SAN VICENTE DE LERINS, DOCTOR DE LA IGLESIA, EXPLICA LA ADVERTENCIA DE SAN PABLO
ADVERTENCIA DE SAN PABLO
A LOS GÁLATAS
Individuos de esa ralea, que recorrían las
provincias y las ciudades mercadeando con sus errores, llegaron hasta los
Gálatas. Éstos, al escucharlos, experimentaron como una cierta repugnancia
hacia la verdad; rechazaron el maná celestial de la doctrina católica y
apostólica y se deleitaron con la sórdida novedad de la herejía.
La autoridad del Apóstol se manifestó entonces con su más grande severidad:
"aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un
Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema".
¿Y por qué dice San Pablo aun cuando nosotros mismos, y no dice ¿aunque yo
mismo?
Porque quiere decir que incluso si Pedro, o Andrés, o Juan, o el Colegio entero
de los Apóstoles anunciasen un Evangelio diferente del que os hemos anunciado,
sea anatema.
Tremendo rigor, con el que, para afirmar la fidelidad a la fe primitiva, no se
excluye ni así mismo ni a los otros Apóstoles.
Pero esto no es todo: aunque un ángel del cielo os predicase un Evangelio
diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema.
Para salvaguardar la fe entregada una vez para siempre, no le bastó recordar la
naturaleza humana, sino que quiso incluir también la excelencia angélica:
aunque nosotros -dice- o un ángel del cielo.
No es que los santos o los ángeles del cielo puedan pecar, sino que es para
decir: incluso si sucediese eso que no puede suceder, cualquiera que fuese el
que intentase modificar la fe recibida, este tal sea anatema.
¡Pero quizá el Apóstol escribió estas palabras a la ligera, movido más por un
ímpetu pasional humano que por inspiración divina! Continúa, sin embargo, y
repite con insistencia y con fuerza la misma idea, para hacer que penetre:
"cualquiera que os anuncie un Evangelio diferente del que habéis recibido,
sea anatema".
No dice: si uno os predicara un Evangelio diferente del nuestro, sea bendito,
alabado, acogido; sino que dice: sea anatema, es decir, separado, alejado,
excluido, con el fin de que el contagio funesto de una oveja infectada no se
extienda, con su presencia mortífera, a todo el rebaño inocente de Cristo.
VALOR UNIVERSAL
DE LA ADVERTENCIA PAULINA
Podría pensarse que estas cosas fueron dichas sólo para los Gálatas. En ese
caso, también las demás recomendaciones que se hacen en el resto de la carta
serían válidas solamente para los Gálatas. Por ejemplo: "..si vivimos por
el Espíritu, procedamos también según el Espíritu. No seamos ambiciosos de
vanagloria, provocándonos los unos a los otros y envidiándonos
recíprocamente".
Pues si esto nos parece absurdo, ello quiere decir que esas recomendaciones se
dirigen a todos los hombres y no sólo a los Gálatas; tanto los preceptos que se
refieren al dogma, como las obligaciones morales, valen para todos
indistintamente. Así, pues, igual que a nadie es lícito provocar o envidiar a
otro, tampoco a nadie es lícito aceptar un Evangelio diferente del que la
Iglesia Católica enseña en todas partes.
¿Quizá el anatema de Pablo contra quien anunciase un Evangelio diferente del
que había sido predicado sólo valía para aquellos tiempos y no para ahora?
En este caso, también lo que se prescribe en el resto de la carta: "Os
digo: proceded según el Espíritu y no satisfaréis los apetitos de la
carne", ya no obligaría hoy.
Si pensar una cosa así es impío y pernicioso, necesariamente hay que concluir
que, puesto que los preceptos de orden moral han de ser observados en todos los
tiempos, también los que tienen por objeto la inmutabilidad de la fe obligan
igualmente en todo tiempo.
Por consiguiente, anunciar a los cristianos alguna cosa diferente de la
doctrina tradicional no era, no es, no será nunca lícito; y siempre fue
obligatorio y necesario, como lo es todavía ahora y lo será siempre en el
futuro, reprobar a quienes hacen bandera de una doctrina diferente de la
recibida.
Así las cosas, ¿habrá alguien tan osado que anuncie una doctrina diferente de
la que es anunciada por la Iglesia, o será tan frívolo que abrace otra fe
diferente de la que ha recibido de la Iglesia?
Para todos, siempre, y en todas partes, por medio de sus cartas, se levanta con
fuerza y con insistencia el grito de aquel instrumento elegido, de aquel Doctor
de Gentes, de aquélla campana apostólica, de aquel heraldo del universo, de
aquel experto de los cielos: «Si alguien anuncia un nuevo dogma, sea excomulgado».
Tomado de:
CONMONITORIO (APUNTES PARA CONOCER LA FE VERDADERA )
DE SAN VICENTE DE LERINS, DOCTOR DE LA IGLESIA DEL SIGLO V.
Esta obra puede consultarse íntegra en la
columna derecha de este blog.http://www.catolicidad.com/2009/08/san-vicente-de-lerins-doctor-de-la.html
DE SAN VICENTE DE LERINS, DOCTOR DE LA IGLESIA DEL SIGLO V.
Esta obra puede consultarse íntegra en la
columna derecha de este blog.http://www.catolicidad.com/2009/08/san-vicente-de-lerins-doctor-de-la.html