FÁTIMA: LA PARTE AÚN NO REVELADA DEL TERCER SECRETO VERSA
SOBRE LA GRAN APOSTASÍA EN LA IGLESIA
27/05/2017. by Juan Suárez Falcó
Written by Juan Suárez Falcó
Juan Suárez Falcó
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parte aún no revelada del Tercer Secreto de Fátima versa sobre la gran
apostasía en la Iglesia 2
“En el mismo lugar santo, donde ha sido establecida la
silla de Pedro y la cátedra de la verdad, que debe iluminar el mundo, han
alzado el abominable trono de su impiedad, con la intención perversa de herir
al Pastor y dispersar el rebaño”
(Oración a San Miguel Arcángel, León XIII, 1890)
“¿Sabes Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido
en el seno de la Iglesia y dentro de no mucho tiempo llegará a gobernar una
falsa Iglesia”
(Revelación del Padre Pío a Gabriele Amorth, realizada en
1960[1]).
INTROITO
Hermanos en la fe… ¡Estad alertas, los que leéis este
artículo! Si estos días en los que celebramos el centenario de las apariciones
de Nuestra Madre del Cielo en Fátima alguien dijere que el mensaje que allí dio
la Virgen ya está concluido, o que se refería al pasado o que era un mensaje de
esperanza y optimismo para la Iglesia y la humanidad, no le creáis. La Virgen
en Fátima vino a avisarnos, a darnos un ultimátum amoroso, como verdadera
profetisa y Madre que nos quiere tanto: o nos convertimos ya de nuestros
inmensos pecados o Dios castigará al mundo como nunca antes lo hizo. Ante la
evidente apostasía que crece cada día en la Iglesia, fomentada desde su vértice,
un verdadero profeta debería advertir de las desgracias y calamidades que
sobrevendrán si no nos arrepentimos; un falso profeta, en cambio, dirá que todo
va bien y que el futuro es de color de rosa.
Yo ni siquiera soy un profeta. Sólo un simple católico que,
por la gracia de Dios, vela y ora mientras los demás duermen (Mt 26, 40-41).
1.LAS ÚLTIMAS APARICIONES MARIANAS Y SU SIGNIFICADO: UN LLAMADO URGENTE A LA CONVERSIÓN (LA APOSTASÍA DE LA IGLESIA, LA GRAN TRIBULACIÓN Y EL CASTIGO PREVIOS A LA VENIDA DE CRISTO)
¿Quién lo diría? Hoy se cumplen cien años de la primera
aparición de la Virgen María en Fátima, Portugal, el 13 de mayo de 1917. A la
Virgen le gusta aparecerse en lugares escondidos, humildes y sin importancia a
los ojos del mundo: el Cabezo de Fátima o la gruta de Massabielle en Lourdes
son buena prueba de ello. También la pequeña aldea de Garabandal, en Cantabria,
España. Por cierto, que las tres apariciones marianas más importantes de la
historia, a mi juicio, se han producido en los países vecinos de España y en
España misma. Algo quiere el Cielo de nosotros, tierra de María.
Gusta también la Virgen aparecerse a gente sencilla, niños o
adolescentes las más veces, con una especial preferencia por los pastores,
siendo como es su Hijo el Buen Pastor y Ella misma la Divina Pastora. Con ello
el Cielo confunde a los sabios y a los entendidos y revela sus misterios a los
humildes y sencillos. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien (Mt. 11,
25-26). Y en la maravillosa teología de estos mensajes marianos se demuestra su
autenticidad, pues no pueden salir de las mentes infantiles semejantes avisos y
llamados a la conversión, llenos de una altísima mística católica.
La Virgen se ha aparecido siempre e ininterrumpidamente a
los hombres y mujeres católicos en los últimos 2000 años. A veces incluso a no
católicos, excepcionalmente. Su primera aparición, en carne mortal, viviendo
ella aún, se produjo en el año 40 d.C., a orillas del río Ebro (de Heber,
“hebreo”), a Santiago el Mayor, evangelizador de España.
Pero en los últimos doscientos años sus apariciones han
tenido un cariz ciertamente apocalíptico, pues su mensaje central es un llamado
urgente y preocupante a la conversión del mundo ante la proximidad del fin de
la historia, esto es, del fin de los tiempos de los gentiles o de las naciones,
dando los últimos avisos para evitar el castigo que pende sobre nosotros, ya
que, aunque la misericordia de Dios es infinita cuando ve indicios de
arrepentimiento en los hombres, ha usado muchas veces de justicia cuando en su
Omnipotencia y Sabiduría divinas considera que sus llamados amorosos (y ahora los
de su Madre) no son acogidos.
La visión de León XIII y su oración a San Miguel Arcángel
Comencemos por un hecho singular, que no fue propiamente una
aparición mariana.
El 13 de octubre de 1884 (reparemos en la fecha), después de
su misa de la mañana, el sumo pontífice León XIII sufrió un desmayo. Sus
asistentes pensaron que estaba muerto. Después de recuperar la conciencia, el
Papa describió una espantosa conversación que él escuchó que procedía de cerca
del tabernáculo. La conversación se componía de dos voces; voces que el Papa
claramente identificó: eran las de Dios y el diablo. El diablo se jactaba de
que podía destruir la Iglesia si se le concedían 75 años para llevar a cabo su
plan (o 100 años según otros informes[2]). El diablo también pidió permiso para
tener “una mayor influencia sobre aquéllos que se entregarán a mi servicio”. A
las peticiones del diablo, el Señor le respondió: “se te dará el tiempo y el
poder”.
Profundamente impactado por lo que había oído, el Papa León
XIII, compuso la siguiente Oración a San Miguel (que también es una
profecía) y ordenó que se recitara después de las misas ordinarias como medida
de protección para la Iglesia contra los ataques del infierno.
He aquí la oración:
Oración a San Miguel (León XIII, 18 de mayo de 1890; Acta
Apostolicae Sedis, p. 743)
¡Oh glorioso príncipe de las milicias celestes, san Miguel
arcángel, defiéndenos en el combate y en la terrible lucha que debemos sostener
contra los principados y las potencias, contra los príncipes de este mundo de
tinieblas, contra los espíritus malignos! Ven en auxilio de los hombres que
Dios ha creado inmortales, que formó a su imagen y semejanza y que rescató a
gran precio de la tiranía del demonio. Combate en este día, con el ejército de
los santos ángeles, los combates del Señor como en otro tiempo combatiste
contra Lucifer, el jefe de los orgullosos, y contra los ángeles apóstatas que
fueron impotentes de resistirte y para quien no hubo nunca jamás lugar en el
cielo. Si ese monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satán, él
que seduce al mundo entero, fue precipitado con sus ángeles al fondo del
abismo.
Pero he aquí que ese antiguo enemigo, este primer homicida
ha levantado ferozmente la cabeza. Disfrazado como ángel de luz y seguido de
toda la turba y seguido de espíritu malignos, recorre el mundo entero para
apoderarse de él y desterrar el Nombre de Dios y de su Cristo, para hundir,
matar y entregar a la perdición eterna a las almas destinadas a la eterna
corona de gloria. Sobre hombres de espíritu perverso y de corazón corrupto,
este dragón malvado derrama también, como un torrente de fango impuro el veneno
de su malicia infernal, es decir el espíritu de mentira, de impiedad, de
blasfemia y el soplo envenado de la impudicia, de los vicios y de todas las
abominaciones. Enemigos llenos de astucia han colmado de oprobios y amarguras a
la Iglesia, esposa del Cordero inmaculado, y sobre sus bienes más sagrados han
puesto sus manos criminales. Aun en este lugar sagrado, donde fue
establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al
mundo, han elevado el abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de
herir al Pastor y dispersar al rebaño.
Te suplicamos, pues, Oh príncipe invencible, contra los
ataques de esos espíritus réprobos, auxilia al pueblo de Dios y dale la
victoria. Este pueblo te venera como su protector y su patrono, y la Iglesia se
gloría de tenerte como defensor contra los malignos poderes del infierno.
A ti te confió Dios el cuidado de conducir a las almas a la beatitud celeste.
¡Ah! Ruega pues al Dios de la paz que ponga bajo nuestros pies a Satanás
vencido y de tal manera abatido que no pueda nunca más mantener a los hombres
en la esclavitud, ni causar perjuicio a la Iglesia. Presenta nuestras oraciones
ante la mirada del Todopoderoso, para que las misericordias del Señor nos
alcancen cuanto antes. Somete al dragón, la antigua serpiente que es diablo y
Satán, encadénalo y precipítalo en el abismo, para que no pueda seducir a los
pueblos. Amén
– He aquí la Cruz del Señor, huyan potencias enemigas.
Venció el León de Judá, el retoño de David
-Que tus misericordias, Oh Señor se realicen sobre nosotros.
Como hemos esperado de ti.
-Señor, escucha mi oración
Y que mis gritos se eleven hasta ti.
Oh Dios Padre Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu Santo
Nombre, e imploramos insistentemente tu clemencia para que por la intercesión
de María inmaculada siempre Virgen, nuestra Madre, y del glorioso san Miguel
arcángel, te dignes auxiliarnos contra Satán y todos los otros espíritus
inmundos que recorren la tierra para dañar al género humano y perder las almas.
Amén”.
Don Francisco Brehm, consejero eclesiástico de la editorial
litúrgica Fr. Pustetd (Ratisbona), recién vuelto de un viaje de Roma, contó,
hacia el año 1928, que en una sesión para la Sagrada Congregación de Ritos en
que se trataba de derogar estas oraciones, y a la que él asistió, cuando ya
todos estaban de acuerdo para suprimirlas, un anciano cardenal, cuyo nombre no
recuerdo, se levantó para contar que el mismo León XIII le había dicho que
la invocación de San Miguel la había añadido contra la amenaza de la
francmasonería, movido a ello por la revelación sobrenatural que sufrió en
1884. Para vergüenza de todos, esta oración fue quitada en la Prima
Instructio de la liturgia en la década de 1960, “curiosamente”[3].
2.Apariciones de la Virgen a Sor Mariana Francisca de Jesús
Torres
Sin embargo, desde mucho antes de esa inspiración divina a
León XIII, también han existido apariciones donde nuestra Madre del Cielo ha
llamado a la conversión del mundo, con tintes dramáticos, como la de la Virgen
del Buen Suceso en 1594 a la monja española Mariana Francisca de Jesús Torres y
Berriochoa, en Quito, Ecuador. Siglos antes de la creación formal de la
masonería, allí ya habló claramente de nuestros tiempos actuales, de la infiltración
masónica de la Iglesia y de grandes castigos para la humanidad, al tiempo que
predijo que un Papa estaría preso en el Vaticano y advertía de la gran
apostasía de la Iglesia, salvo en un resto fiel[4].
“Este aparente triunfo de Satán traerá enormes sufrimientos
a los buenos Pastores de la Iglesia, los muchos buenos sacerdotes y el
Supremo Pastor y Vicario de Cristo en la tierra, quien, prisionero en el
Vaticano, derramará amargas lágrimas en secreto en presencia de su Dios y
Señor, pidiendo luz, santidad y perfección para todo el clero del mundo, de
quienes él es Rey y Padre”.
“Es más, en estos infelices tiempos, habrá uno desenfrenado
lujo que engañará al resto hacia el pecado y conquistará innumerables almas
frívolas que se perderán. La inocencia casi no será encontrada en niños, ni
modestia en mujeres.En este supremo momento de necesidad de la Iglesia, el que
debería hablar, callará.”
“Francmasonería, la que estará entonces en poder, promulgará
leyes inicuas con miras de deshacerse de este Sacramento (Matrimonio), haciendo
fácil para todos vivir en pecado y fomentar la procreación de niños ilegítimos
nacidos sin la bendición de la Iglesia. El espíritu Católico decaerá
rápidamente; la preciosa luz de la Fe gradualmente será extinguida hasta que
haya casi una total y general corrupción de costumbres. Agregado a esto habrá los
efectos de la educación secular, la que será una razón por la muerte del
sacerdocio y vocaciones religiosas”.
“El pequeño número de almas quienes, oculto, conservará el
tesoro de la Fe y las virtudes sufrirá un indecible cruel y prolongado martirio.
Muchos de ellos sucumbirán ante la muerte por la violencia del sufrimiento, y
aquellos que se sacrifiquen por la Iglesia y el País serán contados como
mártires.”
“El Sacramento de Órdenes Sagradas serán ridiculizadas,
oprimidas y despreciadas porque Él es representado en Su sacerdote. El demonio
perseguirá los ministros del Señor en toda forma posible; él laborará con cruel
y sutil astucia para desviarlos del espíritu de la vocación de ellos y
corromperá a muchos de ellos. Estos depravados sacerdotes escandalizarán
el pueblo Cristiano, harán que el mal Católico y los enemigos de la Iglesia
Católica Apostólica Romana caigan sobre todos los sacerdotes”.
Recordemos estas tremendas palabras de la Virgen porque es
maravilloso que siglos antes de Fátima ya nuestra Madre del Cielo advirtiera de
hechos que podríamos estar viviendo ya.
3.Aparición de la Virgen en La Salette
En 1846 la Virgen se apareció en La Salette (cerca de
Grenoble, Francia) a dos pastorcitos, Melania Calvat y Maximino Giraud. Se
presentó como una dolorosa, llorando copiosamente ante los pecados de la
humanidad y su futuro castigo. Dio un terrible mensaje donde habla de la gran
apostasía de la Iglesia (“Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del
Anticristo”, llegó a decir). Juan Pablo II llamó a esta aparición “la reina de
las profecías”[5]. Fueron aprobadas por el Papa Pío IX.
Recordemos ahora algunos párrafos de ese durísimo mensaje,
donde habla incluso del Anticristo, denuncia a los malos sacerdotes, llama a
los apóstoles de los últimos tiempos (cuya orden y reglas dictó a Melania) y
detalla un momento crucial de “eclipse” de la verdadera Iglesia (esto es, un
momento en que una Iglesia falsa será visible y ocultará a la verdadera
Iglesia) [6]:
“Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes,
por sus vidas malvadas, por sus irreverencias y su impiedad en la celebración
de los santos misterios, por su amor al dinero, su amor a los honores y los
placeres, los sacerdotes se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los
sacerdotes están pidiendo venganza, y la venganza está suspendida sobre sobre
sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y de las personas consagradas a Dios, que
por sus infidelidades y su vida malvada están crucificando de nuevo a mi Hijo!
Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden
venganza, y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no queda nadie
para implorar misericordia y perdón para la gente; no hay más almas generosas,
no queda nadie digno de ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno por el bien del
mundo”.
“Dios va a golpear de una manera sin igual”.
“Italia será castigada por su ambición de querer sacudirse
del yugo del Señor de los Señores; también ella será entregada a la guerra; la
sangre fluirá por todos los lados; las Iglesias serán cerradas o
profanadas; los sacerdotes, los religiosos serán perseguidos; serán muertos, y
con una muerte cruel. Algunos apostatarán de la fe, y el número de
sacerdotes y religiosos que se separarán de la verdadera religión será grande;
entre estas personas se hallarán incluso algunos obispos.”.
“Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del
Anticristo”.
“Los demonios del aire, con el Anticristo, harán grandes
prodigios en la tierra y en los aires, y los hombres se pervertirán más y más.
Dios cuidará e sus fieles servidores y de los hombres de buena voluntad. El
Evangelio será predicado por todas partes, todos los pueblos y todas las
naciones conocerán la verdad”.
“Yo dirijo una apremiante llamada a la tierra; llamo a los
verdaderos discípulos de Dios que vive y reina en los cielos; llamo a los
verdaderos imitadores de Cristo hecho Hombre, el único y verdadero Salvador de
los hombres; llamo a mis hijos, a mis verdaderos devotos a los que se me han consagrado
a fin de que los conduzca a mi divino Hijo, los que llevo, por decirlo así, en
mis brazos, los que han vivido de Mi Espíritu; finalmente llamo a los
Apóstoles de los últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo que han
vivido en el menosprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la
humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración y en la
mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y
desconocidos del mundo. Ya es hora que salgan y vengan a iluminar la tierra. Id
y mostraos como mis hijos queridos, Yo estoy con vosotros y en vosotros con tal
que vuestra fe sea la luz que os ilumine en estos días de infortunio. Que
vuestro celo os haga hambrientos de la gloria de Dios y de la honra de
Jesucristo. Pelead, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis;
pues he ahí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines”.
“La Iglesia será eclipsada, el mundo quedará consternado.
Pero he ahí a Enoc y a Elías, llenos del Espíritu de Dios, y los hombres de
buena voluntad creerán en Dios, y muchas almas serán consoladas; harán
grandes prodigios por la virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores
diabólicos del Anticristo”.
El Abbé Combe, editor de la edición de 1904, añade la nota
siguiente después de este párrafo: “Tengo sabido por Melanie que la Iglesia
será eclipsada, en este sentido: 1) que no se sabrá cuál es el verdadero Papa;
2) que durante un tiempo, el Santo Sacrificio dejará de ser ofrecido en las
iglesias, y también en las casas; así que no habrá más culto público. Pero ella
vio de que todavía el Santo Sacrificio no cesaría, que se ofrecería en cuevas,
en los túneles, en los establos y en los nichos”. Aquí el Abbé Combe habla de
la abominación de la desolación y de la supresión del sacrificio perpetuo (esto
es, la misa entendida como sacrificio y con transubstanciación), de la que nos
habla Daniel como comienzo de la gran tribulación y reinado final del
Anticristo (sus 3,5 años finales de persecución total a la Iglesia, que
preceden a la Parusía o Venida de nuestro Señor).
“He aquí el tiempo: el abismo se abre. He aquí el rey
de los reyes de las tinieblas. He aquí la bestia de los súbditos, llamándose el
salvador del mundo. Se remontará con orgullo por los aires para subir hasta el
cielo; será sofocado por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá y la tierra,
que llevará tres días en continuas evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego:
será hundido para siempre, con todos los suyos, en los abismos eternos del
infierno. Entonces el agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras
del orgullo de los hombres y todo será renovado: Dios será servido y
glorificado”
El 25 de marzo de 1936 anota Sor Faustina en su Diario las
siguientes palabras de la Santísima Virgen:
“Yo di al mundo el Salvador y tú debes hablar al mundo de su
gran misericordia y preparar al mundo para su segunda venida. Él vendrá, no
como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es
ese día. Establecido está ya el día de la justicia, el día de la ira divina.
Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia,
mientras sea aún el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tú callas,
en aquél día tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo
de nada, permanece fiel hasta el fin, yo te acompaño con mis sentimientos”.
El 25 de diciembre de 1936 oyó la voz del Señor:
“Habla al mundo de Mi misericordia para que toda la
humanidad conozca la infinita misericordia Mía; es una señal de los
últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia”. Otra vez oyó en
el alma unas palabras explícitas y fuertes de Jesús: “Prepararás al mundo para
Mi última venida”[7].
5.Apariciones de la Virgen en Heede
Entre 1937 y 1949 la Virgen se aparece de nuevo, esta vez en
Heede, Alemania (aprobadas por el obispo local el 3 de junio de 1959),
dando un mensaje de tenor parecido a otros otorgados en apariciones previas y
posteriores, llamando a conversión al mundo si no quería recibir un enorme
castigo del Cielo. Veamos algunos mensajes[8]:
La estrella del infierno perseguirá mi señal, mas mi señal
prevalecerá sobre el infierno.
El mundo tendrá que agotar hasta las heces el cáliz de la
cólera divina por sus pecados innumerables, que han herido al Sagrado Corazón
de Jesús (…)
“El furor de la estrella del infierno sobrepasará en
violencia y causará devastación terrible, porque ya sabe que su tiempo es corto
(…)
“Los tiempos son graves. Hagan, por fin, penitencia los
hombres por sus pecados.
Aléjense de todo corazón del mal y oren, oren mucho para que
se aplaque la ira de Dios.
Recen con frecuencia el rosario, esa plegaria que tanto
puede ante Dios. Menos diversiones y pasatiempos”.
“Estoy muy próximo. La tierra temblará… Será terrible. ¡Un
Juicio en pequeño!
Pero ustedes no teman. Yo estoy con ustedes. Se alegrarán y
me lo agradecerán.
Los que esperan tienen mi ayuda, mi gracia y mi amor. Mas
para los que no están en estado de gracia será espantoso.
Los ángeles de la justicia están ya diseminados por los
cuatro puntos cardinales. Yo me daré a conocer al género humano.
Todas las almas me reconocerán como su Dios. Faltan cinco
minutos para las doce.
¡Yo vengo, estoy a las puertas! La humanidad se lamentará”.
“Lo que ocurrirá será terrible, como jamás se vio desde el
principio del mundo.
Vengo Yo mismo y manifestaré mi voluntad (…) Hijas mías,
vengo pronto, muy pronto.
La Santísima Virgen María y los coros de ángeles
intervendrán en todos estos acontecimientos.
El infierno se cree seguro de su victoria, pero Yo se la
arrebataré de las manos.
Permitiré que lluevan sobre el mundo desventuras, pues de
este modo se salvarán muchos.
Bienaventurados aquellos que lo sufren todo por aquellos que
me ofenden. Yo vengo y conmigo vendrá la paz.
Con un pequeño número de elegidos edificaré mi Reino. Éste
vendrá como relámpago, repentinamente, más pronto de lo que se piensa…”
“Los hombres rehúsan mi misericordia, mi amor y mis méritos. La
humanidad es peor que antes del diluvio, agoniza en la ciénaga del pecado. El
odio y la codicia guían sus corazones. Todo es obra de satanás”.
“Esta generación merecería ser aniquilada, pero solamente
mirando a los justos dejaré que triunfe mi misericordia”.
“La humanidad reconocerá mi poder y Yo les mostraré mi
justicia y mi misericordia.
Mis queridos hijitos; la hora se aproxima más y más.
Rueguen incansablemente y no serán confundidos.
Como vemos, la Virgen habla de la inminencia de la Parusía,
y antes, de un juicio en pequeño, lo que en Garabandal se llamó el Aviso, y que
Santa Faustina Kowalska denominó la iluminación de las conciencias. Y luego, si
no hay conversión, un gran castigo
6.Apariciones de la Virgen a Bruno Cornacchiola en Trè
Fontane, Roma
12 de abril de 1947:
“Los pastores del rebaño no están cumpliendo con su
deber. Demasiado mundo entró en su sangre para dar escándalo para el
rebaño y desviarlo de la trayectoria. […]. Antes de que Rusia se
convierta (vemos, pues, que no ha sido aún consagrada) y deje
el camino del ateísmo se desencadenará una tremenda y grave
persecución. Oren, se puede detener. […]. Alejáos de las cosas
falsas del mundo… Satanás será liberado por un período de tiempo y encenderá
entre los hombres el fuego de la revolución. […]. Toda la Iglesia
sufrirá una terrible experiencia, para limpiar la podredumbre que se había
infiltrado en sus ministros. […]. Sacerdotes y fieles serán puestos
en un punto de inflexión peligroso en el mundo de los perdidos, que darán el
asalto por cualquier medio: falsas ideologías y teologías. […]. Habrá
días de tristeza y luto. De la parte del oriente un pueblo fuerte, pero
alejado de Dios, pondrá en marcha un terrible ataque y romperá las cosas más
sagradas y santas. […]. El mundo va a ir a otra guerra, más
despiadada que las anteriores; La Roca eterna será la más afectada
(Roma). La ira de Satanás ya no se mantiene; el Espíritu de Dios se
retira de la tierra, la Iglesia se quedó viuda, ella va a quedar a merced del
mundo. […]. La más afectada será la Iglesia de Cristo, para limpiarla
de las contaminaciones que se encuentran dentro de ella. […]. Los
sacerdotes serán pisoteados y muertos… “(Saverio Gaeta, op. Cit., Págs. 80-88).
Aparición del 15 de agosto de, 1958:
“Habrá un gran terremoto que sacudirá todo el mundo. No
vayáis por ahí a dormir si estáis en pecado mortal, confesáos y arrepentíos de
haberlo hecho, y no hacerlo más. […]. El sol se oscurecerá, y las
estrellas caerán, pero entended no sólo la parte material de esta imagen: hay
lado interpretativo y espiritual, y caerán los soles y las estrellas orgullosas
caerán (aquí hay una alusión a obispos y cardenales, que caen en la
apostasía). […]. Fuera de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no
hay salvación. […]. Amar a todos no significa mantener una actitud
sentimental. […]. Que los sacerdotes no se quiten el hábito talar: el
vestido recuerda, es una señal del cielo ” (op cit, p 93-95..).
El 16 de abril 1987:
“Debes ofrecerte como víctima por la conversión y la
santificación de los sacerdotes y religiosos, que han abandonado el camino de
la doctrina y de la moral perdiendo la fuerza de la salvación y gracias a ellos
muchas almas van al infierno” (op. Cit., P. 102). Esto recuerda
plenamente al segundo mensaje de Garabandal.
7.Apariciones en Amsterdam de la Señora de todos los pueblos
También nuestra Madre, en sus apariciones en Amsterdam
(aprobadas por la
Iglesia por Decreto de 31 de mayo del2002 del obispo de
Haarlem–Ámsterdam, Mons. Jozef Marianus Punt), nos advirtió de que vendrían
falsas doctrinas, sobre todo sobre la Eucaristía.
“Advierte al clero sobre las doctrinas erróneas, sobre todo
respecto a la Eucaristía. Transmite esto al sacristán. Dile que la Señora le pide que te conduzca al Sumo Pontífice. Te
repito que reces mucho pidiendo buenos sacerdotes y por la conversión de los
pueblos. Pero…”. (Mensaje de 31 de mayo de 1958)[9].
8.Apariciones de la Virgen del Carmen en Garabandal
En la pequeña aldea de Garabandal, Cantabria, España, la
Virgen, al no revelarse el Tercer Secreto de Fátima en 1960, como le pidió a
Sor Lucía, de nuevo Ella se aparecerá muchas de veces entre los años 1961-1965
a cuatro niñas pastoras: Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz.
Del 12 a 19 de enero, de 1966, Conchita, la vidente
principal, fue convocada a Roma por el pro-prefecto de la Sagrada Congregación
para la doctrina de la Fe, Cardenal Ottaviani. Fue interrogada durante dos
horas por el mismo Cardenal y otros miembros de la Sagrada Congregación.
Entonces Conchita pidió una audiencia con el Santo Padre, Pablo VI. El Papa le
dijo: “Conchita, Yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia”[10]. El mismo Pablo VI dijo que esas
apariciones eran como una segunda vida de la Virgen en la Tierra, el
acontecimiento más venturoso para la humanidad desde el nacimiento de Cristo.
El Papa concedió la Bendición Apostólica a la Obra de difusión de los Mensajes
de Garabandal el 12 de junio de 1967[11].
A juicio del padre Malachi Martin, profesor de teología,
secretario personal del Card. Agostino Bea, quien leyó el Tercer Secreto de
Fátima completo, el segundo mensaje de la Virgen en Garabandal era un extracto
o resumen de la parte aún no publicada del mismo. Recordemos que en los dos
mensajes la Virgen alertaba, de nuevo, de la apostasía de la Iglesia y de un
castigo muy grande:
Primer mensaje (18 de octubre de 1961): “Hay que hacer
muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar al Santísimo, pero antes tenemos
que ser muy buenos y si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está
llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande”
Segundo mensaje de la Virgen (18 de junio de 1965): “Como no
se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi Mensaje del 18 de octubre,
os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está
rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino
de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía
cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre
nosotros con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas
sinceras Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San
Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos.
Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y
Nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús.”
La Virgen nos avisó allí de la defección de la Iglesia,
especialmente de los consagrados, cuyos graves errores doctrinales y pastorales
llevarían a muchos fieles a la condenación eterna en el Infierno. Advierte
nuestra Madre que a la Eucaristía se le da cada vez menos importancia…¿Y no es
esto lo que está ocurriendo en este último pontificado cuando vemos a Francisco
promoviendo la comunión a las parejas en adulterio sin castidad[12], cuando le vimos repartir la Eucaristía
sin dignidad y sin decir “El cuerpo de Cristo”[13]; cuando vemos que se la ofrece a
pecadores públicos impenitentes[14]; cuando se bendice que los católicos del
norte de Argentina, si no podían ir a la misa católica, se acercaran
indistintamente a los servicios religiosos anglicanos, en los que no hay
transubstanciación[15]; cuando vemos que luteranos reciben la
comunión en el Vaticano[16]? Fue también un angustioso llamado de
nuestra Madre a la conversión para paliar el castigo divino final (los últimos
avisos), para evitar que bebamos, hasta las heces, el cáliz puro de la Ira de
Dios (de los que habla Apocalipsis 16).
Y Conchita advertía:
“El Ángel me ha dicho que muchos cardenales, obispos y
sacerdotes van por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más
almas. Cuando el Ángel me decía esto –sigue siendo Conchita, quien lo narra en
su diario–a mí me daba mucha vergüenza, y el Ángel me lo repitió por segunda
vez: ‘Sí, Conchita, muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino
de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas”[17].
La Virgen, en Garabandal, le dijo a las niñas que está
próxima la Parusía de su Hijo: en la conversación con D. Albrecht Weber y los
otros testigos del 13 de noviembre de 1965, después de una breve pausa, dijo
Conchita que “la Santísima Virgen nos ha hablado varias veces que su Hijo Jesús
vuelve de nuevo pero no sé cuándo Él vendrá”. Aniceta concluye esta parte de la
conversación preguntando: –“¿Estás segura que la Virgen te dijo todo esto?”.
Conchita responde: –“Sí”[18]. No se refiere la Virgen aquí al fin del
mundo sino al fin de los últimos tiempos, los tiempos de los gentiles, de las
naciones, que acabarán con la gran apostasía, el falso profeta (anticristo de
la tierra) y el Anticristo político (o del mar), y, finalmente, con su Parusía.
En Garabandal la Virgen habló de un Aviso, un Milagro y un
Castigo, como acontecimientos previos a la Parusía. Por ser ampliamente
conocidos no abundaremos más en ellos. También advirtió la Virgen a Conchita
que el Aviso se produciría en el peor momento de una revolución comunista, de
una invasión rusa y de un momento tan grave para la Iglesia que parecería que
no se puede practicar la religión, y que, antes de ese Aviso habría un
importante Sínodo en Roma[19].
9.Apariciones de Akita, Japón
Entre 1973 y 1975 la Virgen se apareció en Japón a Agnes
Sasagawa, monja católica a la que curó de su sordera. En junio de 1988, el
Card. Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita,
juzgándolos confiables y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una
continuación de los mensajes de Fátima. ¿En qué medida? En la medida en que la
Virgen abordaba de nuevo, sin respetos humanos, toallas calientes ni medias tintas,
el espinoso asunto de la apostasía en la Iglesia, como buena Madre que viene a
avisar a sus hijos. La Virgen lacrimó 101 veces durante varios años y le enseñó
a la monjita las oraciones de reparación que el Ángel de Portugal hizo aprender
a los pastorcitos de Fátima en 1917, para que las rezara tras cada misterio del
rosario. Veamos algunos de sus mensajes[20]:
“Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se
mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un
castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego
caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos
como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los
sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las
únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi
Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por
el Papa, los obispos y los sacerdotes.”
“La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se
verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán
despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros…iglesias y altares
saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el
demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio
del Señor.
“El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios.
Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados
aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.
“Con valentía, habla con tu superior. El sabrá cómo dar
a cada uno valor para rezar y lograr obras de reparación”
Para que el mundo conozca su ira, el Padre Celestial
está preparando para infligir un gran castigo sobre toda la humanidad. Con mi
Hijo yo he intervenido tantas veces para apaciguar la cólera del Padre. Yo he
prevenido la venida de calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la
Cruz, Su Preciosa Sangre, y amadas almas que Le consuelan formando una corte de
almas víctimas.Oración, penitencia y sacrificios valientes pueden suavizar la
cólera del Padre. Yo deseo esto también de tu comunidad… que ame la
pobreza, que se santifique y rece en reparación por la ingratitud y el ultraje
de tantos hombres.
10.Apariciones de Kibeho (Rwanda)
En 1982 la Madre del Verbo se apareció a algunos
adolescentes en Rwanda. Previó la terrible guerra civil y matanza posterior en
dicho país y habló sin ambages del fin de los tiempos y de la Venida de Cristo.
Fueron aprobadas por el Obispo Monseñor Misago[21]:
“El mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está
muy cercano…
La Reina de los Angeles viene a aconsejarnos que nos preparemos para la venida
de su Hijo.
Tenemos que sufrir con Jesús, rezar y ser apóstoles para prepararnos para su
venida”.”
“No queda mucho tiempo para prepararse para el juicio final.
Deben cambiar sus vidas, renunciar al pecado. Oren y prepárense para su propia
muerte y para el fin de los tiempos. Deben prepararse, mientras aún queda
tiempo. Aquellos que hagan el bien, irán al Cielo. Si hacen el mal, se
condenarán a sí mismos sin oportunidad de apelación alguna. No pierdan tiempo y
empiecen ya mismo a orar y hacer el bien. No queda mucho tiempo, y Jesús está
volviendo”.
“Mucha gente trata a su prójimo deshonestamente. El mundo
está lleno de odio. Ustedes sabrán que mi segunda venida está cerca cuando vean
el estallido de guerras religiosas. Entonces, sepan que yo estoy en camino”.
11.Conclusión
Como vemos, el tono y el contenido de las apariciones de la
Virgen en los últimos doscientos años han sido ciertamente sombríos, pero
necesarios, como siempre haría una buena Madre, advirtiéndonos del peligro que
corremos si seguimos cometiendo abominaciones (la homosexualidad mostrada con
orgullo; el aborto, el suicidio, la contracepción, la eutanasia convertidos en
derechos; el falso ecumenismo que profesa últimamente la Iglesia, buscando
uncirnos al carro de la falsa Iglesia que se proyecta, donde todos, protestantes
y cismáticos incluidos, tengamos los mismos derechos y doctrina; el ataque a la
Eucaristía; la religión expulsada de lo público; y, en suma, la Iglesia,
poseída por la masonería y el marxismo, predicando sólo el materialismo y el
reino en la Tierra, y olvidándose de recordar los Novísimos y la santidad, la
penitencia y la conversión, etc.).
Pero no eran los profetas verdaderos los que profetizaban
una era de optimismo y de progreso eclesial sino los que avisaban de castigos y
catástrofes enviados por Dios por la apostasía de Israel[22]. Los falsos profetas eran y son amados
por el mundo, profetizan que todo irá bien y que estamos en la mejor época de
la Iglesia. Así trataban los padres de los hipócritas a los falsos profetas que
pululaban en Israel (Lucas 6, 26), alabándoles, y eran ellos los que perseguían
y asesinaban a los profetas verdaderos (Mt 23, 30-31).
«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así,
todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol
bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.
(Mateo 7, 13-18)
Isaías era apartado y reprendido en su época por profetizar
desgracias (verdades):
“Que es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos
que no aceptan escuchar la instrucción de Yahveh; que han dicho a los videntes:
«No veáis»; y a los visionarios: «No veáis para nosotros visiones verdaderas;
habladnos cosas halagüeñas, contemplad ilusiones.” (Isaías, 30, 9-10).
Por tanto, esta línea argumental de las apariciones marianas
sirve para enmarcar también la que, sin duda, es la aparición más importante de
nuestra Madre del Cielo, la de Fátima, en 1917. Por el contexto gravísimo en
que se produce, que ahora veremos, entenderemos por qué Ella trajo un mensaje
tan grave: la visión del Infierno, donde van los pobres que mueren en pecado
mortal; el aviso de que si el mundo no se enmendaba habría una guerra peor (la
II Guerra Mundial) que la que existía en ese momento; y por último, en la parte
que aún no se ha hecho pública, la Virgen comentaba explícitamente la apostasía
de la Iglesia, que comenzaría en su cima.
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