Publicamos la reciente entrevista al Cardenal Meisner donde
se vuelven a aclarar cuestiones básicas de la doctrina católica sobre
sacramentos y situaciones de vida irregular. Pero previo a la entrevista quiero
aludir a dos aspectos que suelen soslayarse y están directamente relacionados
con la "polémica" suscitada desde aquellos sectores que pretenden una
Iglesia adaptada NO a la Palabra de Dios sino a las opiniones mayoritarias o
supuestamente mayoritarias de la sociedad.
En primer lugar es necesario recordar que NO SOLO los
divorciados vueltos a casar no pueden comulgar, sino que tampoco pueden
hacerlos los CASADOS POR LO CIVIL o las parejas de NOVIOS QUE VIVAN JUNTOS. No
podrán comulgar ni confesarse hasta que no tengan resuelto acabar con la
situación irregular en que viven.
En segundo lugar es preciso advertir que la doctrina
católica NO SE CUMPLE en una gran mayoría de comunidades parroquiales. O sea,
no pocas personas en vida irregular va a comulgar y además no pocos sacerdotes
se callan y "dejan pasar" estas comuniones con la excusa de no
"interferir las conciencias". SE DE LO QUE HABLO PORQUE YO SOY
SACERDOTE.
Así que hemos de concienciarnos de la extraña situación
(surrealista diría yo además de diabólica) que se está viviendo en la praxis
habitual de las comunidades cristianas. Y a esto hay que poner remedio con
urgencia porque la incoherencia crece cada día más. Ese remedio habría de
incluir:
- Una catequesis clara y amplia sobre la doctrina moral
católica, sin miedo a CONCRETAR sobre el PECADO y la GRACIA SACRAMENTAL
- Un ejercicio de la autoridad (de aquellos que la tengan
por el sacramento del orden) similar a la del buen médico que prescribe
medicamentos a un enfermo, y no deja de señalar el cáncer por el hecho de no
herir susceptibilidades.
Dicho esto, leamos la entrevista al CARDENAL MEISNER:
Parece que es un juego muy popular para la gente de los
medios sacudirle a la Iglesia. Los obispos en realidad lo podrían sobrellevar
con tranquilidad, pero algunas encuestas les deben dar que pensar, por ejemplo
la de Allensbach, según la cual dos tercios de los católicos están a favor de
que a los divorciados se les permita casarse de nuevo por la iglesia. Y para
hablar sobre éste y otros temas, doy la bienvenida al arzobispo de Colonia,
cardenal Joachim Meissner. Eminencia, es Nochebuena. ¿Qué va a predicar esta
noche?
Esa es una buena pregunta. El tema del sermón de Navidad
realmente no se puede elegir. El contenido de la fiesta de Navidad es tan
abrumador, que el Dios eterno se ha convertido en uno de nosotros, un hombre, y
no se puede predicar sobre nada más. Esto también alegra a la gente en última
instancia, y también nos da una perspectiva real para el presente y el futuro
de nuestra vida.
Este Dios nace en una familia. Los temas familia y
matrimonio son actuales, el debate sobre la divorciados vueltos a casar parece
dividir a la Iglesia en Alemania. ¿Cuál es su posición?
En todo momento, la Iglesia, especialmente los obispos
con el Papa, tiene el encargo de dar ejemplo ante los hombres de la obediencia
a la Palabra de Dios. Los Obispos comparten con el Papa el Magisterio. Pero
siempre cum Petro et sub Petro, es decir, con Pedro y bajo Pedro. Así
que cualquier disenso entre la enseñanza del Papa y el obispo es teóricamente
inconcebible. Déjeme añadir algo más: desde tiempos inmemoriales, la Iglesia
está convencida de que la unidad de Cristo con su Iglesia, que es su cuerpo, es
normativa también para el matrimonio. Y el apóstol Pablo lo dice explícitamente:
«El matrimonio es un misterio profundo. Yo lo refiero a Cristo y la Iglesia». Y
Cristo dice entonces, lógicamente, que lo que Dios ha unido, no lo separe el
hombre. Y a esto no hay nada que añadir.
Esta no es la posición de su colega Zollitsch, que llama a
una mayor integración en la vida comunitaria, también de los divorciados. Y
cree que en Roma también hay diferentes opiniones sobre esto. Y que la opinión
de la CDF no contaría más que otras. ¿Entonces, qué es lo que tiene validez?
Escuche a un viejo obispo. En mi última visita al Papa
Francisco pude hablar muy francamente con el Santo Padre sobre todos esos
temas. Le dije que en sus entrevistas y breves discursos quedan algunas
preguntas abiertas, que para los no iniciados deberían precisarse más. El
Papa me miró y me dijo que le mencionara un ejemplo. Y mi respuesta fue
entonces que a su regreso de Río, mientras viajaba en el avión, se le mencionó
el problema de los divorciados vueltos a casar. El Papa simplemente me
respondió: «los divorciados pueden comulgar, pero no los divorciados vueltos a
casar. En la Iglesia Ortodoxa se pueden casar dos veces». Y luego habló de la
misericordia que, sin embargo, a mi modo de ver, y así se lo dije, en este país
siempre se interpreta como un sustituto de todas las posibles faltas del
hombre. El Papa me respondió muy enérgico que era hijo de la Iglesia Católica,
y que él no dice otra cosa que lo que la Iglesia enseña. Que la misericordia
debe ser idéntica a la verdad, de lo contrario no merece el nombre de la
misericordia. Y, por lo demás, me dijo expresamente que cuando ciertas
cuestiones teológicas se mantienen abiertas, entonces la Congregación para la
Doctrina de la Fe está ahí, para aclararlas detalladamente.
Ahora el Papa ha iniciado una encuesta de opinión acerca de
la familia y el matrimonio y la moral sexual de cara al Sínodo del próximo
otoño. Y para Koln ya hay resultados. Se observa que, en la población, se ven
las cosas de modo diferente que en Roma. ¿No debería adaptarse la iglesia?
Ya dije antes que la Iglesia tiene que adaptarse a la
palabra de Dios y no a la opinión de la gente. Debemos, como Iglesia,
conocer la opinión de la gente, para después proclamar la Palabra de Dios en
función de esto. Pero adaptarse del modo que usted pregunta no es una categoría
del Evangelio. Es sorprendente que, por ejemplo, la Iglesia Luterana, con
su toma de posición sobre la temática de la sexualidad, se haya alineado
totalmente con el llamado espíritu de los tiempos en los asuntos de la
sexualidad. Y, ¿cómo se ve la situación en la Iglesia Luterana? He oído
que el número de abandonos de la iglesia luterana es más alto que el
nuestro. De manera que, en última instancia, el éxodo no puede deberse a la
cuestión de la sexualidad.
El ZdK (Comité Central de los Católicos Alemanes) lo ve un
poco diferente. El Presidente Glück aboga por adaptarse e integrar plenamente a
los divorciados vueltos a casar, es decir, admitirles también a la Eucaristía.
El ZdK quiere “casarse con el espíritu de los tiempos”, se podría decir. Ahí
desertan unidades enteras de los ejércitos cristianos. ¿No tiene miedo del
aislamiento?
Bueno, no conozco el miedo al aislamiento. En la escuela
primaria, en Turingia, yo era el único católico. Y siempre estaba en medio y no
me dejaba aislar. La misión del ZdK es hacer visible y efectivo el
Evangelio en las dimensiones seculares, es decir, en el mundo. Y ese gremio
debe hacerse en serio esta pregunta: ¿Se han mantenido fieles a su misión
y vocación? ¿Y formula usted, en este contexto, la pregunta de si yo he de
temer un cierto aislamiento? Lo que yo tengo es auténtica preocupación por
las personas que deforman a conveniencia su propia fe en lugar de
aceptarla respetuosamente como el mismo Cristo nos la ha confiado. Eso no
aporta ninguna solución. En el siglo IV, a raíz de la herejía de los arrianos,
se decía que, de la noche a la mañana, la iglesia se ha vuelto arriana. Pero
no quedó así. Se volvió católica de nuevo. Y por eso, por hostiles que sean los
números, no me asustan. Debo decir simplemente, y debemos preguntarnos, lo
que Dios quiere. Y la Iglesia sabe, desde hace más de 2.000 años, que lo
que Dios ha unido el hombre no lo puede separar. Otra cuestión diferente
es si todos esos matrimonios son realmente válidos. Sí debería haber criterios
nuevos que permitieran dictaminar si un matrimonio no ha tenido lugar realmente
y no es válido. Pero esa es otra cuestión. Ya no se trata de admitir a la
Comunión a los divorciados vueltos a casar.
Su Eminencia cumple mañana 80 años. La cuestión de la
sucesión está abierta, y no quiero entrar en eso, a menos que tenga algo que
quiera decirnos. Pero mirando atrás, después de 25 años en Colonia, le pregunto:
¿qué le ha impresionado más durante estos años de obispo?
Para empezar, todo lo referente a mi sucesor como arzobispo
de Colonia lo llevo a mi oración personal diaria. Pero con la gente, incluso
con mis colaboradores más cercanos, no hablo de eso. Así que comprenderá que,
por supuesto, no charle de eso con usted. Lo que más me ha impresionado en
estos 25 años de servicio como Arzobispo de Colonia es, con diferencia, la
lealtad y fortaleza de la fe de nuestros sacerdotes que están dispuestos,
en situaciones difíciles, a tomar un nuevo concepto de la cura de almas,
motivado por la escasez de vocaciones, y están recorriendo en esto un terreno
inexplorado. Lo que me conmueve positivamente una y otra vez en nuestros
sacerdotes, diáconos y miembros del personal que tiene a cargo el cuidado de
las almas, es la fuerza de su fe y la alegría en la fe, a pesar de las
permanentes noticias negativas de los medios, aquí también, en su
entrevista. Que no se resignen interiormente, es un milagro.
¿Tiene usted algún deseo para esta Navidad y para el futuro?
Tengo varios deseos, pero el principal para Navidad y para
el futuro es que el gozo de Dios -que es nuestra fuerza, como el Santo Padre
subraya en su carta apostólica- nos ayude de manera efectiva a la
recristianización del mundo. Que es la única fuerza para que la Iglesia cumpla
su misión, aunque contemos con menos impuestos eclesiásticos, o lo que sea. Y
no sólo a duras penas, sino incluso también con un poco de pompa y
circunstancia. Les deseo una feliz Navidad.
http://adelantelafe.blogspot.com.es/2013/12/comunion-de-divorciados-vueltos-casar.html
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Ciudad del Vaticano, 28 febrero 2014 (VIS).- El Santo Padre
ha aceptado la renuncia del cardenal Joachim Meisner al gobierno de la
archidiócesis metropolitana de Colonia (Alemania) por límite de edad.
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