31 DE MARZO DE 2014
Quisiera que cada alma fuera una obra única en el plano sobrenatural, porque al igual que cada uno sois diferentes en la
fisonomía, así también deseo que cada alma sea diferente en la fisonomía de su alma, para que el Omnipotente se recree en ellas y sea cada alma como un jardín lleno de colorido y de belleza espiritual. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Pero para que Mi acción sea efectiva debéis colaborar
Conmigo y poner lo que esté de vuestra parte. Debéis hacer que no se pierdan
las gracias que os doy. Debéis ser modelables y dejaros hacer, sin poner
resistencia a los planes de Dios, porque El lo que desea es haceros bellos por
dentro para que luego en el Cielo haya una gran multitud de almas diferentes
todas con su encanto personal y el grado de gloria según sus méritos. Yo,
Espíritu de Dios, os hablo.
Y lo mismo que en el físico todos tenéis ojos, cabello,
cejas y demás, así también en el alma se os da a cada uno las gracias de
Dios, aunque en cada una será diferente según el aprovechamiento de esas
gracias. Porque las mismas gracias no a todos aprovecha por igual. El efecto de
la gracia divina es según vuestra correspondencia a la misma, vuestra fe y
vuestro amor a Dios Uno y Trino. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Quien aprovecha una gracia que Yo le doy, se predispone a
recibir más gracias, porque cada gracia trae consigo otras, y así como una gran
cadena de gracias que no os dejo de dar, si las sabéis aprovechar. Quien
malogra Mis gracias, va malogrando otras, una por una, porque cada vez que una
gracia no la aprovecha, la pierde y, pierde de esta forma una cadena de otras
muchas gracias. Por eso hijos de Dios, de ahí la variedad de almas, todas tan
diferentes a los ojos de Dios, a pesar de que a muchas se les dio las mismas
gracias. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Es lo mismo que los que tienen iguales nóminas e iguales
circunstancias, a unos les llega su sueldo hasta final de mes y a otros no,
porque unos saben aprovechar su economía y otros la administran mal. Así que
hijos de Dios, tratad de no perder las gracias que se os dan, muchas veces a
través de la adoración al Santísimo, peregrinaciones, retiros, ejercicios,
charlas, etc. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.
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