¿Qué decir de la pregunta puesta por el Cardenal Kasper en el consistorio del 21 de febrero de 2014? Más allá de las buenas intenciones, la pregunta no parece que pueda tener una respuesta positiva. Más allá de las diferentes situaciones en las cuales los divorciados vueltos a casar puedan encontrarse, en todas las situaciones se encuentra el mismo problema: la ilicitud de una convivencia more uxorio entre dos personas que no están ligadas por un verdadero vínculo matrimonial. (CardenalVelasio De Paolis)
Cuando la fogosa santa Catalina de Siena apremiaba
al papa Gregorio XI para que regresara a Roma desde su destierro en
Avignon, incendiada por un cálido amor a la Iglesia, lo hacía en términos que
son de justicia recordar: “Responded a Dios que os llama que vengáis a
tener y poseer el lugar del glorioso pastor San Pedro, cuyo vicario sois.” Lo
que había supuesto Avignon no era una burla a la doctrina católica, sino el
sometimiento humano del Papado a Francia. Por ello, no estando en juego la
doctrina de la Iglesia, bien que pudo callar santa Catalina, pero fue ese amor
a la Iglesia lo que la llevó a conminar al Vicario de Cristo para que
tomara lo que le pertenecía desligándose de la opresión de los
intereses franceses para poder mejor así custodiar los intereses del
Papado. Por el contrario, la propuesta de Kasper de admitir a la comunión
a los divorciados vueltos a casar -que será tema a discutir el
próximo Sínodo de octubre- no es un nuevo Avignon al que se quiere llevar
a la Iglesia sino algo más. No, la propuesta de Kasper no es Avignon, es
algo peor porque está en juego la doctrina de la Iglesia. Así opina el cardenal
De Paolis. Y esperemos que no sólo él. Pero para ubicar el problema en su
verdadera dimensión sería conveniente recordar cómo empezó todo:
1.- El papa
Francisco convocó para los días 20 y 21 de febrero de 2014 un
Consistorio de cardenales para preparar el Sínodo de octubre sobre pastoral
familiar.
2.- El Papa elige a Kasper como expositor de dicho consistorio.
3.- El cardenal Kasper a finales del año 2013 había
declarado al semanario
alemán Die Zeit su postura favorable a admitir a la comunión a
los divorciados vueltos a casar.
4.- Iniciado el Consistorio de febrero la ponencia
introductoria corresponde al cardenal Kasper. Se filtra que ha girado
en torno a la misma idea, la comunión de las personas divorciadas vueltas a
casar. Desde varios medios se desmiente tal posibilidad y la misma sala
de Prensa vaticana indica que es muy probable que nunca se publique
dicha conferencia.
5.- El Papa, el día siguiente, viernes, reconoce
en términos muy elogiosos ante los cardenales que ha vuelto a leer la
ponencia de Kasper : “y que me ha hecho bien, y me ha traído a la cabeza una
idea… Perdóneme si le sonrojo, pero la idea es esta: esto se llama hacer
teología de rodillas. Gracias, gracias».
6.- Las primeras filtraciones de dicha ponencia confirman el
contenido a favor de la comunión a los divorciados vueltos a casar.
7.- El mismo cardenal Kasper reconoce ante la prensa días
después que habló con el Papa antes del consistorio y que éste le
transmitió que en su ponencia no diera soluciones sino que planteara preguntas.
Añadiendo que “el Papa abrió una discusión en la que no hay decisiones a
priori, sino que primero hay que discernir”.
8.- La idea de que el Papa va a admitir a la comunión a los
divorciados salta a la portada de toda la prensa internacional. Tal es la
presión de los medios dándolo por cierto que algunas plumas señeras, a título
personal, se oponen a la postura de Kasper: así destaca el ahora cardenal Müller trayendo
a colación su artículo en L´Osservatore
Romano, o las palabras críticas del cardenal Burke al
planteamiento de Kasper. La misma Conferencia Episcopal
Española, ante peticiones de Mons. Ladaria, secretario de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, publica los documentos magisteriales
referentes a la prohibición de la comunión de los divorciados vueltos a casar.
9.- Surgen también algunas pocas voces críticas de cierto
peso teológico, como la del profesor de San Dámaso, Pérez-Soba,
pero en general, son más los artículos favorables con la postura de permitir la
comunión a los divorciados (como el reciente del padre
Fortea) que la de los críticos.
10.- Salta a los medios la noticia de una llamada telefónica
del santo Padre permitiendo la comunión a una mujer casada con un divorciado. Pero
no era la primera vez que el Papa hablaba sobre este tema, previamente, en
rueda de prensa sorpresa a bordo del avión papal el 29
de julio del 2013, ya anticipó que debería mirarse en la totalidad de
la pastoral matrimonial la comunión de los divorciados vueltos a casar. La
noticia del permiso telefónico para comulgar a la casada con un divorciado no
es desmentida por la sala de Prensa vaticana.
11.- Las expectativas de que finalmente se admita a la
comunión a las personas divorciadas vueltas a casar son altas en la opinión
pública. La misma calle empieza a asumir como cierto y evidente que en el
inminente futuro se cambiará, gracias al papa Francisco, la disciplina de la
Iglesia en dicho sentido.
12.- Se publica la conferencia
del Cardenal De Paolis ante el Tribunal
Eclesiástico Regional de Umbro en la que, entre otras cosas, concluye
que con la comunión de los divorciados vueltos a casar propuesta por
Kasper “está en juego la ley divina” en cada uno de los siguientes
aspectos: “la indisolubilidad del matrimonio”; “la moral sexual”; “acceder a la
Eucaristía en estado de gracia”; “el sacramento de la penitencia”; “armonía
entre la ley divina y la misericordia divina”; “todo mandamiento de Dios es un
don de su amor”.
A la vista de lo anterior surge una primera pregunta:
¿estamos, entonces, ante un problema pastoral o ante un problema
doctrinal? ¿La comunión de los divorciados vueltos a casar es un nuevo
Avignon del que los papas pueden entrar y salir o es tierra que más bien jamás
se ha de pisar? Para el cardenal De Paolis la respuesta es clara: atenta a
la ley divina. Si el cardenal De Paolis tiene razón no estaríamos ante un
nuevo Avignon sino ante un Cisma, ante una ruptura con la doctrina de la
Iglesia. Lo grave no es que ésta sea la opinión de De Paolis, sino que
verdaderamente estamos ante magisterio continuado de la Iglesia en el que se
reitera cómo el acceso libre a la comunión por parte de los divorciados
vueltos a casar (a salvo de las condiciones indicadas nítidamente por Juan
Pablo II y por Benedicto XVI para permitir su acceso), no es cuestión
de ley humana positiva que pueda ser modificada sino que estamos ante
una ley divina proclamada por nuestro Señor y por ello inmodificable.
Pero desgraciadamente hay algo más preocupante.
El hecho de que hoy esté sobre la agenda de la Iglesia y del Papa el acceso de
la comunión a los divorciados vueltos a casar no es mérito de Kasper -por mucho
que se haya erigido en baluarte de dicha propuesta- sino que el (de)mérito de
dicha cuestión, más que nos pese, recae en la persona del Papa, pues ha sido
Francisco al artífice de que la tal cuestión haya entrado a bombo y
platillo en la agenda inmediata de la Iglesia y del mismo Papa. Y que esto
es cierto lo confirma una mirada desapasionada a los siguientes hechos:
1.- A los pocos meses de ser elegido papa, Francisco en
rueda de prensa sorpresa a bordo del avión papal el 29
de julio del 2013, anticipa la conveniencia de volver a estudiar la
totalidad de la pastoral matrimonial, entre otras cuestiones, la relativa a la
comunión de los divorciados vueltos a casar.
2.- Nombra personalmente a Kasper como expositor del
Consistorio de cardenales, preparación del Sínodo de octubre, siendo conocida
la postura del Cardenal sobre el tema de la comunión a los divorciados. El
mismo Papa, tal como reconoce Kasper, le conmina antes del Consistorio a que
realice una ponencia en la que planteé dudas, preguntas.
3.- La ponencia de Kasper, favorable a admitir a la comunión
a los divorciados vueltos a casar, es elogiada favorablemente y fervorosamente
por el Papa el día siguiente.
4.- En plena guerra de ideas en los medios, entre defensores
de la postura “misericordiante” de Kasper y defensores del magisterio, se hace
pública la llamada personal del Papa a una argentina casada con un divorciado,
en la que le invita (autoriza) a comulgar, pero en otra iglesia.
5.- La noticia del permiso telefónico para comulgar a la
casada con un divorciado no es desmentida por la Santa Sede.
6.- Importantes cabezas de la Iglesia, como el mismo Kasper
antes citado, o más recientemente el nuevo arzobispo
de Buenos Aires, Mons. Poli, íntimo amigo del Papa, han confirmado que el
problema de la comunión de los divorciados es tema personal y fundamental para
el Papa Francisco.
Si ya es preocupante que se pretenda entrar
a valorar “pastoralmente” una cuestión con tantas implicaciones doctrinales,
más grave aún es que el promotor de dicho “cuestionamiento” sea el papa
reinante. Esto es una novedad en toda línea, una provocación
desconcertante, por cuanto si dicho paso no se pretende secundar por el Papa no
se entiende porqué acerca gasolina a un campo yermo y seco. Sobre todo cuando,
como bien dice De Paolis, el problema es de fondo y de nada serviría curar el
síntoma sin curar las causas, es decir, admitir a la comunión a los divorciados
contra toda ley divina sin buscar como alimentar la fe, cuya ausencia está
logrando tantos destrozos.
Que estos son tiempos recios lo advertía frecuentemente
Benedicto XVI, pero el querer buscar el refrigerio o algún alto en el
camino, no puede llevarnos a negar la realidad de que sobre el despacho
papal se ha colocado una bomba de relojería. Y menos aún a hacernos
comulgar con ruedas de molino negándonos toda capacidad crítica o cuanto menos
de preocupante sorpresa por reconocer que esa bomba la ha colocado el
mismo Papa. No va a salvar a la Iglesia ni al mundo saltarse la ley de Dios en
aras de una falsa misericordia sino volver a poner al Señor en el mundo
sabiendo que su yugo es suave, pero es yugo, es ley. Y sólo esa Ley de Nuestro
Señor es la que libera al mundo. Sólo esa Ley.
cesaruribarri@gmail.com
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Nota de TLHDC: Extraordinario y acertado articulo de cesar uribarri.
Aunque, el Papa verdadero sigue siendo B-XVI.
Un masón y hereje, no puede ser papa.
Amén, del documento de renuncia de Benedicto B-XVI, del 11-2-2013, con una equivocación en latín, la cual lo invalida, por lo que invalidado el documento de renuncia, la renuncia de B-XVI, resultaría nula.
B-XVI, lo hizo saber con su grito silencioso en este documento al pueblo de Dios, pero el pueblo de Dios, además de no enterarse, o hacerse el ciego, el sordo, y el mudo, se esmero rápidamente en rectificar la palabra equivocada en latín, y "si te he visto no me acuerdo".
Lo cual una vez más viene a colación con la cantinela de todos los días desde el 13 -3 2013.
"En donde digo, digo, dije, Diego.
Lo que podría pasar a continuación en días venideros, sería lo siguiente: "en donde hago esto, quise hacer lo otro", ´:o
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