Posted on 15
mayo, 2017
Bergoglio negó a la Virgen de Fátima, contradijo y
ridiculizó a Jacinta Marto.
Bergoglio, el mismo que siendo sacerdote nunca
antes había ido en peregrinación a Fátima, se identificó a sí
mismo como peregrino, profeta y mensajero, pero no de la
Virgen que se apareció en Fátima, sino su propia versión y dijo que esa
no era la Virgen María del Evangelio.
De manera sarcástica dijo Bergoglio:
Peregrinos con María… ¿Qué María? ¿Una maestra
de vida espiritual, la primera que siguió a Cristo por el «camino estrecho» de
la cruz dándonos ejemplo, o más bien una Señora «inalcanzable» y por tanto
inimitable? ¿La «Bienaventurada porque ha creído» siempre y en todo momento en
la palabra divina (cf. Lc 1,45), o más bien una «santita», a la que
se acude para conseguir gracias baratas? ¿La Virgen María del Evangelio,
venerada por la Iglesia orante, o más bien una María retratada por
sensibilidades subjetivas, como deteniendo el brazo justiciero de
Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez
implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros?
Bergoglio contradijo a Jacinta Marto, quien dictó a la
Madre Godinho, a quien llamaba “madrina”, las revelaciones que recibió
directamente de la Santísima Virgen antes de morir .
Sobre las guerras
Nuestro Señor dijo que en el mundo habrá muchas guerras y
discordias.
Las guerras no son sino castigos por los pecados del mundo.
Nuestra Señora ya no puede retener el brazo castigador de su
Hijo sobre el mundo.
Es preciso hacer penitencia. Si la gente se enmienda,
Nuestro Señor todavía salvará al mundo; mas si no se enmienda, vendrá el
Castigo.
Bergoglio negó los fundamentos de la mariología.
*JESÚS Y MARÍA OFRECIERON UN MISMO SACRIFICIO
Al morir Jesús, María unió su voluntad con la de su Hijo de
tal manera que ambos ofrecieron un mismo sacrificio, y por eso dice el mismo
santo abad que así es como el Hijo y la madre realizando la Redención humana
obtuvieron la salvación de los hombres. La Madre de Dios puede ser llamada
“salvadora del mundo”, pues con el sufrimiento soportado compadeciendo a su
Hijo —y que ofreció voluntariamente a la divina justicia— mereció que se
comunicaran a los hombres los méritos del Redentor. (San Alfonso María de Ligorio. Las glorias de María, II, 1, 6, 6)
Papa Pío X
*UNIÓN DE SUFRIMIENTOS Y PROPÓSITOS ENTRE CRISTO Y MARÍA
Por la unión de sufrimientos y propósitos entre Cristo y
María, mereció convertirse de la manera más digna en la reparadora del mundo
perdido y en consecuencia dispensadora de todos los favores que Jesús nos
adquirió con su muerte y con su sangre… Sin embargo, porque ella supera en
santidad y unión con Cristo a toda criatura humana y angelical por haber sido
escogida por Cristo para asociarla en la obra de la salvación humana, mereció
por nosotros de congruo, como dicen, aquello que Cristo nos mereció de
condigno, siendo ella la principal dispensadora de las gracias que se
distribuyen. (Pío X. Encíclica Ad diem illum laetissimum, 2 de
febrero de 1904)
Papa León XIII
*MÁS PODEROSA QUE LOS HOMBRES Y LOS ÁNGELES EN VIRTUD DE SU
PAPEL EN LA SALVACIÓN DE LA HUMANIDAD
En efecto, la Virgen, exenta de la mancha original, escogida
para ser la Madre de Dios y asociada por lo mismo a la obra de la
salvación del género humano, goza cerca de su Hijo de un favor y poder tan
grande, como nunca han podido ni podrán obtenerlo ni los hombres ni los
Ángeles. (León XIII. Encyclica Supremi apostolatus, n. 2, 1 de septiembre
de 1883)
*LOS MISMOS SÍMBOLOS DE LA DERROTA AHORA SON CAUSA DE NUESTRO
TRIUNFO
Una virgen, un árbol y la muerte eran los símbolos de
nuestra derrota… Ved pues ahora, cómo los mismos son causa de nuestro
triunfo… En vez de Eva, María; en vez del árbol de la ciencia del bien y
del mal, el árbol de la Cruz; en vez de la muerte de Adán, la muerte del Señor.
(San Juan Crisóstomo. Homilía 22 sobre la Santa Pascua, 22: PG.
52,768)
*ASÍ COMO CRISTO, LA SANTÍSIMA VIRGEN TRIUNFA DE LA SERPIENTE
Por lo cual, al glosar las palabras con las que Dios,
vaticinando en los principios del mundo los remedios de su piedad dispuestos
para la reparación de los mortales, aplastó la osadía de la engañosa serpiente
levantó maravillosamente la esperanza de nuestro linaje, diciendo: “Pondré
enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya”; enseñaron que, con
este divino oráculo, fue de antemano designado clara y patentemente el
misericordioso Redentor del humano linaje, es decir, el unigénito Hijo de Dios
Cristo Jesús, y designada la Santísima Madre, la Virgen María, y al mismo
tiempo brillantemente puestas de relieve las mismísimas enemistades de
entrambos contra el diablo. Por lo cual, así como Cristo, mediador de Dios
y de los hombres, asumida la naturaleza humana, borrando la escritura del
decreto que nos era contrario, lo clavó triunfante en la cruz, así la
Santísima Virgen, unida a Él con apretadísimo e indisoluble vínculo hostigando
con Él y por Él eternamente a la venenosa serpiente, y de la misma triunfando
en toda la línea, trituró su cabeza con el pie inmaculado. (Pío IX. Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
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