3 DE ABRIL DE 2014
Hijos Míos, si supierais lo que es la grandeza de Dios, la
infinita belleza, la plenitud de todos Sus atributos en grado infinito, si lo
supierais, no podríais resistirlo y moriríais de amor y de añoranza de Dios.
Yo, Jesús, os hablo.
Porque hijos, Mi Padre Me quiso enviar a la Tierra para que
por Mi medio fuera más fácil el acceso a Él, así viéndome como uno de vosotros,
humano, podéis mejor acercaros a Mi Padre y a lo que es Dios en su inmensidad,
aunque vuestro entendimiento no lo pueda alcanzar nunca ni siquiera parcamente.
Yo, Jesús, os hablo.
Porque antes de Mi venida, El se valió de los profetas y
patriarcas cuyas misiones eran especiales en la Historia de la Salvación,
como Moisés, Abraham, Isaac, etc. pero después de Mi venida Mi Padre Eterno
quiere que os acerquéis a Él por Mi medio, y todo lo que pidáis en Mi nombre
con fe a Mi Padre, Él os lo concederá (Jn 16, 23) porque nada os puede
negar a quien no Me niega en su vida o Me reconoce como el Hijo del Altísimo.
Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, queridos hijos de Mi divino Corazón que andáis
por el mundo mendigando amor y teniéndome a Mí Me ignoráis, si supierais la de
tesoros inmensos que tiene Mi divino Corazón para las almas, para todos
vosotros a quienes amo hasta la locura, hijos, si lo supierais, no andaríais
tan extraviados buscando amores terrenales y viles, amores de felicidad
engañosa, amores que nunca llenarán vuestro corazón, por eso hijos, tratad de
encontrarme, buscadme en el silencio, en la Santa Biblia, en la oración, en
amistades que os hablen de Mí y veréis como Me encontráis, pero si Me buscáis
en amores humanos engañosos, más ególatras que otra cosa, no Me encontrareis,
porque Yo hijos Soy amor y Soy el único y verdadero amor, y solo Yo os puedo
llenar el corazón, el alma, el espíritu y todo vuestro ser. Yo, Jesús, os
hablo.
Cuando Me encontréis de verdad, veréis como ya no queréis
otro amor que el Mío, y veréis como vosotros mismos trataréis que otros Me
encuentren para que Me amen, porque lo manifestareis como la samaritana lo
manifestó a sus vecinos (Jn 4, 28-29) y trató de que otros Me encontraran. Yo,
Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo
cree y lo pone en práctica.
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