Francisco recibió la misma “distinción”
masónica en 1999 cuando era arzobispo de Buenos Aires
El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez
Sistach ha sido nombrado esta noche «Rotary de Honor» en el
transcurso del acto de celebración del programa Alpan de apoyo a comedores
sociales.
En el acto, celebrado en el Círculo Ecuestre de Barcelona,
el cardenal ha recibido el pin rotario, insignia de su nombramiento como «Rotary
de Honor», en reconocimiento a su contribución personal y de la Iglesia de
Barcelona en apoyo al programa Alpan de desarrollo de comedores sociales.
Esta es la misma distinción que fue entregada en 1999 al
entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergolio, actualmente Francisco, informa Efe. Ver
nota de Radio Cristiandad al respecto
El proyecto Alpan colabora con medios económicos y humanos
al sostenimiento de varios comedores sociales en la ciudad de Barcelona,
nacidos recientemente de la necesidad originada por la crisis económica.
Durante el acto de esta noche también han sido entregados a los comedores
sociales los fondos obtenidos en el último encuentro rotario, entre ellos al
comedor de la parroquia de Santa Tecla.
(...)
Ver documentos Bergoglio, Arzobispo:
Para ver articulo completo de la web del arqbcn, muy
interesante:
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Ver Club Rotary:
http://traslashuellasdelcielo.blogspot.com.es/search?q=El+Club+Rotario.+El+hermano+menor+de+la+masoner%C3%ADa
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Inaudito ¿?, se acepta la ayuda masónica en Barcelona, pero
se intenta prohibir la ayuda desinteresada a los sin techo, por parte de la
"Asociación de Jóvenes de San José", una Asociación de ayuda, a los que se han quedado sin hogar en ésta ciudad, la cuál está haciéndo una labor insustituíble ayudando
y dando de comer a miles de ciudadanos, familias enteras y muchos ancianos que
se han quedado en la calle(...)
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¿Qué dice la Iglesia sobre el Rotary Club? Aquí os lo transcribe (ver)* (copiado del blog “Núcleo de la Lealtad”):
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(...)Gracias a Dios y las firmas de los barceloneses, la prohibición de que siguieran alimentando a los sin techo, no ha prosperado.
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¿Qué dice la Iglesia sobre el Rotary Club? Aquí os lo transcribe (ver)* (copiado del blog “Núcleo de la Lealtad”):
Las primeras condenas de la Iglesia Católica al rotarismo se
producen en España en 1928, por los Obispos de Palencia, Orense, Tuy, León y
Almería, quienes sostienen que el movimiento rotario es «una nueva organización
satánica, próxima a la masonería, execrable y perversa».
La Declaración del Obispo de Palencia (28 de
agosto de 1928), advierte entre otras cosas que «en los titulados clubs
rotarios [...] no pueden estar los buenos católicos» y que «el rotarismo
quiere ser una institución moral y moralizadora, que se propone influir en la
vida de individuos, familias y pueblos, prescindiendo en absoluto, como
asociación, de toda idea religiosa y de toda suerte de relaciones con Dios y
con Jesucristo Nuestro Redentor».
Todo ello implica que «la institución rotaria, como tal,
explícitamente hace profesión de un laicismo absoluto, de una indiferencia
religiosa universal e intenta moralizar a los individuos y sociedades por medio
de una doctrina radicalmente naturalista, racionalista y aun atea» [1].
El Aviso del Obispo de Orense a sus fieles, por su
parte, mucho más breve y concluyente, considera que los clubes rotarios «no son
otra cosa que nuevos organismos satánicos, de igual espíritu y procedencia que
el masonismo, bien que procure disfrazarse y aparecer con el marchamo de
humanitarismo puro y hasta de caridad cristiana y de fraternidad universal,
generosa, amplia y legítima» [2].
La Santa Pastoral Visita del Obispo de Tuy (Vigo,
8 de octubre de 1928), advierte que «para los buenos católicos no hay ni puede
haber otros medios de perfeccionamiento en el orden religioso, moral y social,
que los que tienen por base los principios de la religión, de la moral y de la
sociología de Cristo, el único verdadero Salvador de la Humanidad» [3].
La Carta pastoral del Obispo de León asocia a los
rotarios a la lista de enemigos de la Iglesia Católica, en la que figuran los
protestantes, los indiferentes y los masones, todos ellos en «amigable
consorcio» maquinando «contra nuestra santa religión, contra la Iglesia y sus
ministros» [4].
La Carta pastoral con motivo del próximo Adviento del
Obispo de Almería, pide a sus feligreses que se aparten de lo que pueda poner
en peligro sus almas, señalando que el rotarismo, al poseer un «código rotario
de ética», incurre en «laicismo» y «naturalismo», además de no circunscribirse
«a la profesión especulativa, mercantil y de orden económico», y de invadir «la
vida social y doméstica, a los amigos, a los esposos, a los padres, a los
hermanos y a los ciudadanos en general para» supuestamente «hacerlos mejores»
[5].
La Iglesia Católica censura que los rotarios fundamenten la
moral sin referencia alguna a Cristo y a Su única Iglesia; esto no es solo
debido a que el magisterio enseñe que Extra Ecclesiam nulla salus [6]
y que «la religión católica [...] por ser la única verdadera, no sin suma
injuria se la iguala con las demás» (León XIII, Encíclica Humanum genus,
6).
En efecto, para un cristiano católico no es posible vivir su
relación con Dios de una manera doble, es decir, escindiéndola en una forma
humanitario-supraconfesional y en una forma interior-cristiana. Éste no puede
cultivar relaciones de dos tipos con Dios, ni expresar su relación con el
Creador por medio de formas simbólicas de dos especies. Ello sería algo
completamente distinto a aquella colaboración, que le es obvia, con todos
aquellos que están comprometidos en la realización del bien, aunque partan de
principios diversos. Por otro lado, un cristiano católico no puede al mismo
tiempo participar de la plena comunión de la fraternidad cristiana y, por otra
parte, mirar a su hermano cristiano, desde la perspectiva masónica o rotaria,
como a un “profano”.
Incluso si, como ya se ha dicho, no hubiese una obligación
explícita de profesar el relativismo como doctrina, aún así la fuerza
relativizante de una tal fraternidad, por su misma lógica intrínseca, tiene en
sí la capacidad de transformar la estructura del acto de fe de un modo tan
radical que no sea aceptable por parte de un cristiano “que ama su fe”
(León XIII).
Este trastorno en la estructura fundamental del acto de fe
se da, además, usualmente de un modo suave y sin ser advertido: la sólida
adhesión a la verdad de Dios, revelada en la Iglesia, se convierte en una
simple pertenencia a una institución, considerada como una forma representativa
particular junto con otras formas representativas, a su vez más o menos
posibles y válidas, de cómo el ser humano se orienta hacia las realidades
eternas.
En la Admonición pastoral del Cardenal Primado de Las
Españas y Arzobispo de Toledo(23 de enero de 1929), sobre las «instituciones
neutras», entre las que se incluyen la «International Rotary Club», el Emmo. y
Rvdmo. Dr. Pedro Segura y Sáenz (1880-1957), señala como maldad intrínseca de
las denominadas instituciones neutras que «ocultan la negación de la
moral verdadera y de la verdadera Religión, que tratan de sustituir con una
moral y una religión que no es la de Jesucristo», «mientras predican una moral
sin religión para llegar a la paz universal», «debajo de un aspecto comercial,
recreativo, pedagógico, filantrópico, internacional, neutral, pero siempre
laico».
Ello conduce a incluir sin lugar a dudas al «Rotary Club»
entre las asociaciones «suspectis aut quae se etudeant sese a legitima
Ecclesiae vigilantia subducere», las asociaciones sospechosas o que procuran
evadir la vigilancia legítima de la Iglesia del canon 336 del «Código de
Derecho Canónico» (1917).
El 4 de febrero de 1929, la Santa Sede prohibe a los
sacerdotes participar en reuniones rotarias ya fuera como miembros o como
invitados [el famoso «non expedire»]. Esta prohibición se reitera mediante
Decreto de la Sagrada Congregación del Santo Oficio de 20 de diciembre de 1950.
Notas
Notas
[1] Cf. Boletín Eclesiástico del Obispado de Palencia,
año LXXVIII, sábado, 1 de septiembre de 1928, nº 77, pág. 391 y ss.
[2] Cf. Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de
Orense, año XVC, nº 14, 7 de septiembre de 1928, págs. 223 y 224.
[3] Cf. Boletín Oficial del Obispado de Tuy, octubre de
1928.
[4] Cf. Boletín Oficial del Obispado de León, 26 de
noviembre de 1928, pág. 500.
[5] Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Almería, 30
de noviembre de 1928, págs. 316-319.
[6] Cf. Sanctum Officium, Epistula ad Archiepiscopum
Bostoniensem (8 augusti 1949): DS 3866-
3872; Catecismo de la Iglesia
Católica, 846-848; Compedio del Catecismo de la Iglesia Católica, 171.
(...)Gracias a Dios y las firmas de los barceloneses, la prohibición de que siguieran alimentando a los sin techo, no ha prosperado.
A continuación parte del articulo de los Jóvenes de San
José, en Cruz de San Andrés...
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Solicita que no se prohíba ayudar a los sin techo en
Barcelona
Verán, si hay una asociación que nos es querida en Cruz de
San Andrés, sin duda es la de los Jóvenes de San José (aquí abajo podéis ver un
video que hicimos para mostrar su maravilloso trabajo, hace ya un par de
años):
Por nuestro contínuo trato con ellos (por ejemplo,
normalmente en Barcelona son ellos los que dirigen el
Santo Rosario en nuestras concentraciones 25V o cuando lo
rezamos por España)
conocemos desde hace algunas semanas los problemas que tienen con el
Ayuntamiento de Barcelona. Y por ello no hemos dudado ni un momento en
solidarizarnos, crear esta alerta y difundir la carta que nos han remitido y
que aquí os copiamos:
Hace cinco años un grupo de amigos decidimos embarcarnos en
una aventura, que sin duda, ha cambiado nuestras vidas y las de mucha gente.
Esta aventura respondía a la situación que percibíamos a nuestro alrededor, en
el corazón mismo de nuestra ciudad, Barcelona: cada vez más personas viviendo
en las calles; por debajo del umbral de la pobreza, en situación de exclusión
social; desahucios, gente sin trabajo. Esta realidad, que ha ido creciendo y
resulta cada vez más insostenible, nos empujó a salir a la calle y poner
nuestro granito de arena. Partimos en busca de los más necesitados.
Empezamos pagando nosotros el
coste de la patrulla, en la que repartíamos alimentos, productos de limpieza,
ropa y sacos de dormir. Quizá en una noche dábamos de comer a veinte o treinta
personas, pero esta aventura que podría haberse quedado en una anécdota, fue a
más, y decidimos constituirnos como asociación civil, los Jóvenes de San José.
A esta aventura se han sumado más de 100 voluntarios; cada día, son más las
personas a las que atendemos proporcionándoles comida, facilitándoles cubrir el
alquiler, material escolar para los niños, favorecer la ocupación de jóvenes en
paro, etc. Las aportaciones necesarias van creciendo y nunca hemos pedido un
solo euro a la administración pública. Siempre hemos trabajado haciendo el bien
sin ir pregonándolo a diestro y siniestro, procurando que nuestra mano
izquierda no sepa lo que hace nuestra derecha (..).