“A través de tu sabiduría, inspira a los líderes de los
gobiernos y a los empresarios, así como a todos los ciudadanos del mundo, a
encontrar soluciones de caridad para finalizar la hambruna mundial y asegurar
el derecho de todo ser humano al alimento”(Oración de la Campaña “Una Sola
Familia Humana, Alimentos para Todos”).
Este es el negocio de Francisco en la Iglesia: pedir dinero
para quitar el hambre en el mundo. Y ¿en qué basa este negocio? En una herejía: “Nos
enviaste a tu Hijo a compartir su propia carne y sangre y a enseñarnos tu Ley
de Amor. A través de su muerte y resurrección nos has formado en una sola
familia humana” (Oración de la Campaña “Una Sola Familia Humana, Alimentos
para Todos”).
Quien rece esta oración, es seguro que Dios no lo escucha,
sino que lo escucha el demonio. Porque Dios no da dinero para remediar el
hambre del mundo. Jesús dio de comer haciendo un milagro, no pidiendo dinero a
los ricos del mundo.
“Jesucristo (…) mediante su resurrección nos constituye en
humanidad nueva, en total comunión con la voluntad de Dios, con su proyecto,
que comprende la plena realización de la vocación a la fraternidad” (Francisco,
8 de diciembre).
La gravedad de estas palabras ponen a Francisco como, no
sólo hereje en la Iglesia, sino apóstata de la fe.
Decir una herejía es proclamar una mentira como verdad; pero
ser apóstata es enseñar una mentira como verdad. Los herejes son falsos
profetas, que dan sus mentiras por todas partes, para llenar el mundo de
mentiras; pero un apóstata hace más que un falso profeta: enseña a obrar la
mentira con el poder que tiene en la Iglesia. Esto es lo que hace Francisco,
por eso, él actúa como anticristo, enseña lo opuesto a Cristo. Y lo enseña para
que se obre en la Iglesia. Eso es la oración de Cáritas: han aprendido de la
doctrina de Francisco.
Jesús no nos ha constituido en humanidad nueva por su Resurrección. Esto, Francisco, se lo ha sacado de la manga. Jesús da al hombre Su Gracia, pero no regenera la humanidad. Jesús da a cada hombre la oportunidad de salir de su pecado y vivir en Gracia, pero no da a cada hombre la Gracia, no quita el pecado de la humanidad entera, no hace una humanidad nueva y, mucho menos, en total comunión con la Voluntad de Dios.
Predicar esto es sencillamente negar el pecado original,
negar la Obra de la Redención del hombre por Cristo y negar la Obra de la
Santificación del hombre por el Espíritu.
Como Cristo ha muerto y resucitado, entonces todo el mundo
es bueno y se va al cielo. Esto es, en resumen, lo que dice Francisco. Una gran
barbaridad. Una gran herejía. Y esto es lo que se pone para pedir dinero: como
todos somos una gran familia humana, nueva, porque Cristo lo ha hecho, entonces
hay que acabar con los conflictos de los hombres pidiendo dinero a los ricos,
porque, claro, son los ricos los culpables de que los pobres no tengan qué
comer.
Son los líderes de los gobiernos y los empresarios de todo
el mundo los culpables de que haya gente que pase hambre. Este es el argumento
de Francisco. Insostenible, pero apoyado en la Iglesia por la misma Jerarquía.
Como Cristo ha “hecho de los dos pueblos uno,
derribando el muro de separación, la enemistad” (Ef 2, 15), entonces,
todos somos hermanos y no hay que llamar a nadie enemigo. Esta es la falsedad
que propone Francisco. Él no distingue entre hijos de Dios e hijos de los
hombres. Sino que mete a toda la humanidad como hija de Dios. Esto es lo
inconcebible.
Cristo ha derribado el muro, porque ha quitado el pecado de
Adán, que ponía al hombre enemigo de Dios. Pero Cristo no quita el pecado de
cada hombre. Cada hombre, para quitar su pecado, tiene que ponerse a los pies
de Cristo y recibir de Él el perdón por sus pecados y la Gracia para vivir una
vida nueva: “al nombre de Jesús doble la rodilla cuanto hay en los cielos,
en la tierra y en los abismos” (Flp 2, 10).
No podemos meter a todo el mundo en el bote de la salvación,
como lo quiere Francisco, y llamar a todo el mundo hermanos.
Cristo ha quitado la enemistad, pero los hombres siguen
siendo enemigos porque están en sus pecados, permanecen en sus pecados. ¿Es que
no tenéis inteligencia?
“Os exhorto, en el Señor, a que no viváis ya como viven los
gentiles, en la vanidad de sus pensamientos, obscurecida su razón, ajenos a la
vida de Dios por su ignorancia y la ceguera de su corazón (…) despojaos del
hombre viejo (…) vestíos del hombre nuevo”(Ef 4, 17.22.23).
Para ser de Cristo no es suficiente con que Cristo haya
quitado la enemistad; es que cada hombre tiene que quitar su enemistad con
Dios, tiene que despojarse de su hombre viejo de pecado, tiene que revestirse
del hombre nuevo en la gracia; y así será hijo de Dios. Y sólo así habrá
fraternidad entre los hijos de Dios.
Esto es lo que no enseña Francisco. Francisco enseña lo que
le da dinero en su negocio en la Iglesia. Su tapadera para llenarse el bolsillo
de dinero: “son muchos los que andan (…) que son enemigos de la Cruz de
Cristo. El término de ésos será la perdición, su Dios es el vientre, y la
confusión será la gloria de los que tienen el corazón puesto en las cosas
terrenas” (Flp 3, 18-19).
Ahí tienen a Francisco que sólo habla del dinero porque su
corazón sólo está puesto en el dinero. Sólo habla del hombre porque su corazón
sólo sigue al hombre.
¿A quién se le ocurre pedir dinero para quitar el hambre en
el mundo? Sólo a un comunista, como Francisco. Esta es la doctrina del demonio
puesta en obra por Francisco en la Iglesia, apoyado por toda la Jerarquía que
calla su herejía, aplaudido por tantos fieles que son como él: herejes y
apóstatas de la fe.
Jesús no pidió dinero a los ricos de su tiempo, porque no
hace falta sacar de la hambruna al hombre. No hace falta darle alimentos al
hombre. Lo único que hace falta es hacer ver al hombre que está en pecado y que
salga de su pecado. Y, cuando hace eso, entonces el hombre tiene para comer.
Jesús, para pagar los impuestos, hizo un milagro: de la boca
del pez resolvió el problema. ¿Todavía no creéis en la Palabra de Dios que da
todo lo necesario sin mover un dedo, sin pedir dinero a nadie, sin buscar
dinero en ningún sitio? Francisco no cree y, por supuesto, la Iglesia está
llena de gente que ha hecho su propia providencia pidiendo dinero a los ricos
del mundo. Y ya no creen en la Providencia Divina.
Jesús no ha formado una sola familia humana con su muerte y su
resurrección. Esta es la mayor estupidez de Francisco. Para el que tenga fe en
la Palabra de Dios se le cae la cara de vergüenza leyendo esta frase.
“No os unáis en yunta desigual con los infieles” (2 Cor
6, 14). ¿A quién se hace caso: a Francisco o a san Pablo?
“¿Qué consorcio hay entre la justica y la iniquidad?” (v.
14). ¿Qué unión hay entre la justicia de los hijos de Dios y la iniquidad de
los hijos de los hombres? ¿Dónde está la sola familia humana que ha creado
Jesús si todavía hay pecado entre los hombres, si hay hombres que son demonios,
si existen personas que no quieren la verdad en sus vidas?
Es que no se puede dar una sola familia humana. Es que esto
es el abc de la vida espiritual. Cristo quita el pecado de Adán, que
es la enemistad entre el hombre y Dios; pero Cristo no quita el pecado en cada
hombre. Luego, no hay fraternidad, no hay amor entre los hombres, no hay una
sola familia humana.
Luego, pedir dinero a los ricos del mundo para quitar la
hambruna de la gente es sólo el negocio de Francisco en la Iglesia. ¡Un negocio
muy peligroso!
Francisco, ¿quieres dinero? Dame poder en tu iglesia.
Esto es una tapadera lo de pedir dinero; el fondo es ése:
hay que sujetar la iglesia en Roma con el poder del mundo, hay que meter en
Roma el poder del mundo. Y así puede entrar el Anticristo. Una iglesia manejada
por el mundo es la iglesia del Anticristo.
Esto es lo que no se enseña en Roma, porque se pone la
careta de lo humanitario, de hacer una caridad, de ayudar a los más
necesitados; porque eso es lo que vende, eso es lo que mantiene a Francisco en
el poder: ser popular con la gente pobre, con la gente enferma, con la gente
con problemas. Ése es su proselitismo, su ideología, su lenguaje doble y
embustero en cada homilía. Y así, sin que nadie se dé cuenta, la iglesia es
manejada por el poder del mundo.
Francisco habla para un pueblo que tiene sus problemas
diciéndoles lo que ellos quieren escuchar: os voy a conseguir dinero para
quitar vuestros problemas. Esto encanta a la gente. Y todo el mundo se pone a
pedir dinero para sacar de la hambruna a la gente.
¡Gran negocio de Francisco en la Iglesia! ¡Gran negocio!
Así somos los hombres: tan humanos, tan sentimentales, tan
afectivos, que nos cuesta decir a ese idiota: eres un maldito. Deja ya de
llamarte Papa, deja ya de hacer tu teatro en la Iglesia. Deja ya de decir tus
discursitos que no valen para nada.
Pero esto la gente no lo hace porque no vive buscando la
verdad, sino que quiere –eso- un hombre sentado en la Silla de Pedro,
porque tiene que haber un hombre. ¡A ver! Es como muchos, que van a la Iglesia
los domingos porque toca ir a Misa.
Hoy no se vive de fe en la Iglesia, sino de rutinas, de
compromisos, de culturas, de actos sociales, y por tanto, es igual quien esté
sentado en la Silla de Pedro. Eso no interesa. Porque no se vive buscando el
sentido de la vida y, por eso, se cae en la trampa de Cáritas, y se da dinero
cuando Dios no quiere el dinero para quitar el hambre en el mundo. Pero, como
lo dice la Iglesia, como está avalado por la palabra de uno que se llama Papa,
entonces a dar dinero, a caer en el engaño.
Quien vive de fe no puede hacer comunidad entre Cristo y Belial (cf. 2 Cor 6, 15). No podemos hacer una Iglesia para servir a dos señores: al dinero y a Dios. El dinero es del demonio: que se lo quede el demonio. Cristo da la Gracia a los hombres para resolver todos sus problemas. Cristo no da dinero a nadie. Y a quien se lo pide, Cristo le da un castigo, porque pide mal, no pide en Su Nombre, la salvación de su alma.
Cristo viene a salvar las almas, no a quitar el hambre del
mundo. Francisco quiere quitar el hambre del mundo. ¿Y todavía lo llaman Papa?
¿Cuándo vais a despertar del engaño?
Un sacerdote verdadero hace la oración de san Pablo: “doblo
mis rodillas ante el Padre, de quien procede toda familia en los cielos y en la
tierra, para que, según los ricos tesoros de su Gloria, os conceda ser
poderosamente fortalecidos en el hombre interior por Su Espíritu, que habite Cristo
por la fe en vuestros corazones y, arraigados y fundados en la Caridad, podáis
comprender, en unión con todos los santos, cuál es la anchura, la longura, la
altura y la profundidad y conocer la Caridad de Cristo, que supera toda
ciencia, para que seáis llenos de toda la Plenitud de Dios” (Ef 3, 14).
Que habite Cristo en vuestros corazones, no que tengáis el
estómago lleno de alimento y el bolsillo repleto de dinero. Cristo es el
Poderoso para dar a los hombres la felicidad que necesitan. No son los políticos
ni los empresarios del mundo los que ponen ese camino para encontrar la
felicidad en la vida. Se es feliz con la Gracia de Cristo. Se es infeliz con el
estómago lleno.
http://josephmaryam.wordpress.com/
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Ver nuevo calendario de "Cáritas"para 2014":
http://traslashuellasdelcielo.blogspot.com.es/2013/12/el-calendario-de-caritas-2014-multi.html
Esto es solo una pequeña muestra de lo que está empezando a cambiar como el que no quiere la cosa, pero que viene con fuerza sin que nadie lo note o no quiera notarlo, como si fuera de lo más normal, es que es mucho más fácil mirar para otro lado, pero, esto no es defender a la verdadera Iglesia fundada pòr Cristo.
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Esto es solo una pequeña muestra de lo que está empezando a cambiar como el que no quiere la cosa, pero que viene con fuerza sin que nadie lo note o no quiera notarlo, como si fuera de lo más normal, es que es mucho más fácil mirar para otro lado, pero, esto no es defender a la verdadera Iglesia fundada pòr Cristo.
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