Rosario vespertino
Temas:
* No debéis desperdiciar nada de
vuestro tiempo sobre la Tierra. Cinco segundos, diez segundos, en ése tiempo,
Mis pequeños, podéis interceder por un alma que veáis que está en pecado.
* Me agrada tanto cuando un alma Me
tiene presente en sus oraciones, en sus agradecimientos, cuando se acuerda de
Mí a lo largo del día, una o varias veces. DejadMe gozar, Mis pequeños, de
vuestros agradecimientos.
* Las almas santas, son almas que
aprenden a vencerse a sí mismas, apartando de ellas todo aquello que las lleva
a la obscuridad y que luego utilizan Mi Sabiduría, que es Sabiduría Santa, para
buscar la Luz y, así, el alma santa va forjando su vida.
* Yo no os pido que Me deis algo,
os pido que os deis a Mí.
* Cuando os hablo que éste es tiempo
de Purificación, no solamente es eliminación de aquellas almas que no Me van a
servir para una nueva vida, que no van a ser el buen trigo para que se forme
una nueva generación buscando la perfección.
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: No debéis desperdiciar nada de vuestro tiempo sobre la Tierra. Cinco segundos, diez segundos, en ése tiempo, Mis pequeños, podéis interceder por un alma que veáis que está en pecado.
Sobre: No debéis desperdiciar nada de vuestro tiempo sobre la Tierra. Cinco segundos, diez segundos, en ése tiempo, Mis pequeños, podéis interceder por un alma que veáis que está en pecado.
Hijitos Míos, Yo os he dado a Mi Hijo por entero para vuestra salvación
pero también para vuestro crecimiento espiritual. Toda Su Vida sobre la Tierra
es una continua Enseñanza, desde el momento de Su Nacimiento, hasta el último
momento de Su Vida en la Cruz.
Mi Hijo es como un libro abierto,
de Él podéis aprender infinidad de cosas para vuestra santificación. Es
vuestro Dios, es el Santo de los Santos, es la Palabra, es la Vida, Yo
estoy en Él y Él está en Mí.
Me he dado a través de Él, para
que el Mundo, estando en tinieblas, pudiera conocer la Luz, pero la Luz
Verdadera del Reino de los Cielos. Satanás había engañado ya a todos los
pueblos de la Tierra y antes de la llegada de Mi Hijo, todo era tinieblas. Yo, como
Padre vuestro, voy protegiendo a Mis hijos y Yo no podía dejar que el mundo
quedara en tinieblas y que muchas almas de Mis hijos se condenaran y, para eso,
os mandé a Mi Hijo, para que os diera una Enseñanza perfecta que vosotros
debíais y debéis aprender para poder entrar al Reino de los Cielos.
Vosotros, os he dicho infinidad
de veces, estáis invitados a regresar al Reino de los Cielos, a donde vosotros
y, cada uno de vosotros, pertenecéis.
Las Enseñanzas de Mi Hijo os
ayudan, en totalidad, para que regreséis al Reino de los Cielos, pero para que,
también, deis fruto durante vuestra vida sobre la Tierra.
También os he dicho
infinidad de veces, que vosotros sois corredentores con Mi Hijo, ésa es la
herencia Divina que os dejó Mi Hijo al entregaros a Su Madre, y ahora vuestra
Madre, a todo el género humano y de todos los tiempos, una Gracia inmensa para
cada uno de vosotros. Cuando os entrega a Mi Hija, la Siempre Virgen María,
Ella, también se vuelve Madre vuestra, Ella es Corredentora y vosotros, por consecuencia,
también sois corredentores por ser hermanos de Mi Hijo Jesucristo y por las
Enseñanzas que os dieron para que vosotros os salvarais y salvarais a infinidad
de almas, a través de vuestra oración, a través de los sufrimientos que tenéis
día a día por vuestra cruz, a través del amor que cada uno de vosotros debéis
ir cultivando en vuestro ser y que se va acrecentando al transmitirlo a
vuestros hermanos.
¡Con cuánto Amor os he tratado,
Mis pequeños! ¡Con cuánto Amor os he consentido para que os mantengáis cerca de
Mi Corazón! Se os ha dado todo, todo lo necesario para que vosotros pudierais
crecer espiritualmente y que vuestros pequeños o grandes sufrimientos y,
también, vuestras alegrías fueran unidos a los Méritos de Mi Hijo, para que
pudierais salvar a muchas almas.
Mis pequeños, al ser
llamados a ser corredentores, os debéis dar plena cuenta de que no debéis
perder un solo segundo de vuestra vida, porque hay infinidad de almas que
necesitan de vuestra oración, de vuestra intercesión, de la donación de
vuestros actos, sufrimientos, alegrías que, llegando a Mí a través de la
unión con los Méritos de Mi Hijo, Yo pueda salvar a ésas almas de vuestros
hermanos que tanto lo necesitan.
Mis pequeños, no debéis
desperdiciar nada de vuestro tiempo sobre la Tierra. Cinco segundos, diez
segundos, en ése tiempo, Mis pequeños, podéis interceder por un alma que veáis
que está en pecado, que está dando mal ejemplo en la Tierra a vuestros hermanos
o que va a tener un accidente mortal. Con vuestra palabra, con vuestros deseos,
pidiéndoMe por su salvación, quizá dos segundos basten para que
vuestro corazón, al moverse en compasión por un hermano vuestro, Yo le pueda
conceder la vida eterna en el Reino de los Cielos.
Vuestro tiempo sobre la Tierra es
importantísimo y, especialmente vosotros, los que habéis sido preparados para
entender la problemática de éstos momentos de la historia. Hay tantos hermanos
vuestros, distraídos en el mundo, que no se dan plena cuenta de lo que está
sucediendo a su alrededor y de lo que ya estáis viviendo como purificación de
pueblos y naciones.
Debéis, pues, poner más atención
en vuestra vida, en lo que hacéis, en lo que pensáis, en lo que decís pero, sobre
todo, en lo que observáis a vuestro alrededor que, observando la vida de
vuestros hermanos, podéis interceder por ellos, para que dejen de pecar
gravemente y se puedan salvar. Os he dicho que os debéis poner en el lugar
de ésos hermanos vuestros que, prácticamente, están condenados por su mala
vida, sus malas acciones. ¿Qué, acaso, no os gustaría que alguien
intercediera por vosotros y os pudieras salvar? Poneos en el lugar de ésos
hermanos vuestros que, ciertamente, no se dan cuenta o no les interesa darse
cuenta, cuál va a ser su futuro eterno, pero vosotros, que habéis ya sido
preparados y habéis aprendido mucho más que una gran mayoría de vuestros
hermanos, tenéis ésa obligación de amor de ayudarles en su salvación eterna y,
ciertamente, que os gustaría que una o muchas almas os estuvieran apoyando con
su intercesión para vuestro arrepentimiento, cambio de vida y salvación de
vuestra alma.
Así que os pido, Mis pequeños,
sigáis intercediendo, que seáis verdaderos hermanos de Mi Hijo Jesucristo, para
que cumpláis vuestra misión, como Mi Hijo cumplió la Suya y, con ello, vosotros
podáis entregarMe a infinidad de almas, salvadas por vuestra intercesión,
cuando regreséis ante Mi Presencia y seáis Juzgados.
Ciertamente, tendréis grandes
premios de parte Mía, de Mi Santísima Trinidad, cuando regreséis a Mí, seáis
Juzgados, pero Me presentéis todas las almas que vosotros salvasteis por
vuestro amor hacia Mí y hacia vuestros hermanos.
Mi Amor queda con vosotros, Mis
pequeños y os pido que os sigáis perfeccionando para que cumpláis con vuestra
misión, como Mi Hijo la cumplió.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: Me agrada tanto cuando un alma Me tiene presente en sus oraciones, en sus agradecimientos, cuando se acuerda de Mí a lo largo del día, una o varias veces. DejadMe gozar, Mis pequeños, de vuestros agradecimientos.
Hijitos Míos, cuando vosotros os dais por alguien, les ayudáis de alguna forma, hay veces que quizá os puedan pagar ése favor, ya sea con otro favor o económicamente y vosotros os sentís pagados por ello. Pero, también, hay veces, que vosotros no recibís nada a cambio de lo que hicisteis por ayudar, de corazón, a algún hermano vuestro y os sentís defraudados porque, ni siquiera hubo una palabra de agradecimiento. Quizá, a la persona a la que le hicisteis el favor o le disteis vuestra ayuda, sentía que se lo merecía y, entonces es un grado de soberbia de parte de ella y, vosotros os sentís defraudados porque quedáis en mala posición ante ella, os sentís menos, os sentís mal. Pero otras veces, tampoco hay ninguna forma de agradecimiento, ya sea por distracción o simplemente, no os quisieron agradecer ése favor o favores y os sentís mal por ello, por una falta de educación de parte de la otra persona o simplemente, no os quisieron agradecer porque no hayan sentido que el favor fue lo suficientemente grande como para que pudieran agradecer o quisieran agradecer por él.
Sobre: Me agrada tanto cuando un alma Me tiene presente en sus oraciones, en sus agradecimientos, cuando se acuerda de Mí a lo largo del día, una o varias veces. DejadMe gozar, Mis pequeños, de vuestros agradecimientos.
Hijitos Míos, cuando vosotros os dais por alguien, les ayudáis de alguna forma, hay veces que quizá os puedan pagar ése favor, ya sea con otro favor o económicamente y vosotros os sentís pagados por ello. Pero, también, hay veces, que vosotros no recibís nada a cambio de lo que hicisteis por ayudar, de corazón, a algún hermano vuestro y os sentís defraudados porque, ni siquiera hubo una palabra de agradecimiento. Quizá, a la persona a la que le hicisteis el favor o le disteis vuestra ayuda, sentía que se lo merecía y, entonces es un grado de soberbia de parte de ella y, vosotros os sentís defraudados porque quedáis en mala posición ante ella, os sentís menos, os sentís mal. Pero otras veces, tampoco hay ninguna forma de agradecimiento, ya sea por distracción o simplemente, no os quisieron agradecer ése favor o favores y os sentís mal por ello, por una falta de educación de parte de la otra persona o simplemente, no os quisieron agradecer porque no hayan sentido que el favor fue lo suficientemente grande como para que pudieran agradecer o quisieran agradecer por él.
Ahora Yo os pregunto, Mis
pequeños, ¿por qué muchos de vosotros no Me agradecéis o Le agradecéis a Mi
Hijo Su Donación?
Poneos en Su posición, recordad
todo lo que Él os dio desde Su Llegada a la Tierra. ¿Qué, acaso Su Vida, Sus
Enseñanzas, Sus Palabras y Obras no os dejaron algo bueno para vuestra vida,
para vuestro crecimiento espiritual, para una relación amorosa y perfecta de
vosotros con vuestros hermanos?
¿En qué posición estáis? ¿Por qué
no agradecéis? Cuando un alma agradece por lo que recibe, recibe más porque
aquél que hizo el favor, al sentir ése agradecimiento, sabe que hubo un gusto
grande en la persona que recibió el favor y eso le ayuda a seguir adelante,
ayudando no solamente a ésa persona, sino a muchos más, pero cuando no se
recibe agradecimiento, uno se siente defraudado, deja de dar, porque piensa que
los demás no le agradecerán lo que a él, quizá, hasta le haya costado mucho el
dar.
Algunos de vosotros, daréis en lo
económico, otros daréis vuestro trabajo, otros daréis consejo o ayuda en
múltiples formas, porque os he pedido que deis de lo que tenéis. Ciertamente,
cuando dais, difícilmente no queréis recibir nada porque sois pequeños todavía,
porque necesitáis que se reconozca lo que disteis, con un agradecimiento, para
que vosotros os sintáis motivados a seguir ayudando a vuestros hermanos.
Ciertamente, vosotros habéis
escuchado una o varias veces, lo que fue el Sufrimiento de Mi Hijo en el Huerto
de los Olivos y el mayor sufrimiento era precisamente eso, la falta de
agradecimiento de infinidad de almas por las que se dio Mi Hijo y que no
apreciaron, y siguen sin apreciar, aun en éstos tiempos, toda Su Donación.
Pasa el tiempo y año tras año,
tenéis esta época, en la que se recuerda fuertemente la donación de Mi Hijo por
vuestra donación.
Son unas semanas, quizá os muevan
algo vuestro espíritu a tratar de mejorar. Otros ni siquiera se moverán a la
mejora de su ser. Pasan los días, se termina éste periodo y se os olvida todo
lo pasado, todo lo que Mi Hijo os dio, todo lo que Yo os he dado, todo lo que
recibís de Mi Santo Espíritu. ¿En dónde está vuestro agradecimiento? ¿Qué,
acaso no apreciáis lo que a diario recibís de Mi Providencia Divina? ¡Recibís
tanto!, y Yo no escucho de vuestro corazón un agradecimiento, una palabra, en
la cual Yo Me vea motivado a derramar más bendiciones sobre vosotros, a pesar
de que os disteis cuenta de que Yo os concedí una o muchas bendiciones para
vuestra persona o para vuestra vida.
Ciertamente, Soy vuestro
Dios, pero también necesito escuchar de vosotros que estáis agradecidos
Conmigo, por la vida que tenéis, por lo que os doy, por los cuidados que
recibís de Mi parte, momento a momento, a lo largo de vuestra vida. ¿En dónde
están vuestros agradecimientos?
En vuestra vida diaria, en
vuestra relación de familia, se os llama la atención cuando vosotros no
agradecéis el bien que recibís de algún hermano vuestro, de algún amigo, de
algún compañero. Se le puede llamar, entre vosotros, el tener buena educación,
pero Conmigo va más allá que buena educación, Mis pequeños, Soy vuestro
Creador, Soy vuestro Padre, todo lo que tenéis, proviene de Mí, ¿qué, acaso no
Me merezco más? Y ¿cuántas veces al día os acordáis de Mí? No hay delicadezas
en vuestra vida hacia Mí, pero sí muchas quejas.
Amor, mucho amor os falta, Mis
pequeños y ésa es la perfección al que debéis llegar. Cuando vivís envueltos en
el amor, es cuando vosotros alcanzáis la perfección, porque agradecéis lo que
tenéis, Me agradecéis lo que poseéis, Me agradecéis las capacidades que os he
otorgado. Tantas y tantas cosas que debierais agradecerMe, pero parece que no
os importo en vuestra vida, Soy Extraño en vuestra vida.
El agradecimiento, Mis pequeños,
siempre os va a dar más, poneos en el lugar de vuestros hermanos que están
pendientes de vosotros y que os dan de lo mucho o poco que tienen,
agradecedles, porque están viendo por vuestro bien. Empezad en vuestra familia,
agradeced a vuestros padres y hermanos, agradeced a vuestros familiares y
amigos, a todos aquellos que os dan de lo que tienen, pero no os olvidéis de
Mí, Mis pequeños, de Mí, vuestro Dios, que os doy todo, empezando por vuestra
vida. Me agrada tanto cuando un alma Me tiene presente en sus oraciones, en sus
agradecimientos, cuando se acuerda de Mí a lo largo del día, una o varias
veces. DejadMe gozar, Mis pequeños, de vuestros agradecimientos. Os amo, Mis
pequeños, tratad de amadMe como Yo os amo.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: Las almas santas, son almas que aprenden a vencerse a sí mismas, apartando de ellas todo aquello que las lleva a la obscuridad y que luego utilizan Mi Sabiduría, que es Sabiduría Santa, para buscar la Luz y, así, el alma santa va forjando su vida.
Mis pequeños, un padre o una madre que, verdaderamente, aman a sus hijos, tratan de dar lo mejor por ellos, se desviven por ellos, se sacrifican por ellos, se dan en totalidad por ellos, porque quieren verlos de la mejor forma, que nada les falte.
Sobre: Las almas santas, son almas que aprenden a vencerse a sí mismas, apartando de ellas todo aquello que las lleva a la obscuridad y que luego utilizan Mi Sabiduría, que es Sabiduría Santa, para buscar la Luz y, así, el alma santa va forjando su vida.
Mis pequeños, un padre o una madre que, verdaderamente, aman a sus hijos, tratan de dar lo mejor por ellos, se desviven por ellos, se sacrifican por ellos, se dan en totalidad por ellos, porque quieren verlos de la mejor forma, que nada les falte.
Mis pequeños, ved a vuestros
hijos y con esto os quiero decir, a vuestros hermanos, hijos de otras familias,
son vuestros hermanos, aunque muchos de ellos, caídos en los pecados, en los
vicios, en la maldad. Yo, como Padre de todos vosotros, Me duelo, Mi Corazón sufre,
Me da una lástima ver cómo se pierden vuestras almas, cómo destrozáis vuestros
cuerpo. Os acabáis en cuerpo y alma con todo aquello a donde os lleva satanás
y, en lugar de luchar contra toda ésa maldad, os mantenéis en los vicios, en la
corrupción, en todo aquello que os va destruyendo poco a poco y, a veces, ni
cuenta os dais, porque así es satanás, os lleva por caminos que, aparentemente,
os van a dar un gusto, un placer, pero a la larga, cuando volteáis hacia atrás
y veis todo vuestro ser, estáis acabados. Echasteis a perder vuestra vida, no
sois nada ni nadie ante vuestros hermanos, no habéis hecho nada para Mí,
vuestro Dios, que confié en vosotros al daros el don de la vida.
¡Cuántas almas se desperdician y
no producen ninguna clase de bien. ¡Todo es destrucción en vuestra vida! ¡Todo
es maldad, no hay nada de lo cual os podáis enorgullecer! ¿Qué habéis hecho,
Mis pequeños, con el don de la vida? ¿Qué habéis hecho con el regalo más
preciado que tenéis, que es vuestra alma? Llegará un momento en que os daréis
cuenta de lo que vale un alma ante Mis Ojos y vosotros, ¿qué habéis hecho con
vuestra alma? ¿O con la de vuestros hermanos, con la de vuestros hijos?
¡Cuánta maldad habéis dejado
entrar en vuestros corazones! y eso no ha cambiado, Mis pequeños. Esa es
la obscuridad de la cual se habla en las Escrituras y por eso os envié a Mi
Hijo, para que os dierais cuanta de la obscuridad en la que vivís. Sus
Palabras, Sus Enseñanzas son de Vida, cuando vosotros leéis ésas Palabras
Divinas que se os han dejado en las Sagradas Escrituras, siempre os dejarán
algo, algo bueno en vuestro ser. Todo lo que se os da, produce algún fruto.
Benditas las almas que han encontrado la Luz a través de lo que os he dejado en
las Sagradas Escrituras y del Ejemplo que Mi Hijo os transmitió.
Cuando vosotros decidís vivir
todo lo que se os ha dado, es cuando sois agradables a Mis Ojos, porque ya
estáis en camino de vuestra salvación eterna y del premio eterno que os tengo
prometido. Las almas buenas, las almas sabias, las almas que buscan su santidad
de vida, son las que se dejan guiar por la Sabiduría. Pedid Sabiduría a Mi
Santo Espíritu, para que aprendáis a guiaros en éste mundo de obscuridad en el
cual vivís.
Debéis poner de vuestra parte,
Mis pequeños, para crecer y ver la Luz en medio de las tinieblas en las cuales
estáis viviendo. Las tinieblas se apartarán en el momento en que decidáis
buscar la Luz que se os ha dado y que tanto trabajo Le costó a Mi
Hijo darla. La Luz que os trajo a la Tierra es la que se vive en el Reino
de los Cielos, podéis empezar a vivir vida de Cielo en la Tierra si tomáis Sus
enseñanzas y las ponéis en práctica.
Las almas santas, son almas que
aprenden a vencerse a sí mismas, apartando de ellas todo aquello que las lleva
a la obscuridad y que luego utilizan Mi Sabiduría, que es Sabiduría Santa,
para buscar la Luz y, así, el alma santa va forjando su vida que, aunque,
ciertamente, cae, se levanta y sigue luchando contra sí misma para alcanzar
la Luz que os dejó Mi Hijo y que es vuestra herencia Divina.
Luchad pues, Mis pequeños, por
regresar al Reino de los Cielos, buscando la Luz, viviéndola y transmitiéndola
a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: Yo no os pido que Me deis algo, os pido que os deis a Mí.
Mis pequeños, ciertamente, hay a lo largo de vuestra vida, momentos en que tenéis sequedad espiritual, momentos en los cuales, vosotros decís que no tenéis nada qué decirMe ni ofrecerMe y, eso, muchas veces hace que os separéis de Mí, porque vosotros queréis dar algo y no sabéis qué dar porque estáis en sequedad espiritual.
Sobre: Yo no os pido que Me deis algo, os pido que os deis a Mí.
Mis pequeños, ciertamente, hay a lo largo de vuestra vida, momentos en que tenéis sequedad espiritual, momentos en los cuales, vosotros decís que no tenéis nada qué decirMe ni ofrecerMe y, eso, muchas veces hace que os separéis de Mí, porque vosotros queréis dar algo y no sabéis qué dar porque estáis en sequedad espiritual.
Mis pequeños, Yo no os pido que
Me deis algo, os pido que os deis a Mí. ¿Y cómo es esto?, os preguntaréis.
Vosotros, los que tenéis hijos, ¿cuántas veces, cuando son pequeñitos o aún mayores,
simplemente, se acercan a vosotros y se recargan sobre vosotros, sin decir una
sola palabra? ¿Acaso no os sentís a gusto, no sentís que es un gesto de amor
ése contacto físico, sin palabras? Dice mucho, algo así parecido quiero con
vosotros. Cuando no tengáis nada que darme o decirme, simplemente,
recostaos sobre Mí y Yo Me sentiré agradecido de vuestra presencia Conmigo.
Vosotros necesitáis ésos gestos
de amor, necesitáis la compañía, Yo también lo necesito de vosotros, Mis
pequeños, el Amor es lo más bello que el alma puede dar. Yo Soy el Amor, os he
dado Mi Amor y quiero también Amor de regreso.
Os he dicho que el Reino de los
Cielos es vida de Amor. Os podríais preguntar cuántas facetas tiene el
Amor y son muchísimas, Mis pequeños. Cada uno de vosotros podría inventar
una o varias, lo importante es vivir el Amor, darlo a los demás y con ello
iréis transformando, tanto a vuestra vida como la de todos aquellos que os
rodean, pero Yo también quiero ser parte de aquellos que reciben vuestro
amor y, además Yo Soy el que más Me lo merezco, porque, Yo, primeramente,
os enseñé a amar. Soy el Maestro del Amor, vosotros seguís aprendiendo. TraedMe
vuestras delicadezas, traedMe vuestros actos bellos, consoladMe, acompañadMe,
compartidMe, dejadMe estar Presente en vuestra vida.
Apoyaos en Mí, Mis pequeños, en
todo momento, en lo que sepáis hacer y en lo que no sepáis hacer.
¿Cuántas veces Me hacéis a un
lado porque vosotros hacéis vuestras cosas, solos? No Me llamáis, no Me
compartís, os sentís autosuficientes, porque ya sabéis hacer tal o cual cosa,
con los dones que Yo os he concedido, con las capacidades, con vuestros
talentos, pero recordad, Mis pequeños, que sois imperfectos y, si no Me
llamáis, si no Me pedís ayuda, podréis fallar.
DejadMe, Mis pequeños, dejadMe
compartir todo momento de vuestra vida y Yo haré que vuestra vida sea perfecta.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios
Padre.
Sobre: Cuando os hablo que éste es tiempo de Purificación, no solamente es eliminación de aquellas almas que no Me van a servir para una nueva vida, que no van a ser el buen trigo para que se forme una nueva generación buscando la perfección.
Sobre: Cuando os hablo que éste es tiempo de Purificación, no solamente es eliminación de aquellas almas que no Me van a servir para una nueva vida, que no van a ser el buen trigo para que se forme una nueva generación buscando la perfección.
Hijitos Míos, cuando os hablo que éste es tiempo de Purificación, no solamente
es eliminación de aquellas almas que no Me van a servir para una nueva vida,
que no van a ser el buen trigo para que se forme una nueva generación buscando
la perfección.
Ciertamente, muchas almas no
querrán buscar la perfección y serán eliminadas porque no serán buena semilla
para empezar un nuevo mundo, los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas que se han
de venir y que se han de llenar con almas que busquen ser mejores, que vivan el
amor, que respeten Mis Leyes y Decretos, y que Me amen de corazón.
Este tiempo, ciertamente, será de
eliminación de almas que no han querido servirMe, que no han querido buscarMe,
que no han querido transmitirMe, porque no se han llenado de Mí, porque no les
ha interesado llenarse de ésa Vida, de ésa Luz, de ése Amor que se os ha dado y
que os Hemos dado, tanto Yo, vuestro Padre, como Mi Hijo y la Luz del Espíritu
Santo que os guía en vuestro interior.
Además de ser un tiempo de
purificación, será un tiempo de crecimiento espiritual muy alto, también para
las almas escogidas, para empezar éste Nuevo Mundo sobre la Tierra.
Por eso, os doy estas Enseñanzas,
para que os vayáis perfeccionando, para que os dejéis guiar, para que veáis las
directrices que habréis de tomar.
Sí, Mis pequeños, quiero almas
perfectas, almas llenas de Mi Amor, almas que produzcan Vida, almas que se hagan
a un lado de la muerte espiritual y esto es, que se aparten del pecado, que se
aparten del mal, que no se diga de ellas que transmiten maldad y destrucción
espiritual o corporal como ahora lo estáis viviendo.
Estas almas que han de quedar y
empezarán una nueva generación, serán almas que se irán preparando para un
crecimiento espiritual muy alto, para que puedan convivir con el Universo
entero.
Mis pequeños, cuando estáis
Conmigo, cuando Me buscáis, cuando buscáis Mis intereses, cuando Me llenáis de
gustos espirituales, Yo Me derramo infinitamente sobre vosotros. ConsentidMe,
Mis pequeños, porque Me lo merezco, porque Soy vuestro Dios, porque Yo velo
continuamente por vosotros. Consentidme, que Yo os seguiré consintiendo y
cada vez más quiero sentir vuestro amor, quiero vivir vuestro amor, quiero
presumir, si se pudiera decir así, que tengo hijos que Me aman.
Vosotros gozáis de Mi Amor porque
Me derramo sobre vosotros en múltiples formas, dadMe pues vuestro
agradecimiento, dadMe vuestro amor, dadMe vuestra vida, dadMe todo vuestro ser,
para que Yo os purifique y os santifique que esto es, llevaros a la perfección
espiritual.
Os repito tanto esto y
posiblemente vosotros no os dais cuanta de la trascendencia tan importante
que tienen éstas Palabras, el de ser perfectos en el amor. Sois tan
pequeños que no podéis entender éstas Palabras y ésta Vida tan grande que os
estoy prometiendo, Mis pequeños.
Estáis acostumbrados en la Tierra
a vivir en la mediocridad a vivir entre la maldad, las injusticias, el desamor.
Vivir en el Cielo o buscando el Cielo, que es la perfección en Mí, no os podéis
imaginar, Mis pequeños, lo que vuestro ser gozaría si estuvierais ya ahí.
Dejad y pedidMe que Mi Santo Espíritu os haga entender
estas Palabras que tanto os repito y cuando las entendáis, no sabréis cómo
agradecerMe tanto Amor que tengo por vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
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