26 de noviembre de 2013
Un hombre abortista apoyó a las "autoconvocadas"
rociando la cara de
uno de los defensores de la catedaral que sólo rezaba el Rosario. |
BUENOS AIRES, 25 Nov. 13. Durante su anual
reunión de "auto-convocadas" un grupo de abortistas expulsó de su
convención a cualquiera que se pronunciara en contra del aborto. Las
intolerantes gritaban a coro "¡Fuera!" a quien se atreviera a diferir
de ellas. Luego durante su acostumbrada marcha agredieron con injurias,
pintas con aerosol, manoseos y escupitajos a los jóvenes que pacíficamente se
encontraban en el exterior de la Catedral de San Juan (Argentina) para
defenderla de los habituales intentos de profanación que han venido ocurriendo
año tras año.
Buscaban un enfrentamiento con provocaciones hacia la fila
de católicos que -unidos en la oración- trataban de evitar que ellas ingresaran
a la Catedral.
Las hordas abortistas gritaban blasfemias y consignas como ‘saquen
sus rosarios de nuestros ovarios’, ‘aborto legal en el hospital’ y ‘si el
Papa fuera mujer, el aborto sería ley’. Varias de ellas se desnudaron del
torso y haciendo una hoguera con la imagen del Papa Francisco aullaban como
indígenas a su alrededor dando vueltas y saltando como poseídas. Después
volvieron de nuevo a la carga contra el grupo de católicos que se mantuvo firme
rezando el Rosario.
Con el torso desnudo, proferían gritos como "prohíben
el aborto y son curas abusadores" o "hay violadores en esos
escalones".
Año tras año cientos de mujeres se reúnen con la excusa de
debatir, pero bien se sabe que es para provocar y tratar de imponer de manera
intolerante su ideología asesina a favor del genocidio de bebés. Naturalmente
muchas de ellas ya han recurrido al dizque "derecho" que aseguran
tener para asesinar a sus propios hijos.
Alguien comentó atinadamente que todo fue "un verdadero
aquelarre...El odio hacia la Iglesia Católica es patente".
Según denunció la plataforma ArgentinosAlerta, desde el acto
inaugural del Encuentro de Mujeres "auto-convocadas" en San Juan, un
grupo de ellas propuso "quemar la Catedral cantando al ritmo de
batucada".
Lo más absurdo y contradictorio de todo es que aquellas que
propugnan por el asesinato de bebés no nacidos son las que gritaban ‘¡asesinos,
asesinos!’ a quienes defendían la vida de los no natos y la integridad de su
catedral.