todas partes. Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia
que será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de
Jesucristo. El Evangelio será predicado por todas partes y los hombres harán
grandes progresos en la fe, porque habrá unidad entre los obreros de
Jesucristo, y los hombres vivirán en el temor de Dios.» (...)
(Las profecías de La Salette no parecen haber sido dictadas
en orden sucesivo, no son correlativas. Continúa:)
«La Tierra será castigada con todo género de plagas. Habrá
guerras, hasta la última que la harán los diez reyes del anticristo, los cuales
tendrán todos un mismo plan, y serán los únicos que gobernarán al mundo. Antes
que eso suceda, habrá una especie de falsa paz en el mundo; no se pensará más
que en divertirse; los malvados se entregarán a toda clase de pecados; pero los
hijos de la Santa Iglesia, los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores,
creerán en el amor de Dios y en las virtudes que me son más queridas. Dichosas
las almas humildes guiadas por el Espíritu Santo, Yo combatiré con ellas hasta
que lleguen a la plenitud de la edad. La naturaleza clama venganza contra los
hombres, y tiembla de espanto en espera de lo que debe suceder en la Tierra
encharcada de crímenes. Temblad Tierra, y vosotros que hacéis profesión de
servir a Jesucristo y que interiormente os adoráis a vosotros mismos,
¡temblad!, pues Dios va a entregaros a sus enemigos, porque los lugares santos
están en la corrupción. Muchos conventos no son ya casa de Dios, sino
pastizales de Asmodeo. Durante este tiempo nacerá el anticristo... Hará
prodigios y no se alimentará sino de impurezas. ... Se cambiarán las
estaciones... Los astros perderán sus movimientos regulares. La luna no
reflejará más que una débil luz rojiza. El agua y el fuego causarán en el globo
terrestre movimientos convulsivos y horribles terremotos.
ROMA perderá la Fé y se convertirá en la sede del
anticristo. Los demonios del aire, con el anticristo, harán grandes prodigios
en la Tierra y en los aires, y los hombres se pervertirán más y más. Dios
cuidará de sus fieles servidores y de los hombres de buena voluntad. El
Evangelio será predicado por todas partes. Todos los pueblos y todas las
naciones conocerán la verdad.
Hago una apremiante llamada a la Tierra, llamo a los
verdaderos discípulos del Dios que vive y reina en los Cielos, llamo a los
verdaderos imitadores de Cristo hecho hombre, el único y verdadero salvador de
los hombres. Llamo a mis hijos, a mis verdaderos devotos, a los que se me han
consagrado a fin de que los conduzca a mi Divino Hijo, los que llevo, por
decirlo así, en mis brazos, los que han vivido de mi espíritu. Finalmente...
Llamo a los Apóstoles de los Últimos Tiempos. Los fieles discípulos de
Jesucristo que han vivido en el menosprecio del mundo y de sí mismos, en la
pobreza y en la humildad, en la oración y en la mortificación, en la castidad y
en la unión con Dios. En el sufrimiento, y desconocidos del mundo. Ya es hora
que salgan y vengan a iluminar la Tierra: Id y mostraos como mis hijos
queridos, yo estoy con vosotros y en vosotros, con tal que vuestra fe sea la
luz que os ilumine en esos días de infortunio. ... Luchad hijos de la luz,
vosotros pequeño número... pues ya está aquí el tiempo de los tiempos, el fin
de los fines. La Iglesia se oscurecerá, el mundo quedará consternado. Pero he
ahí ENOC y ELÍAS, llenos del espíritu de Dios; predicarán con la fuerza de
Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios, y muchas almas serán
consoladas. Harán grandes prodigios por la virtud del Espíritu Santo, y
condenarán los errores diabólicos del anticristo. ¡Ay de los habitantes de la Tierra...!
Habrá guerras sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas; habrá
lluvias de un granizo espantoso... ... Tempestades que destruirán ciudades,
terremotos que engullirán países; se oirán voces en el aire; los hombres se
golpearán la cabeza contra los muros, llamarán a la muerte. ... La sangre
correrá por todas partes. ¿Quién podrá resistir si Dios no disminuye el tiempo
de la prueba? Por la sangre, las lágrimas y oraciones de los justos, Dios se
dejará aplacar. Enoc y Elías serán muertos. ROMA pagana desaparecerá, caerá
fuego del cielo y consumirá tres ciudades; el universo entero estará preso del
terror, y muchos se dejarán seducir por no haber adorado al verdadero Cristo,
que vivía entre ellos. Ha llegado el tiempo. El sol se oscurece, solo la fé
vivirá. Aquí está el tiempo. El abismo se abre. He aquí el rey de los reyes de
las tinieblas. Aquí está la bestia con sus súbditos, llamándose el salvador del
mundo. Se elevará con orgullo por los aires para subir hasta el Cielo. Será
sofocado por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá. Y la Tierra, que llevará
TRES DÍAS en continuas evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego. Será hundido
para siempre, (el anticristo), con todos los suyos, en los abismos eternos del
infierno. Entonces el agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras
del orgullo de los hombres y todo será renovado. Dios será servido y
glorificado.»
Los hechos referidos en el secreto de La Salette no parece
ser dictados en orden sucesivo, no podemos entenderlos en forma cronológica. A
veces se repite lo que se dijo anteriormente. ( "Estilo cíclico",
característica Apocalipsis de San Juan.) Se habla del triunfo definitivo
de la Iglesia, después del Juicio de las Naciones o purificación de la
humanidad, en el que todo será renovado y habrá entonces un solo rebaño y un
solo pastor. También se habla del nacimiento y de la actuación del
anticristo. Referirse al anticristo es llegar al máximo grado de apostasía
universal. También hace referencia a los dos testigos, que condenarán los
errores del anticristo y exhortarán al mundo a hacer penitencia. Testigos
que al final serán vencidos y muertos. ( Apoc. cap. XI.)
Algunas profecías ya se han cumplido:
A.-Que el Papa no saliera de Roma después de 1859, año a
partir del cual, vencida Austria, querían que el Papa abandonase Roma para
conseguir la unidad italiana.
B.-La profecía de Napoleón también se cumplió al pie de la
letra: cayó "sobre la propia espada de la cual quería servirse para
obligar a los pueblos a ensalzarlo"; esa fué Prusia, de ella se sirvió
para debilitar a Austria, la potencia católica. etc.
El punto central del mensaje de La Salette es que:
1.- "Vendrán una serie de castigos y
catástrofes...", Por causa (o producto), de los pecados de los hombres.
2.- "Muchos sacerdotes se apartarán de la sana
doctrina." Una triste realidad hoy en día, de la que nosotros tenemos
mucha culpa por no haber rezado suficientemente por ellos. Y ahora satanás ha
cegado las inteligencias de muchas almas consagradas.)
3.Muchas casas religiosas se apartarán de la verdadera
fe." Vivimos en un desconcierto doctrinal sin precedentes. Nuestra Señora
hace referencia al anticristo, y que Roma perderá la fe y se convertirá en su
sede. (Afirmaciones que no chocan con lo revelado en la Sagrada Escritura.)
Dios permitirá a Satanás tentar a los hombres y al mundo y éste llegará al
caos, al desorden y la desesperación. Y por un acto de su justicia y su
misericordia mandará purificar y renovar al mundo, y a su Iglesia, y la vida en
la Tierra continuará con aquellos hombres justos y orantes que supieron estar
vigilantes a los mensajes marianos y al espíritu cristiano, y vendrá entonces,
-como está profetizado-, el reinado de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María.- "
La Santísima Virgen clarifica en La Salette los Últimos
Tiempos, y hace una llamada a los verdaderos imitadores de su Hijo, a los
"Apóstoles de los Últimos Tiempos", que ayudarán al triunfo
definitivo de Jesucristo, con Paz y reconciliación de Dios con los hombres,
cuando la Santa Iglesia será piadosa, fuerte, humilde e imitadora de las
virtudes de Jesucristo. Según la tesis de que estamos en los ULTIMOS TIEMPOS,
el "Final de los Tiempos", (no el fin del mundo), y que una
purificación dará lugar a la conversión de los judíos y del mundo, lo
fundamental del Secreto de La Salette, referido a la época actual, es "LA
GRAN APOSTASIA" denunciada ya por Pablo VI: "el humo del infierno se
ha infiltrado en la Iglesia".
Con una especial responsabilidad del clero. Una crisis espantosa de la Iglesia, una persecución religiosa, y castigos apocalípticos; castigos también anunciados en Fátima, y en otras apariciones: "Varias naciones serán aniquiladas..."
Con una especial responsabilidad del clero. Una crisis espantosa de la Iglesia, una persecución religiosa, y castigos apocalípticos; castigos también anunciados en Fátima, y en otras apariciones: "Varias naciones serán aniquiladas..."
***
(Aparición reconocida y aprobada oficialmente por la
Iglesia.)
Su Santidad Juan Pablo II reconoce y acepta la validez del
mensaje de La Salette.
"La Salette es un mensaje de esperanza, puesto que
nuestra esperanza se apoya en la intercesión de la Madre de los hombres."
(Lean Discurso del Santo Padre Juan Pablo II.)
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