19 DE JUNIO DE 2013
Ángeles todos bendecid al Señor (Dn 3, 58)
Hijos Míos, cuantas veces os quejáis de que no tenéis tiempo
para orar, y es verdad, por eso, os voy a instruir sobre lo que podéis hacer
para que a lo largo de todo el día no le falte al Señor oraciones.
Aprendeos algún salmo de alabanza y rezadlo a lo largo del
día. Podéis rezarlo mientras os aseáis, os vestís, o coméis. Así,
hijos Míos, santificáis todos los momentos y acciones de vuestro día. Yo Soy
María vuestra Madre y, os recomiendo esta forma de orar para todos aquellos que
viven con el tiempo ocupado casi todo el día.
Decid alabanzas mientras conducís, mientras camináis,
incluso cuando hacéis deporte o rehabilitación, que el pensamiento hacia Dios
sea una realidad en vuestra vida. Pequeñas alabanzas y bendiciones al Altísimo,
son como gotas de agua que van empapando la tierra de vuestra alma y la
conserva en condiciones para Dios. Después cuando podáis orar más ante el
Sagrario o el Santísimo Sacramento, lo hacéis, pero esta forma de orar que os
recomiendo ponedla en práctica.
Las amas de casa pueden orar con jaculatorias y alabanzas a
Dios mientras guisan, hacen las tareas domésticas y de esta forma santifican
los trabajos más humildes pero necesarios en el hogar. Yo María vuestra Madre,
os lo pide.
Que lo mismo que una rosa por su colorido y hermosura alaba
a Dios sin ella saberlo, así la criatura racional también debe alabar a Dios
conscientemente, porque la Majestad de Dios cubre la Tierra entera y debe
recibir de todas sus criaturas bendiciones. Yo María Santísima os hablo.
Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en
práctica y lo propaga.