Le dieron cuatro años al papa Francisco para “rehacer la
Iglesia”
Le dieron cuatro años al papa Francisco para “rehacer a la
Iglesia”.
Aquí cómo es que lo ha intentado.
1 de marzo de 2017 (LifeSiteNews) – Hace cuatro años, el 13
de marzo de 2013, un cardenal argentino desconocido fue elegido para dirigir a
la Iglesia Católica. La elección de Jorge Mario Bergoglio siguió a 35 años de
enseñanza clara, sólida y ortodoxa bajo los distinguidos pontificados de San
Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013).
Mientras que el humo blanco emanaba de la chimenea de la
Capilla Sixtina esa noche de marzo, significando la elección de un nuevo Papa,
los fieles católicos de todo el mundo estaban ansiosos por ver quién sería su
próximo líder. Ellos no sabían, ni podían haberlo sabido, la sacudida masiva
que los esperaba.
Sin embargo, varios prelados de alto rango sí lo sabían.
Algunos incluso dejaron escapar tras la elección la idea de que un grupo
influyente de cardenales liberales había estado operando con el objetivo de
influir en el cónclave para elegir a Bergoglio. Un cardenal incluso dijo que
era parte del grupo. Se refirió a ella como una “mafia”.
La ‘mafia’ de San Galo
Fue el cardenal Godfried Danneels, que tuvo el honor de
estar junto al Papa Francisco en el balcón la noche de su elección, quien
reveló la existencia del grupo de San Galo. Fue Danneels quien lo llamó una
“mafia” debido a su objetivo de reformar drásticamente la Iglesia para hacerla
“mucho más moderna”.
El grupo informal surgió alrededor de 1996. Los miembros,
que incluía a los Cardenales Da Cruz Policarpo, Martini, Danneels,
Murphy-O’Connor, Silvestrini, Husar, Kasper y Lehmann, pensaron que podrían
tener un “impacto significativo” en las elecciones futuras al papado si cada
uno de ellos usaba su red de contactos, según la biografía autorizada de
Danneels, co-escrita por Jürgen Mettepenningen y Karim Schelkens.
El grupo presuntamente perdió su ímpetu en 2006 después de
no haber logrado que su candidato preferido fuera elegido en el cónclave de
2005. Y mientras que el grupo ha sido acusado de estar involucrado en una trama
que llevó a la renuncia del Papa Benedicto, estas afirmaciones han sido negadas
por el ex obispo de San Galo, Ivo Fürer.
Pero si bien el obispo Fürer afirmó que el grupo de San Galo
no se reunió oficialmente después de 2006, y por lo tanto no pudo haber
participado en una conspiración para obligar a Benedicto XVI a dimitir, esto no
significa que el grupo estaba inactivo.
Según Austen Ivereigh, biógrafo de Francisco, y el ex
ayudante del cardenal Cormac Murphy-O’Connor, días antes del cónclave del 12 de
marzo en Roma, Murphy-O’Connor fue encargado por la “mafia” de San Galo de informar
a Bergoglio de un plan para que él fuera electo. Murphy-O’Connor era un viejo
amigo de Bergoglio.
Tal y como Ivereigh describió en su libro de 2014 sobre el
Papa Francisco, Murphy-O’Connor también fue encargado de cabildear (promover) a
Bergoglio entre sus contrapartes norteamericanas, así como de actuar como un
enlace para los de los países de la Commonwealth.
“Primero aseguraron la aceptación de Bergoglio”, escribió
Ivereigh. “Preguntaron si estaba dispuesto, dijo que creía que en este momento
de crisis para la Iglesia ningún cardenal podía negarse si se le preguntaba.
Murphy-O’Connor le advirtió a sabiendas que “tuviera cuidado”, y que ahora era
su turno, y le dijeron ‘capisco’ – ‘lo entiendo’ “.
“Luego se pusieron a trabajar, recorriendo las mesas de los
cardenales para promocionar a su hombre, argumentando que su edad – 76 años –
ya no debía considerarse un obstáculo, dado que los papas podían renunciar.
Habiendo entendido la dinámica del cónclave a partir de 2005, sabían que los
votos irían para aquellos que hicieran una fuerte exhibición de ya estar en la
puerta de salida”, escribió.
Debido a que tenía más de 80 años, Murphy-O’Connor no pudo
votar en el Cónclave, pero estuvo presente en las reuniones previas al
cónclave. El 2 de marzo, un cardenal anónimo que no pudo votar en el cónclave,
dijo al servicio de noticias italianas La Stampa, que “cuatro años de
Bergoglio serían suficientes para cambiar las cosas”. Murphy-O’Connor fue
nombrado más adelante haciendo el mismo comentario en una nota de julio de 2013
que apareció en el Independent.
A principios de marzo de 2013, comenzó a difundirse
rápidamente en el Colegio de Cardenales la idea de que un poderoso movimiento
estaba a punto de elegir a Bergoglio.
En una asombrosa exposición dada seis meses después de la
elección de Bergoglio, el Cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo Emérito de
Washington, D.C., reveló cómo se convirtió en parte del plan para elegir al
nuevo Papa.
“Antes del Cónclave, nadie pensó que había una oportunidad
para Bergoglio”, dijo en una conferencia el 1 de octubre de 2013 en la
Universidad Villanova de Filadelfia, Pensilvania.
McCarrick, quien como Murphy-O’Connor, era demasiado mayor
para votar en el cónclave, dijo que antes del evento un “muy interesante e
influyente caballero italiano” lo visitó en el Colegio Americano de Roma donde
se alojaba para pedirle que hiciera campaña para Bergoglio. Esta conversación,
según lo relatado por McCarrick, debe ser citada en su extensión para revelar
su significado.
Nos sentamos. Este era un hombre muy brillante, un hombre muy influyente en Roma. Hablamos de varias cosas. Tenía un favor que pedirme cuando volviera a casa en los Estados Unidos.
Pero entonces (el influyente italiano) dijo: “¿Qué hay de Bergoglio?”
Y me sorprendió la pregunta.
Yo dije “¿Qué hay de él?”
Él dijo: “¿Tiene alguna oportunidad?"
Le dije: “No lo creo, porque nadie ha mencionado su nombre. No ha estado en la mente de nadie. No creo que esté en la mente de nadie votar por él.”
Dijo: “Podría hacerlo, lo sabes”.
Le dije: “¿Qué podía hacer?”
Él dijo, “[Bergoglio] podría reformar la Iglesia. Si le diéramos cinco años, podría ponernos de vuelta en la mira.”
Le dije: “Pero tiene 76 años”.
Él dijo: “Sí, cinco años. Si tuviéramos cinco años, el Señor trabajando a través de Bergoglio, en cinco años podría rehacer a la Iglesia.”
Le dije: “Eso es algo interesante”.
Él dijo: “Sé que eres su amigo.”
Yo dije: “Espero que lo sea”.
Dijo: “Habla con él”.
Le dije: ‘Bueno, ya veremos qué pasa. Esta es la obra de Dios.
Esa fue la primera vez que escuché que había gente que pensaba que Bergoglio sería una posibilidad en estas elecciones.
McCarrick continuó diciendo en su exposición que cuando
llegó el momento de hablar a todos los cardenales antes de la votación, los instó
a elegir a alguien de “América Latina” que pudiera identificarse con los
pobres.
Luego continuó con su charla alabando al Papa Francisco ante
los estudiantes católicos estadounidenses como un “pastor” más grande que los
papas anteriores. “Creo que tal vez nunca tuvimos ‘un pastor’ en tanto tiempo”,
dijo.
Continuó: “[Francisco] tiene una comprensión de la
naturaleza humana, un entendimiento que, aunque dice algunas cosas que tal vez
nos sorprenderían, lo interesante es que si examinas lo que está diciendo, es
lo que la Iglesia ha dicho todo el tiempo. Tal vez no lo que los canonistas han
dicho todo el tiempo, o lo que diferentes teólogos han dicho todo el tiempo.
Pero la enseñanza de la Iglesia siempre es la enseñanza del Papa Francisco”.
McCarrick en ese momento predijo que Francisco, “si tiene
dos años, habrá cambiado el papado”.
“Cuanto más tiempo esté ahí, más creo que es más probable
que podamos decir que él ha cambiado el papado”, señaló.
‘Cuatro años de Bergoglio’
Lo que los prelados liberales como McCarrick,
Murphy-O’Connor y Danneels sabían acerca de la capacidad de Bergoglio para
“rehacer la Iglesia” se ha hecho evidente de manera lenta y confusa a los
fieles católicos durante los últimos cuatro años, pero especialmente en el
último año. Basados en una noción equivocada de la infalibilidad papal,
muchos católicos han defendido al Papa Francisco hasta el punto del absurdo.
Pero los católicos de mente sobria que conocen las enseñanzas, la historia y
las prácticas tradicionales, se alarman ante el claro hecho de que muchas de
las acciones y declaraciones del Santo Padre están en desacuerdo con lo que ha
pasado antes.
En los cuatro años de Bergoglio como Papa Francisco, las
cuatro marcas que separan a la Iglesia Católica de cualquier otra religión
sobre la faz de la tierra, a saber, que es Una, Santa, Católica y Apostólica,
se han opacado y hasta socavado.
La unicidad o unidad de la Iglesia en su sumisión a Cristo
como cabeza, en su integridad doctrinal y en su confesión de una sola fe ha
sido oscurecida y debilitada de varias maneras bajo el pontificado de
Francisco:
Ha hecho un llamado a una Iglesia “descentralizada”, y ha permitido que grupos de obispos independientes decidan qué es lo moral y correcto para sus propias iglesias “regionales”. En este sentido, está permitido que los adúlteros reciban la Santa Comunión en Alemania mientras que a lo largo de la frontera con Polonia sigue siendo pecado mortal.
Sus discursos ambiguos y especialmente sus escritos papales han puesto a cardenal contra cardenal, obispo contra obispo, y feligréscontra feligrés.
Se ha negado a responder a los líderes de la Iglesia que ruegan por claridad sobre puntos de controversia.
Ha permitido que la doctrina católica se vea minimizada en nombre del “dialogo” religioso con otras denominaciones cristianas con un historial de hostilidad hacia la doctrina católica sobre el Matrimonio, la Eucaristía y el papado. Bajo su liderazgo, el Vaticano ha incluso aclamado a Lutero, fundador del protestantismo, como un “testigo del Evangelio”.
La santidad y sacralidad verdaderas de la Iglesia como
esposa de Cristo ha sido opacada y socavada de varias maneras bajo el
pontificado de Francisco:
* Sus escritos han sido usados por aquellos más cercanos a él para promover perniciosas prácticas como el adulterio y la fornicación, como opciones morales legítimas.
* Sus escritos también han sido usados para defender la práctica sacrílega de dar la Santa Comunión a aquellos que viven en pecado mortal (aquí,aquí, aquí, y aquí). Obispos y cardenales han defendido esta práctica sacrílega basada en los propios argumentos del Papa en Amoris Laetita que enfatiza el “cuidado pastoral” y la “misericordia” en detrimento de la doctrina y la verdad.
* El Papa ha denunciado a las órdenes “restauracionistas” estallando contra los jóvenes, y ha destruído una orden tradicional.
* Se ha resistido a la misa tradicional en latín y ha llamado “rígidos” a los jóvenes que la aman.
* El papa ha acusado de “cobardía” a los cristianosque celosamente guardan los Diez Mandamientos.
* Ha utilizado consistentemente un lenguaje grosero y degradantepara criticar y vilipendiar a aquellos con los que no está de acuerdo (aquí, aquí, y aquí).
* Ha permitido que la Basílica de San Pedro, un templo sagrado de la Iglesia, sea profanado con un espectáculo de iluminación ocultista sobre su fachada.
* Ha permitido actuaciones de grupos de danza sexualmente provocativos en la escalinata de la Basílica de San Pedro.
* Ha permitido la profanación de la Capilla Sixtina alquilándola a la empresa de autos Porsche para un evento corporativo y ha permitido que ésta misma sea utilizada como un escenario para el guitarrista de U2, ‘The Edge.’
La catolicidad, o misión universal de la Iglesia, de
trabajar incesantemente por la salvación de las almas se ha visto opacado y
socavada de varias maneras bajo el pontificado de Francisco:
* Ha orientado la misión de la Iglesia hacia objetivos mundiales tales como el combate al cambio climáticoy el reordenamiento del sistema económico mundial.
* Ha hecho un llamado a los católicos para tener una “conversión ecológica” y arrepentirse de “pecados”contra el
medio ambiente.
* Ha permitido que los enemigos jurados de la Iglesia ejerzan abiertamente su influencia sobre sus políticas y programas (aquí, aquí, y aquí).
La apostolicidad de la Iglesia, en donde el
depósito de la fe se transmite auténticamente desde los apóstoles a través de
sus sucesores los obispos y cardenales, ha sido opacada y socavada de varias
maneras bajo el pontificado de Francisco:
* El papa ha elevado a obispos y a cardenales abiertamente heréticos y que no sostienen la fe inmutable como transmitida desde los Apóstoles a través de los siglos.
* Ha degradadoy silenciado las voces de altos rangos de la ortodoxia en la Iglesia.
* Ha creado un entorno que permite que obispos,cardenales y prominentes líderes de la Iglesia se aparten de la perenne enseñanza de la Iglesia y absolutos morales.
El Papa como “flautista de Hamelín”
En su discurso de octubre de 2013 a los estudiantes
católicos de la Universidad de Villanova, el Cardenal McCarrick terminó su
panegírico del Papa Francisco comparándolo con el “flautista de Hamelín”.
“Caminará por el escenario del mundo y la gente lo seguirá.
Encontrarán en él como encontraron en el flautista de Hamelín, encontrarán en
él un cierto carisma, que les recuerda que esto es de lo que se trata el amor
de Dios. Y esto es de todo lo que se trata Francisco “, dijo.
McCarrick seguramente no se dio cuenta de lo inquietante que
era la comparación. Según el relato de los niños, cuando las familias de la
ciudad se negaron a pagar al flautista para librarse de una infestación de
ratas, éste tomó venganza usando su pipa sobre sus hijos. Encantándolos con su
carisma y deliciosas melodías, el flautista los condujo a una cueva secreta de
montaña y nunca más se les volvió a ver.
Si, como dijo McCarrick, Bergoglio es el flautista, tal vez
menos habrían seguido su melodía si hubieran sabido a dónde les llevaría.
Pero un periodista argentino que conocía bien a Bergoglio
advirtió al mundo, el día de su elección, qué tipo de canción estaba a punto de
tocar el nuevo pontífice. Estas palabras publicadas en línea en Rorate Caeli el
13 de marzo de 2013, el día de la elección del Papa Francisco, están tan en la
raya que uno podría sospechar que el periodista se las había arreglado de
alguna manera para viajar en el tiempo cuatro años por delante de esa fecha al
día de hoy para describir con precisión lo que estaba a punto de desplegarse.
El día en que Bergoglio fue elegido, el periodista argentino
Marcelo González de Panorama Católico Internacional escribió que estaba
“aterrorizado” por el futuro de la Iglesia Católica. Vale la pena citar el post
en su totalidad:
“De todos los impensables candidatos, Jorge Mario Bergoglio
es quizás el peor. No porque profese abiertamente doctrinas contra la fe y la
moral, sino porque, a juzgar por su trabajo como arzobispo de Buenos Aires, la
fe y la moral parecen haber sido irrelevantes para él.
Enemigo jurado de la misa tradicional, sólo ha permitido
imitaciones de ella en manos de enemigos declarados de la antigua liturgia. Ha
perseguido a cada sacerdote que se esforzaba por llevar una sotana, predicar
con firmeza, o que simplemente estaba interesado en Summorum Pontificum.
Famoso por su incoherencia (a veces por la ininteligibilidad
de sus discursos y homilías), acostumbrado al uso de expresiones groseras,
demagógicas y ambiguas, no se puede decir que su magisterio sea heterodoxo,
sino más bien inexistente por lo confuso que es.
Su séquito en la Curia de Buenos Aires, con la excepción de algunos clérigos, no se ha caracterizado por la virtud de sus acciones. Varios están bajo grave sospecha de mala conducta moral
Su séquito en la Curia de Buenos Aires, con la excepción de algunos clérigos, no se ha caracterizado por la virtud de sus acciones. Varios están bajo grave sospecha de mala conducta moral
No ha perdido ninguna ocasión para realizar actos en los que
prestó su Catedral a los protestantes, musulmanes, judíos e incluso a grupos partidistas en nombre de un
diálogo interreligioso imposible e innecesario.
Es famoso por sus encuentros con los protestantes en la arena de Luna Park, donde, junto con el predicador
de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, fue “bendecido” por los ministros
protestantes, en un acto común de culto en el que, en la práctica, aceptó la
validez de los “poderes” de los pastores de la televisión.
Esta elección es incomprensible: no es políglota, no tiene
experiencia en la Curia, no brilla por su santidad, está flojo en doctrina y
liturgia, no ha luchado contra el aborto y sólo muy débilmente contra el
“matrimonio” homosexual (aprobado con prácticamente ninguna oposición del
episcopado), no tiene modales para honrar el Trono Pontificio.
Nunca ha luchado por nada más que por permanecer en
posiciones de poder.
Realmente no puede ser lo que Benedicto quería para la
Iglesia. Y él no parece tener ninguna de las condiciones requeridas para
continuar su trabajo.
Que Dios ayude a Su Iglesia. Nunca se puede descartar, por
más humano que parezca, la posibilidad de una conversión… y, no obstante, el
futuro nos aterroriza.
Juicio, el camino de la Iglesia hacia la gloria
Al igual que los cardenales McCarrick y Murphy-O’Connor, González sabía que Bergoglio tenía la capacidad de “volver a hacer la Iglesia” de una manera que la dejaría prácticamente irreconocible.
Al igual que los cardenales McCarrick y Murphy-O’Connor, González sabía que Bergoglio tenía la capacidad de “volver a hacer la Iglesia” de una manera que la dejaría prácticamente irreconocible.
Una fuente que trabaja en un dicasterio del Vaticano dijo a
LifeSiteNews a principios de este mes que los cambios en el Vaticano bajo
Francisco han creado un clima de miedo dentro de sus muros.
“La impresión para muchos aquí es que este es un régimen de
tipo totalitario, sin agenda católica ni valores en el corazón. Es uno que
sigue a los grandes giros modernistas y tiene una mentalidad política a través
de todo. Es totalitario en el sentido de que
generalmente no muestra ningún respeto real por el debido proceso, por la ley y
por la razón misma, sólo por la voluntad y por el pisoteo arbitrario de los
obstáculos legales que enfrentan”, dijo la fuente.
“Muchos aquí, sabiendo que el régimen es totalitario,
también están simplemente esperando que pase, que termine, como suele ocurrir
eventualmente, ya que sólo Dios es absoluto. Tal vez parece que lo apoyan, manteniéndose
en silencio. Pero, de hecho, muchos tienen miedo o son indiferentes. Todos
esperan que termine, ya que a nadie le gusta vivir con miedo”, añadió la
fuente.
Jesucristo dijo a San Pedro, el primer Papa, que las puertas
del infierno no prevalecerían contra la Iglesia. Cada católico fiel cree que la
batalla contra el mal ya ha sido ganada por Cristo que ha conquistado
definitivamente a Satanás a través de su muerte y resurrección. Esto no
significa, sin embargo, que Satanás no hará todo lo posible para destruir a la
Iglesia. Él lo intentará, e incluso podría parecer que está teniendo éxito,
pero fracasará.
El Catecismo de la Iglesia Católica habla de un “juicio
final” que la Iglesia debe pasar antes de la segunda venida de Cristo.
“Antes de la segunda venida de Cristo, la Iglesia debe pasar
por un juicio final que sacudirá la fe de muchos creyentes. La persecución que
acompaña a su peregrinación en la tierra revelará el “misterio de la iniquidad”
en la forma de un engaño religioso ofreciendo a los hombres una aparente
solución a sus problemas al precio de la apostasía de la verdad”, afirma.
Pero como todos los juicios que la Iglesia ha enfrentado en
su historia de 2000 años de antigüedad, este juicio solo la hará más fuerte y
gloriosa.
Continúa el Catecismo: “La Iglesia entrará en la gloria del
reino sólo a través de esta pascua final, cuando ella seguirá a su Señor en su
muerte y Resurrección. El reino se cumplirá, entonces, no por un triunfo
histórico de la Iglesia a través de un ascenso progresivo, sino sólo por la
victoria de Dios sobre el desencadenamiento final del mal, que hará que su
novia descienda del cielo. El triunfo de Dios sobre la revuelta del mal tomará
la forma del JuicioFinal después de la última agitación cósmica de este mundo pasajero”.
Jesucristo se ha comparado a sí mismo con la “piedra
angular” que los constructores rechazaron. Es sobre esta piedra inamovible que
la Iglesia ha sido establecida para siempre. Es de esta piedra que ella recibe
su solidez y unidad. Para aquellos que tienen ojos para verlo, es “maravilloso”
para contemplarlo.
En estos tiempos peligrosos para la Iglesia, debemos
aferrarnos a la promesa de Cristo de que nadie en ningún tiempo destruirá a su
esposa, la Iglesia, a quien santificó con su sangre: “El que caiga sobre esta
piedra será quebrado en pedazos; pero cuando caiga sobre cualquiera, lo
aplastará”
Traducción de Eli. A. R.
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