Sacrilegios y más sacrilegios se están dando por todas las
partes y los párrocos duermen tan tranquilos, sin considerar que sus feligreses
comulgan sacrílegamente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Hijos de Dios, debéis reparar mucho más de lo que lo hacéis,
debéis sacrificaros más de lo que os sacrificáis, porque las almas viven en
pecados horrendos y comulgan tan tranquilamente, y los párrocos poco o nada
hacen para instruirlas en las sendas del bien y de la santidad.
Cuando alguien se acerque a confesar debéis indagar en su
vida, que muchos tienen pecados inmunes que no han confesado, ni han reparado,
y de los que no se han arrepentido. Yo, Espíritu Divino, os hablo.
No puede un alma llegar al ocaso de su vida sin confesar
exhaustivamente todos sus pecados y repararlos o llorarlos, porque hijos, como
se encuentre el alma en el momento de la muerte, así entrará en la eternidad y,
muchas, muchísimas, no se podrán salvar, cuando en esta vida lo tienen tan
fácil y no lo aprovechan.
Párrocos, hablad con claridad y realidad. El pecado es
abominable a los ojos de Dios y hay que erradicarlo del alma confesándolo y
haciendo propósito de nunca más pecar. Hay varones que son infieles a sus
esposas y van a comulgar delante de ellas para que crean que son buenos. ¡Ay de
ellos! ¡Ay de ellos, hijos de Dios! Porque a la mirada de Dios no se le escapa
absolutamente nada.
Acudid hijos, a la Inmaculada, Madre santa que Dios os dio
para vuestra ayuda. Pocos la tienen una verdadera devoción. Acudid a Ella y
pedidle la ayuda necesaria para salir del pecado y erradicarlo del alma de una
vez por todas. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Tenéis que practicar más y mejor el Sacramento de la
Penitencia, y los párrocos y capellanes de Hospitales y Residencias,
deben preparar adecuadamente a sus encomendados, o ellos serán también
culpables de los pecados de sus feligreses y encomendados. Yo, Espíritu de
Dios, os hablo y pido que cambiéis de vida. Paz a todo aquel que leyendo este
mensaje lo cree y lo pone en práctica.
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NECESITO ALMAS VICTIMAS QUE SE OFREZCAN EN COMUNIÓN CONMIGO
POR ESOS PECADORES EMPEDERNIDOS QUE OS REPUGNAN
9 DE MARZO DE 2014
Hijos Míos, los que Me tratáis,
sabéis muy bien en la situación terrible que se encuentran miríadas de almas.
Erradas, anegadas en el pecado, con criterios erróneos, y lejos muy lejos de la
salvación. Por eso, hijos, esas almas que son vuestras hermanas, y a las cree
con tanto amor como a vosotros, debéis ponerlas ante vuestra oración una y otra
vez, sin cansaros de hacerlo.
Rezáis por los problemas de
vuestros familiares y los propios, rezáis por muchas cosas que os encomiendan,
hoy Yo os pido que recéis por las almas que están tan lejos de la salvación
eterna, y junto a ellas arrastran hijos, amistades y familiares. Yo,
Jesús, os hablo.
Hijos Míos, Yo di por esas almas
la vida y toda Mi Sangre. No perdoné un solo sufrimiento por ellas, y como ahí
también estabais vosotros, Yo pedí por todos a Mi Padre Celestial para que su
misericordia os alcanzara. Yo, Jesús, os hablo.
Vosotros rezáis alguna vez por
los pecadores, por esos gobernantes que lanzan y aprueban esas leyes contra Mis
mandamientos, pero ¿quien estaría dispuesto a dar su vida y su sangre por
ellos?
Hijos, necesito almas victimas,
almas que se ofrezcan en comunión Conmigo por los pecadores, por esos pecadores
empedernidos que solo un milagro de la gracia los puede salvar, no porque Mi
Padre no les de la gracia para convertirse, sino porque ellos tan arraigados en
sus vicios y pecados, cada vez se hunden más en el fango. Uníos a Mí
hijos, y dad vuestra vida por ellos, vuestros sufrimientos, vuestras
penitencias, necesito que se les ame y que se Me presenten asiduamente en la
oración. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos, sed generosos con vuestros
hermanos pervertidos, que ya veréis en la gloria celestial el bien tan grande y
la dicha que es que un pecador se salve. Ya veréis cuantas almas se salvaron
por la generosidad de otras que se ofrecieron por ellos a Mí para que se
convirtieran. Yo oigo muy bien esa oración que Me hacen por las almas
extraviadas, esas que os repugnan porque sus vicios y maldad son inmundos, pero
espero de vosotros esa generosidad en unión a Mis sufrimientos redentores. Yo,
Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo estos
mensajes los cree y los pone en práctica.
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