14 DE JUNIO DE 2013
Adolecen las almas de estar abandonadas en sus lechos de
muerte porque no van sacerdotes a reconfortarlas y ellas quieren tener a los
sacerdotes para confesarse de culpas que algunas han callado toda su vida. Yo,
Jesús, os hablo.
Hijos Míos, preparad a vuestros moribundos a bien morir,
dadles Mi paz a través de santos sacerdotes. Si vuestros párrocos no las
visitan, llamad a otros sacerdotes y, si no van tampoco ninguno de ellos a
verlos, hacédselo saber al obispo que el tomará medidas. Yo, Jesús, os hablo.
El último instante de la vida de un moribundo puede ser
vital para su salvación eterna si le proporcionáis los medios necesarios, y
aunque Yo suplo la ausencia del sacerdote, no debéis permitir que el alma muera
impenitente, porque en esos momentos los agonizantes aunque estén fuera de Mis leyes,
tienen conocimiento y saben que son los últimos momentos y que no deben
desperdiciarlos. Yo, Jesús, os hablo.
Sacerdotes de Dios, cumplid con vuestro ministerio y visitad
a los agonizantes. Llevadles agua bendita y Mi bendición y reconfortadles oyéndoles
con amor y misericordia como Yo mismo lo haría. Trasmitidles Mi paz y habladles
de Mi Santa Madre, Madre también de pecadores y de los moribundos. Yo, Jesús,
os hablo.
En los hospitales hay capellanes y también en las
residencias de ancianos, así que vosotros familiares lo tenéis más fácil.
Llamadlos y procurad a los vuestros los medios necesarios para su salvación, y
aunque el agonizante se resista, que el sacerdote le susurre al oído y le hable
de Mi misericordia para que Mi enemigo mortal no gane la última batalla,
engañando al agonizante haciéndole creer que Dios no le perdonará. Por tanto,
familiares y amigos de los enfermos, ayudadles a bien morir, no os de reparo, es
un deber cristiano que tenéis y que no debéis omitir ni dejarlo para más tarde.
Yo, Jesús, os hablo.
Aquel que ayuda a un alma en sus últimos momentos, tiene
ganado Mi Corazón y Yo no permitiré que cuando le llegue la hora muera
sin los medios necesarios, ya que todo el bien que hagáis a las almas para
ayudarlas a salvarse, Yo lo devolveré a vosotros mismos, para que os ayude
también en vuestra última hora. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.